3.3.16
El cambio climático deja sin alumnos a las escuelas rurales
“Las escuelas rurales de Tarija se van quedando sin niños”, según reconoce el profesor René Gallardo, ejecutivo de la Federación de Maestros Rurales de Tarija. Esta es una realidad que se debe a varios motivos, uno de ellos es el cambio climático, es decir, el cambio en el comportamiento del clima, lo que afecta a la producción de las familias campesinas y por ende, origina la migración de los campesinos hacia la ciudad o hacia países vecinos como Argentina, en busca de mejores oportunidades de sobrevivencia.
“Actualmente la gente pierde sus cosechas, ya sea por la sequía, la helada o el granizo, y no tiene más que irse a la Argentina o acercarse a la ciudad para buscar su sustento”, comenta Gallardo.
La agrónoma y medioambientalista, Sandra Baldivieso, explica que en su experiencia de trabajo en comunidades de Tarija, es claro que la inseguridad alimentaria que conlleva el cambio climático y que no permite garantizar la productividad en el sector agrícola causa que la gente del campo busque alternativas y se convierta en lo que se denomina “población flotante”.
La población flotante es aquella que se asienta legal o ilegalmente en las áreas periurbanas de la capital, en busca de otras alternativas de subsistencia, mientras intenta seguir haciendo producir sus terrenos en la medida de lo posible.
De acuerdo al Ejecutivo de los Maestros Rurales de Tarija, esto se puede observar en las escuelas rurales de zonas que ahora son parte de la ciudad, como el colegio Lourdes, Pampa Galana, Naval Monzón, donde existe mucho alumnado.
Por el contrario, otras escuelas de comunidades alejadas de la capital, pasan clases con ocho o diez niños, por lo que muchas unidades educativas se han convertido en “unidocentes”, es decir, que sólo funcionan con un profesor.
Otro aspecto que era más común en el pasado, pero que aún persiste, es el referido a que muchos padres de familia optan por llevar a sus hijos a las escuelas de la ciudad, debido a que se considera que la educación en el área rural es menos eficiente.
Según Baldivieso, este otro aspecto también contribuyó a que exista una mayor cantidad de población que llega a establecerse en la ciudad y termina abandonando el campo.
“Son familias que buscan en la ciudad la escuela para sus hijos, pero también otra alternativa de ingresos por la inseguridad que hay sobre la producción en el campo; es decir, que están en la ciudad y se van los fines de semana a atender sus cultivos”, refirió.
Otra causa fundamental, según Baldivieso, es que esta misma inseguridad alimentaria provoca que haya un mayor control de la natalidad en el campo, ante la imposibilidad de mantener familias grandes. “Hoy en el campo tienen uno o dos hijos, máximo tres y para atender las labores del campo hace falta más gente”, añade.
René Gallardo concuerda con esta postura y agrega que “antes sí se podía mantener una familia de cuatro, cinco, seis hijos, pero hoy la realidad es diferente, la situación económica no favorece para criar más hijos”.
También se puede atribuir la migración campesina a algunos programas como el Plan de Empleo Urgente (PEU) que sacó a los campesinos de su labor de cultivo de la tierra para poder asegurarse un salario, lo cual también está ligado al cambio climático y a la falta de garantías de poder contar con la producción agrícola que brinde sustento a la familia.
El Programa Solidario Comunal Prosol es uno de los programas que se creó fundamentalmente para incentivar la permanencia en el campo, de modo de garantizar la seguridad alimentaria, pero solo es efectivo cuando logra el propósito de mejorar las condiciones de vida en el campo.
En ese sentido, existen comunidades en las que hay cero o muy poca migración, y generalmente se trata de comunidades en las que la actividad productiva en el agro es exitosa, como es el caso de Calamuchita, El Valle de la Concepción, Tolomosa, etc.
También es un factor preponderante la dotación de servicios básicos a las comunidades, como luz, gas y fundamentalmente agua, ya que sin este elemento vital la permanencia en el área dispersa es imposible.
El agua para riego puede ser el factor determinante, como ha ocurrido en Santa Ana La Cabaña, una comunidad de 52 familias en la que, según explica Baldivieso, la mayoría de la gente migró por falta de agua para riego.
“San Ana La Cabaña es un área de influencia de la represa San Jacinto, pero no tienen agua y la Asociación de Regantes les ha negado el agua, por lo que se tuvieron que ir y se cerró la escuelita porque no contaban con el mínimo de ocho niños para tener un profesor”, contó.
En comunidades como Rujero, en Uriondo, la falta de agua ha sido desde siempre un problema para los agricultores, que motivaba que tradicionalmente los jóvenes se fueran hacía la Argentina en busca de oportunidades para el sustento; sin embargo, la crisis en el país vecino ha motivado el retorno, pese a la sequía que este año afectó a la zona.
La Capilla es una comunidad de la provincia Arce que antaño fue un importante punto fronterizo con Argentina, desde donde llegaban niños para estudiar en Bolivia. La antigua escuela llegó a tener más de 100 estudiantes, según se pudo conocer en una visita realizada al lugar en 2015.
Pero ahora que la comunidad cuenta con una nueva infraestructura para la escuela, mucho más cómoda y amplia, la unidad educativa contaba con tan sólo 10 niños en la gestión pasada.
Según afirma Gallardo, la situación es tal en las escuelas rurales que la disminución de alumnos que se vive, por ejemplo, en comunidades como Camarón, Jarcas, León Cancha, ubicadas en la provincia Méndez, impide la creación de colegios de nivel medio.
Por este motivo, los jóvenes se ven obligados a migrar para estudiar en los centros urbanos y de ese modo, muchas comunidades se quedan con una población compuesta básicamente por los adultos mayores.
En el área rural se recurre a un “reordenamiento”, casi anual, para determinar en qué comunidades hacen falta maestros y en cuales ya no. Esto se hace anualmente y consiste en llevar los ítems de escuelas que van quedando sin alumnos a otras donde se requiere.
“Por ejemplo, Calamuchita, donde la gente no abandona la comunidad, sino que como es una zona productiva, más bien a gente llega a vivir a esa comunidad”.
DIFERENTES ASPECTOS EN LAS COMUNIDADES
Capilla
La Capilla cuenta con una nueva infraestructura educativa, cómoda y moderna pero eso no ha evitado que los alumnos vayan disminuyendo al haberse incrementado la migración de padres jóvenes a la ciudad.
Internado
Algunos colegios, como en el caso de la comunidad de Rosillas, cuentan con un internado que da facilidades a los padres para que más colegiales puedan permanecer y estudiar en el área rural.
Lourdes
Algunas escuelas del área rural están ubicadas en las áreas periurbanas de la capital chapaca debido al crecimiento de la mancha urbana, por lo que son las más requeridas por las familias que migran del campo.
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