17.8.12

Un italiano usa los dibujos animados en la educación

Después de una lluvia de ideas, respirar profundo y guardar un minuto en silencio visualizando una imagen sobre un tema específico, los participantes tienen cinco segundos para dibujar la idea que acaban de crear en su mente. Ésa es sólo una de las técnicas que se enseñan en un taller de dibujos animados con fines educativos.

Su nombre es L’ atelier del Cartone Animato -en español, Taller del Dibujo Animado-, que está a cargo del experto italiano en cine y animación Claudio Tedaldi. Durante un mes, este experto impartió nueve talleres a niños, jóvenes y adultos en La Paz y El Alto.

El objetivo del taller es promover el cine de animación para que sea un instrumento dentro del sistema educativo y así desarrollar valores humanos e incentivar la creatividad individual y colectiva.

“Otro de nuestros objetivos, especialmente al trabajar con niños, es darles claves para que comprendan cómo funciona el cine de animación y la televisión en general y así puedan verla de una forma más crítica”, explica Tedaldi.

En ese marco, jóvenes internos en el Centro de Rehabilitación Qalauma, niños de la Unidad Educativa Luis Espinal, educadores de diferentes establecimientos y productores fueron y son parte de los talleres de L’atelier del Cartone Animato a través de la iniciativa de la Asociación Alemana para la Educación de Adultos en Bolivia.

En estos talleres se abordan temas como la pérdida de la libertad como consecuencia de una o varias acciones, el aislamiento, los derechos del niño y la inclusión de los alumnos.

En el proceso se emplan varias técnicas, en las cuales Tedaldi es especialista, como el dibujo animado, la animación o el stop motion, una técnica de animación que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.

En el taller se aprende desde la elaboración del boceto inicial hasta el montaje de final de un cortometraje.

Ser un niño de nuevo

Apenas ingresan por la puerta, todos los asistentes tienen una obligación: convertirse en niños. Los pequeños, sentados en el piso, participan en juegos para acercarse a ese lenguaje tan común que tienen ellos cuando imaginan mundos fantásticos.

Los adultos deben recordar ese lenguaje y reaprenderlo con la finalidad de llamar la atención de los niños, acercarse y lograr mensajes que sean atractivos, pero que incluyan tópicos importantes para su educación.

Durante esta experiencia, también aprendieron capítulos importantes de la historia del cine, desde la proyección de sombras en la prehistoria, pasando por el caleidoscopio, hasta llegar a la experimentación de técnicas de animación con una cámara de video, filmando, entre otros objetos, hojas de coca, plastilina o cartulina.

Para el productor independiente Álvaro Cisneros, asistir al taller fue un proceso enriquecedor en el que aprendió el valor didáctico de los dibujos animados.

“Tiene un potencial ilimitado para crear usando la imaginación y comunicarse con los niños a través de las cosas que les gustan”, afirma.

La fina estética de un animé o un dibujo de Disney no se logran a través de estos primeros pasos, pero sí se logra el objetivo de transmitir y enseñar un aspecto del ser humano que puede trascender la estética.

Sin embargo, la práctica puede llevar a producciones más sofisticadas, lo cual depende del interés de cada participante, explica el experto.

Para la profesora de quinto de primaria del Colegio Corazón de Jesús, de Fe y Alegría, Elsa Cruz, los dibujos animados son una herramienta excelente para enseñar diferentes temas. “Pensé que era mucho más complicado, pero realmente es algo que no sólo podemos usar como medio para comunicar sino para que ellos mismos produzcan sus animaciones”, dice.

Dando vida a un dibujo

El premontaje se realiza una vez creados los dibujos dentro de una historia con varias secuencias, como el flip book, un libro que contiene una serie de imágenes que varían de una página a la siguiente, para que parezca que las imágenes están en movimiento.

Los cortometrajes, que duran de tres a seis minutos, son publicados en la página web www.animato.it, que de momento está disponible sólo en italiano.

Para Tedaldi, una de las cosas que más lo impresionó de los talleres fue trabajar con los jóvenes de Qalauma.

“No querían dejarnos ir porque se motivaron mucho al aprender, se interesaron por la fotografía y la técnicas. Además, surgieron en ellos emociones muy íntimas que no esperábamos y que se trasladaron a los dibujos y se mostrarán en los cortometrajes finales”, comenta.

Un hombre del arte y el audiovisual
El inicio A fines de 1970, Claudio Tedaldi llegó a Bolivia y conoció El Alto como cooperante del Centro Juvenil Don Bosco e integró el Taller de Cultura Popular. Además, fue colaborador del periódico Presencia y el semanario Aquí.


Espinal En el Taller de Cultura Popular trabajó al lado de Luis Espinal y otras personalidades. Esa labor fue interrumpida por la dictadura de García Meza, lo cual obligó a que Tedaldi dejara Bolivia.


El taller En 1981 fundó L’ atelier del Cartone Animato con el objetivo de utilizar el cine de animación como instrumento pedagógico, mediante diversas técnicas audiovisuales.


Trabajo Ha realizado talleres en Europa y África y ha trabajado en Senegal, en poblaciones donde sus habitantes nunca habían visto un dibujo animado y también con enfermos de esclerosis múltiple y diabetes en Italia.

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