20.4.17

Prohibir celulares en clases



Mariana es una estudiante cochabambina que acaba de cumplir 16 años y que no se separa de su celular ni cuando está por dormir. Está en la prepromo de su colegio y, si bien, acepta que su dispositivo le sirve para comunicarse constantemente con sus amigos, asegura que su móvil le es más útil para estudiar.

"Tomo fotos de la pizarra, investigo directamente desde mi teléfono, grabo el audio de las clases y más", afirma la joven.

Como ella, millones de niños, adolescentes y jóvenes del mundo han establecido una relación de casi dependencia con sus móviles. El tema sale del control de los padres y maestros, y nuestro país no es la excepción.

Ante este dilema, el presidente Evo Morales instó hace un par de días prohibir el uso de los celulares en clases. Las reacciones son diversas y encontradas.

Los Tiempos realizó un sondeo a alumnos, a algunos profesores, directores de colegios, a psicólogos y a programadores. La pregunta fue ¿hasta qué punto es posible esta prohibición y cómo afecta a los estudiantes de hoy que están muy tecnologizados?

Las respuestas son diversas, pero la mayoría de las opiniones se centra en la imposibilidad de cumplir una regla tan poco realista. Los entrevistados además, cuestionan una prohibición tecnológica en pleno siglo XXI, cuando en realidad --de acuerdo a lo expuesto por el ingeniero de sistemas Mario Chacón, de la empresa local Chacón Apps-- lo que debería hacerse es adaptar el uso de las tecnologías disponibles y aplicarlas al aprendizaje como un elemento que sume el gusto hacia el conocimiento.

"La prohibición es la respuesta a la falta de educación (...) En este caso, desde el Estado, prohibir los celulares en clases es sencillamente porque no hemos podido sacarle el provecho que debemos; es más fácil prohibir que tener que pensar en formas más inteligentes de uso. Por el momento, y mientras no se tengan respuestas a cómo emplear los celulares y sus aplicaciones en las aulas, posiblemente tenga que darse un control de cómo y cuándo utilizarlos", explica Chacón.

El ingeniero de sistemas que es además dirigente scout contó varias experiencias del uso de celulares con jóvenes y niños de una manera positiva. Uno de sus ejemplos los da con sus pupilos del grupo de scouts Murray Dickson del Amerinst. "Se supone que los scouts usamos más el contacto entre humanos y naturaleza. Pero yo, particularmente, hallé varias aplicaciones para juegos y para actividades que realizo con los scouts que me han dado resultados muy gratificantes", dice.

Chacón insiste en que el tema depende mucho de los profesores; de que ellos se propongan capacitarse más en las nuevas tecnologías y pensar cómo utilizar los móviles para convertirlos en herramientas de apoyo.

Jacqueline López Rocabado, directora del colegio Anglo Americano, explica que su establecimiento aplica la restricción del uso de celulares desde el 2013, acatando una resolución ministerial lanzada para establecimientos particulares y fiscales.

"La restricción del uso de móviles se da a partir de una normativa lanzada por el Ministerio de Educación. Nosotros acatamos, pero no nos cerramos al uso. Por ejemplo, lanzamos actividades como concursos de matemáticas y cálculo mental donde los alumnos usan sus móviles como recurso y con buenos resultados".

La directora informa que los profesores de la unidad educativa decomisan por unos días los celulares a los niños y jóvenes que son sorprendidos usándolos en clases.

Desde la psicología

Al respecto, la psicóloga cruceña y directora del Centro de Salud Mental de Santa Cruz, Ruth Pareja, dijo que el tema puede analizarse desde dos perspectivas: por un lado, el de la urgente necesidad de imponer límites y disciplina en las horas de clases, que según ve ella, "de verdad es un campo desfasado en los adolescentes, no hay un límite para ellos. Los padres y los maestros han perdido autoridad en el tema. Si lo vemos desde el punto de establecer límites, me parece positivo".

Ahora bien -asegura- "usar el término prohibición siempre va a generar una respuesta negativa, porque el prohibir algo lo hace más sabroso. Quizás si se hubiera usado la palabra restringir en vez de prohibir, la reacción no sería la que se está dando hoy", afirma la especialista.

Pareja explica, desde otro eje, "el que un gobierno empiece a imponer prohibiciones es en esta época una dictadura" que va contra el libre accionar de la democracia.

Los alumnos, en cambio, expresan su molestia con la prohibición lanzada por Morales y aseguran que ellos se sienten más capacitados que sus maestros en el manejo de las nuevas tecnologías.

"Cuando hay un profesor que sabe de aplicaciones y tecnologías que nos interesan gana respeto y las clases se hacen divertidas", dice José, de 15 años, quien también usa su celular para bajar libros de literatura, leer investigaciones, curiosidades, ciencia y otros. Asegura que aprende más que yendo al colegio.

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