En la mayor parte de los colegios de Sucre ya no hay plazas para primero de primaria, excepto unos tres; en el resto de los cursos ocurre lo mismo. Cada año, crece la cantidad de estudiantes en la Capital de Bolivia y la gran demanda de plazas en los colegios desnuda la necesidad de construir más infraestructura educativa para albergar a los niños y adolescentes que llegan especialmente de las provincias de Chuquisaca y de Potosí.
Al parecer este año, como ningún otro, en varios establecimientos fiscales del centro de la ciudad se está respetando la disposición de tener un mínimo de 30 alumnos por aula y un máximo de 40; el personal administrativo se ve obligado a rechazar a muchos estudiantes que quieren estudiar en esos recintos.
Asimismo, en los colegios sólo están recibiendo alumnos nuevos para los primeros de primaria y de secundaria y algunos nuevos, si es que algún alumno antiguo dejó el colegio por alguna razón.
“Un padre siempre pretenderá ubicar a su hijo en un colegio del centro, porque esa es la mentalidad que tiene; que en el centro la educación es mejor y en la periferia no. Se debe socializar los beneficios que tienen los alumnos por estudiar en colegios cercanos a sus barrios”, manifestó el director del colegio Julio Quezada, Ramón Guzmán.
¿A dónde van los estudiantes rechazados en los colegios? Se acomodan en otros establecimientos del centro de Sucre o van a estudiar a la periferia, donde también ocurre una situación parecida.
Uno de los técnicos de la Dirección Distrital de Educación Sucre, Wálter Mallo, sostuvo que es necesario que las autoridades de la Alcaldía de Sucre planifiquen la construcción de más establecimientos educativos para satisfacer la demanda de los estudiantes.
También está ocurriendo una situación curiosa: por un lado llegan más niños y adolescentes de las provincias de Chuquisaca y de Potosí, y por otro están arribando muchos menores que migraron con sus padres a otros países como España y Argentina; y ahora, no pueden acceder a un colegio. La directora Distrital de Educación Sucre, Balbina Tamayo, dijo que deben tener paciencia: se está buscando espacios en varios colegios; aseguró que todos serán inscritos y nadie quedará sin estudiar.
De igual forma, los directores están siendo flexibles en el tema de la zonificación porque la educación debe ser amplia: no debe haber discriminación sino, flexibilización.
COLEGIO JULIO QUEZADA RENDÓN
Respetando la norma emanada desde el Ministerio de Educación, en el colegio Julio Quezada Rendón optaron por tener en cada curso 35 alumnas, en base al espacio físico que tienen sus aulas.
Tienen cuatro cursos en primero de secundaria, tres segundos, terceros, cuartos, quintos y sextos. La inscripción continúa para las alumnas regulares de los otros cursos, pero todavía quedan unas 20 plazas para primero de secundaria.
De acuerdo a los reclamos recibidos, este colegio tiene una gran necesidad de bancos; el año pasado, muchas estudiantes pasaron clases paradas durante algún tiempo, informó el director del colegio Julio Quezada Rendón, Ramón Guzmán.
ESCUELA LUIS BOETO
La escuela Luis Boeto, ubicada en la calle Dalence, ya no tiene plazas para ninguno de sus cursos, de primero a quinto de primaria.
El pasado lunes y martes se llevó a cabo la inscripción para el primero de primaria, que cuenta con 36 alumnos, la novedad de la gestión 2011 es que este año se recibió a alumnado mixto (niños y niñas).
“Todos los años, estamos muy agradecidos con los padres de familia que confían en este colegio católico”, manifestó la directora de la escuela Luis Boeto, María Máxima Vargas.
Los primeros, segundos y terceros tienen un solo grado, cuartos y quintos tendrán dos paralelos con 36 alumnos por aula.
COLEGIO NACIONAL JUNÍN
El colegio Nacional Junín este año cuenta con 30 cursos en el nivel secundario, cinco paralelos en cada grado, cada uno con 45 alumnos; la mayor carencia son los bancos; el año pasado todos los cursos tenían un promedio de diez alumnos que pasaron clases de pie.
De acuerdo a la información proporcionada por el director del nivel secundario del colegio Junín, Claudio Saavedra, existe una solicitud aprobada por la Alcaldía de Sucre para dotarles 400 pupitres, que no son entregados desde la anterior gestión.
En 2010, el octavo de secundaria tenía seis paralelos y ahora en nivel secundario sólo hay cinco paralelos que deben absorber a los alumnos restantes y los reprobados.
ESCUELA JUANA AZURDUY
En la escuela Juana Azurduy, sólo funcionan tres tanques de 18 baños y hay una serie de falencias a consecuencia de la mala construcción de su edificio que fue entregado hace unos cinco años, por ejemplo, el tinglado está rajado, hay goteras y humedad; las lozas está sueltas por la constante inundación de agua y los vidrios están rotos.
En esta escuela hasta ayer sólo había 20 inscritos; cuenta con dos paralelos de primero a quinto de primaria y pretende recibir un promedio de 35 alumnos por aula, informó el director de la escuela Juana Azurduy, Roberto Rengifo.
ESCUELA NICOLÁS ORTIZ
La escuela Nicolás Ortiz, que este año cumple 80 años, ya no tiene plazas; cuenta con tres paralelos en primero, cuatro en segundo y tercero y tres en cuarto y quinto, recibiendo entre 35 y 37 alumnos por aula, porque sus espacios son reducidos.
La directora de la escuela Nicolás Ortíz, Miriam Rendón, señaló que no se está recibiendo a alumnos con plazas en otras unidades educativas, porque no quieren despoblar de estudiantes a otros colegios. Sólo tiene capacidad para recibir a menos de 600 alumnos.
Este recinto tiene mucha humedad, los cursos son pequeños, el piso de la cancha está en pésimas condiciones y tiene mobiliario muy antiguo.
ESCUELA ADOLFO SILES
El director de la unidad educativa Adolfo Siles, Hernán Cueto, informó que allí el registro de estudiantes transcurre con total normalidad.
Este establecimiento está ubicado en la calle Azurduy entre Bolívar y Avaroa; cuenta con cuatro paralelos en cada grado, pretenden recibir a 30 alumnos por aula pensando en que los alumnos deben ser “bien atendidos”, pues los niños de primeros cursos requieren de mucha atención.
Aquí también fueron rechazadas muchas personas, por la falta de espacios. El establecimiento requiere de una urgente refacción, es notorio el deterioro que tiene dicha infraestructura; asimismo, hacen falta ocho aulas y unos 600 pupitres nuevos.
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