El Ministerio de Educación, a través del Programa Nacional de Post-alfabetización, informó que la tasa de analfabetismo en Bolivia es del 2.94 por ciento de la población, hasta el momento 205 mil adultos mayores concluyeron Primaria.
En siete años, el Programa Nacional de Post-alfabetización logró que los adultos mayores dejen de ignorar cómo firmar, qué minibús tomar o cómo digitar los números del celular, por no tener conocimiento de los números y letras.
LA MÁS BAJA
A través del Programa jóvenes y adultos mayores cursaron la educación primaria y la tasa de analfabetismo ahora es del 2,94%, la más baja en la historia de Bolivia, según informó el Ministro de Educación.
Doña Aurora Callizaya, de 65 años de edad, contó su historia y dijo sin vergüenza: “Para tomar un micro le preguntaba a la gente qué número era y recién me subía, o tenía que llamar a mis nietos para que me ayuden a marcar el celular cuando tenía que llamar a mis hijos, ahora ya se leer y escribir”.
Después de decidir ser parte del Programa, doña Aurora sabe un poco más de la historia del país, aprendió a sumar, restar, multiplicar y dividir.
Según el ministro de Educación, Roberto Aguilar, 143.215 participantes de esta política educativa lograron concluir el Tercero de Primaria y 75.747 acabaron el sexto de primaria. “No solo se ha enseñado a leer y escribir sino recuperar el derecho a la educación”, sostuvo.
Aguilar dijo que en siete años de implementación del Programa se contribuyó a mejorar las condiciones de vida de las y los bolivianos en situación de iletrados y de personas que no han concluido la educación primaria, fortaleciendo sus conocimientos, capacidades, habilidades y liderazgos, en el marco de la Revolución Educativa y Cultural.
CAPACITACIÓN TÉCNICA
La autoridad educativa ponderó también la incorporación de la capacitación técnica productiva en los procesos educativos de Post-alfabetización beneficiando a 10.688 participantes que complementaron su formación humanística con capacitación técnica productiva.
A su turno, el director general de Post-alfabetización, Ramiro Tolaba, destacó el trabajo realizado por más de doce mil maestras y maestros voluntarios que apoyan este proceso educativo.
“Gracias al apoyo de facilitadores voluntarios, técnicos y los beneficiarios hemos logrado que la población en situación de exclusión, principalmente mujeres, participen de procesos de alfabetización y post-alfabetización ejerciendo su derecho a la educación”, manifestó.
NUNCA ES TARDE
Por su parte, doña Hortensia Quispe de 71 años que pasó más de la mitad de su vida sembrando papa en el municipio de Huatajata, contó que ninguno de sus cinco hijos accedió a la Universidad, pero su nieta sí, ella es profesora, asegura. “Mi nieta me llama cada día para preguntarme si puede ayudarme en mis tareas”.
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