25.4.13

Wawa Uta una granja para educar en familia



“La casa de los niños” es el nombre en español de la granja bautizada en aymara como Wawa Uta. Su existencia se debe al sueño de una mamá sencilla, Glenda Yáñez, quien desde que ejerce este rol ha buscado un lugar donde su hija pueda divertirse y aprender los fines de semana. “En Buenos Aires conocí este tipo de centros y pensé que sería interesante que en Bolivia pudiésemos tener nuevas alternativas para nuestros niños”, comenta sentada en un tronco de árbol habilitado como asiento.

Es el 12 de abril, Día del Niño, y la granja educativa recibe a 360 pequeños. ¿Dónde cabe tanto chico con ganas de hacer travesuras? Pues el espacio sobra en las nueve hectáreas que ocupa este centro de producción y recreación ubicado en la comunidad de Quentavi, en el kilómetro 24 de la carretera a Laja. Está a un poco más de una hora desde el centro de la ciudad de La Paz.

Banderines de colores y un amplio cielo azul reciben a los estudiantes de dos unidades educativas. Hay niños desde nivel inicial hasta sexto de Primaria. Cada grupo está guiado por sus maestros y éstos reciben el apoyo de los facilitadores de la granja, agrónomos y educadores.

“Yo no soy nada”, confiesa tímida Glenda mientras sirve un vaso de refresco de linaza. “Dejé la universidad cuando me embaracé, por eso, al asumir este proyecto, decidí rodearme de profesionales y de formarme también en todo lo que se pueda. De esta forma es que podemos ofrecer todo lo que una familia o un colegio requiera para tener una grata experiencia en el campo”.

Y es que ni bien se ingresa en los predios de Wawa Uta, es inevitable el detenerse para respirar el aire puro, contemplar la planicie del altiplano y dejarse envolver del paisaje bucólico que regalan los establos, los sembradíos y la laguna de patos. Sin embargo, ya se hizo hora de trabajar y aprender.

Cómo criar conejos

“¿De dónde salen los pollitos?”, pregunta el facilitador Alan a los alumnos del Inicial Amarillo de la Unidad Educativa Piloto Intervida. “¡De los huevos!”, responden alegres los alumnitos. Con un pichón en las manos, el agrónomo explica a los visitantes, que lo miran con rostros sorprendidos, las diferentes características que tienen estas aves de corral: su tiempo aproximado de vida, el tipo de alimento que reciben y las características de su plumaje.

Luego es hora de pasar al corral de los pavos y de ahí, al de los conejos. “¿Y de dónde salen los conejitos?”, pregunta ahora el facilitador. “¡De los huevos!”, responden campantes los pequeños. Alan se da una palmada en la cara mientras susurra un “no...” y les explica ahora las bondades de los conejos del altiplano.

Así, los niños aprenden de todo sobre las vacas, los burros, las llamas, las ovejas, los patos, los chanchos y otros animales más. Además pueden darles de comer, tocarlos y hasta acariciarlos, según lo domesticados que estén los ejemplares. “Los animalitos han nacido aquí y están acostumbrados a los niños, por lo que están prestos a ser alimentados y acariciados sin que nadie sufra ningún daño”, cuenta Glenda. De todos modos, un equipo de 35 facilitadores se ha desplegado este día para atender de la mejor manera a los visitantes.

Amor a la naturaleza

Continúa la jornada y los niños ya han aprendido el proceso de elaboración del queso y yogurt, mientras que en las carpas no sólo han visto en su máximo esplendor a las verdes lechugas, sino que les han enseñado todo el proceso de la siembra. Es más, cada pequeño lleva consigo un envase con una lechuga que ellos acaban de plantar y que cuidarán luego en su casa.

La tarde amenaza con terminar y, después de compartir un apthapi con papas, queso, habas y choclos, todos productos de Wawa Uta, los niños regresan a sus casas entre saltos y juegos recreativos. Los buses se marchan, pero la alegría de quienes han pasado un día en el campo permanece flotando en la granja. Y como la oferta está abierta todos los días y para todas las familias; Glenda, su esposo, su hija y los facilitadores están seguros de que esos pequeños, muy pronto, volverán.

Precios

Wawa Uta está abierto todos los días. Para ingresar se paga Bs 20 por persona, lo que incluye el mantenimiento básico de la granja y los materiales para las diferentes actividades.

Comida

La granja cuenta con un horno de barro y parrillero. Si se desea algún tipo de comida en específico (apthapi, parrillada, carne al horno), avisar con uno o dos días de anticipación para recibir el servicio. También hay área para acampar.

Talleres

Allí se pueden pasar cursos de compost, hortalizas, reciclaje de papel, pan amasado, quesos, yogurt, manualidades, pinturas y más. Los servicios se adaptan a los clientes. Más datos en granjawawauta@gmail.com, en el portal www.granjawawauta.com y en su página de Facebook.

Cómo llegar

Desde la Ceja (El Alto), seguir la vía a Tiwanaku, pasando la extranca de Río Seco. Se llega al kilómetro 24 de la carretera a Laja y se desvía a la comunidad de Quentavi. Para más datos llamar al teléfono 74014000.





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