Como una gracia de Dios y durante una breve visita a Oruro, ciudad a la que había llegado por primera vez, hace 35 años, para fundar el Colegio Bethania, dejó de existir Sor María Emma Gómez, superiora de la comunidad de Hermanas de Bethania Consoladoras de la Virgen de Dolores en Bolivia.
Sor María Emma como era más conocida llegó a Oruro para despedirse de la obra que emprendió al llegar en el año 1977 junto a Sor María Eugenia Salazar, Sor Miriam Rubio y Sor Gema Botero, con quienes fundaron la obra social para los necesitados y para lograr la formación moral y espiritual de niños y jóvenes.
"En Dios vivimos y existimos" frase que era como su palabra de vida. Le gustaba compartir con niños, jóvenes, adultos, maestros y plantel administrativo además de las religiosas que eran parte de la comunidad de las hermanas de Bethania.
Para compartir con sus seres queridos, el sábado 25 de agosto llegó a Oruro, desde Cochabamba, donde había fijado su residencia, para disfrutar tres días de fiesta, aunque el lunes después del medio día empezó a apagarse como una velita según contó la sub directora del colegio, Sor María Eugenia Salazar.
Sor María Emma, tuvo la gracia de Dios de morir en Oruro donde inició su obra y donde conoció a muchas personas durante el tiempo que vivió en nuestra ciudad donde compartió las alegrías de niños y jóvenes mientras estuvo como superiora del plantel educativo.
Por ser cariñosa y caritativa además, Sor María Emma, siempre oraba por todos, especialmente por los niños y jóvenes a quienes amaba porque decía que corrían mucho peligro en este momento en el que existen muchas cosas que los distrae y los arrastraba al mal.
"Ella oraba todo el tiempo por ellos para que el Señor los salvara de todo peligro" contó Sor María Eugenia.
Cuando hubo la celebración del cumpleaños de Sor Mónica directora del colegio, participo en todos los actos disfrutando y gozando del cariño de los jóvenes, maestros y padres de familia que tuvieron la oportunidad de compartir con ella.
Por disposiciones superiores tras fundar el colegio y ser la primera directora del mismo se traslado a Quillacollo en Cochabamba donde funciona la Casa de Formación y Trabajo, un lugar donde compartía con las novicias y donde los alumnos del colegio Bethania pasan momentos de espiritualidad cuando se realizan retiros.
Su cuerpo fue trasladado a Quillacollo donde fue reclamado por las componentes de la comunidad y personas que eran como su familia, con quienes solía compartir en momentos buenos y malos ya que tenía don de sanación interior, porque sus palabras hacía que los problemas de las personas sean más llevaderos.
"Cuando ella oraba por nosotros, nos descubría el alma, cosas que muchas veces que ni el sacerdote sabía o se daba cuenta, pero ella lo descubría en su oración", cuenta Sor María Eugenia Salazar.
FUNDACIÓN
La idea de fundar el Colegio Bethania, surgió en un grupo de oración, donde la Madre Generala de la comunidad de Bethania, en Colombia, preguntó qué religiosa se ofrecía para ir a Bolivia, momento en que Sor María Emma se brindó junto a otras tres religiosas y fue designada como superiora por ser la mayor del grupo.
"Hemos llegado a Oruro en enero de 1977 y ella convivió en nuestra ciudad por tres años, después fue trasladada a Colombia como maestra de novicias y estuvo otros tres años allá, luego volvieron a designarla como directora de la fundación de Quillacollo y estuvo en ese lugar hasta el pasado sábado", continuó Sor María Eugenia, quien compungida por la partida de Sor María Emma, nos contó sobre cómo lograron que la obra que emprendieron continúe funcionando hasta nuestros días.
La fundación del colegio Bethania, significó mucho para las cuatro religiosas porque eran muy jóvenes, en segundo lugar porque a pesar de estar solas y muy lejos de su país tuvieron la generosidad de Dios que se manifestó a través de la amistad de las personas y el apoyo constante que reemplazo el cariño de sus familias.
Para Sor María Emma y las religiosas que le acompañaban fue difícil acostumbrarse al clima de Oruro por llegar de un país como Colombia, donde el clima y el paisaje es muy distinto al nuestro, una experiencia maravillosa porque lograron encontrar a Dios en medio de la aridez que marcó la vida de ellas para siempre.
Cuando llegaron no tenían experiencia de nada pero en las noches realizaban oraciones pidiendo a Dios que debían hacer y por donde debían comenzar por lo que decidieron abrir las puertas del colegio que era conocido por todos como el colegio Santa Ana, de esa manera algunas personas fueron pidiendo su colaboración.
Comenzaron a prestar los ambientes del colegio para algunas reuniones, por ejemplo a los padres de familia del Colegio La Salle, puesto que como su establecimiento se encontraba lejos, les convenía reunirse en el centro de la ciudad.
Asimismo alquilaban el uso de la cancha, del teatro para los ensayos del Ballet Katushia dirigido por Fernando Gómez, de esa manera se dieron a conocer y lograron la confianza de los padres de familia para inscribir a sus hijos en el colegio desde el nivel inicial.
Por su parte la coordinadora académica del colegio Elizabeth Garrón, recordó a Sor María Emma como una persona jovial a quién comparó con un ruiseñor puesto que era atenta y preocupada por todas las personas.
A pesar de vivir en Quillacollo, nunca dejó de venir a Oruro, siempre llegaba para visitar a sus compañeras y así como llegó por primera vez a nuestra ciudad, también al parecer decidió que este sea el lugar de su partida a la eternidad, manifestó.
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