Hace unos 20 años, pobladores de la comunidad de Ruffo, distante a unos diez kilómetros, se trasladaron en masa hacia la zona Molle Moqho, cerca de la planta de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), y construyeron aulas para sus hijos con parte del material de la escuela que demolieron en su pueblo.
En 2011, la población estudiantil alcanzó a unos 120 niños y la infraestructura quedó insuficiente, por lo que los vecinos solicitaron a las autoridades la construcción de una nueva escuela en el terreno que tienen junto al viejo inmueble. A mucha insistencia, en 2013 les construyeron cuatro aulas; sin embargo, la cantidad de alumnos, hasta la fecha, se cuadriplicó.
“La situación en la que nos encontramos es muy crítica y lamentable porque a escasos pasos del centro de la ciudad tenemos una unidad educativa en pésimas condiciones, no tenemos aulas y hemos tenido que habilitar el depósito e incluso la cocina para pasar clases”, señaló el profesor Carlos Paredes.
La unidad educativa Ruffo no cuenta con agua ni baños, por lo que los niños hacen sus necesidades biológicas en los alrededores, exponiendose al contagio de enfermedades.
Los padres de familia se movilizaron ayer exigiendo a las autoridades municipales la construcción de nueva infraestructura que garantice la formación de sus hijos, sin embargo, no recibieron respuesta
“En el tema de infraestructura, este año el Gobierno Municipal se ha aplazado porque hasta el momento no ha construido ninguna obra nueva. Hay proyectos como de la unidad educativa Mercedes Candia de Ovando y Cardenal Maurer, que son de hace tres años y hasta ahora ni siquiera han podido licitarse”, manifestó el presidente de la Junta Escolar de Padres de Familia del Distrito Sucre, Juan Carlos Durán.
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