24.8.12

Alumnas del liceo Venezuela comparten un pupitre entre 7

Estudiantes del liceo Venezuela, que actualmente ocupan ambientes del ex colegio Aguas del Illimani, estudian en condiciones de hacinamiento al punto que un pupitre es compartido por hasta siete alumnas. Sin embargo, estudiantes dicen que el “sacrificio” vale la pena.

En el tercero D, de secundaria, hay 34 alumnas que pasan clases en un espacio de tres por seis metros, aproximadamente. Debido a la proximidad de los pupitres, si alguien quiere salir del aula, debe levantar los muebles para caminar.

En razón de la estrechez del ambiente, las adolescentes se ven obligadas a utilizar una mesa entre cinco o más compañeras.

“Aquí no hay espacio para nadie. Mire mi guardapolvo, está roto y tengo un moretón en la cadera por el golpe que me di con el fierro”, dice una jovencita, mientras señala un fierro que sale de los bordes del pizarrón.

Una situación similar experimentan las estudiantes que pasan clases en una de las seis casas de un ambiente prefabricado que instaló la Alcaldía de La Paz en el patio de la unidad educativa, de manera provisional.

Es el caso del tercero A, donde siete alumnas ocupan un pupitre, cuya capacidad es de dos. El espacio pequeño de la infraestructura impide ampliar el número de escritorios.

Desde el 25 de junio, el liceo Venezuela se encuentra en refacción total, tarea que concluirá a principios de 2013, informó la Alcaldía de La Paz. El colegio, creado en 1906, es uno de los más antiguos de la ciudad y fue nominado Patrimonio Nacional.

Desde el 23 de julio, el ex colegio Aguas del Illimani, ubicado en la calle Pisagua, de la zona Norte, alberga a las 700 alumnas del turno de la mañana del Venezuela; las del turno de la tarde se encuentran en instalaciones del colegio Ayacucho, según la directora del establecimiento, Lourdes Porcel.

La infraestructura fue alquilada por la Alcaldía con carácter provisional, mientras concluyen las obras del liceo, ubicado en la calle Jenaro Sanjinés.

En el inmueble arrendado hay 13 salas y seis casas prefabricados de madera, que sirven de aulas a las estudiantes. Los ambientes, en general, son pequeños para albergar a un promedio de 38 alumnas por grado.

Pese a todas estas limitaciones, la directora remarca que restaurar “un monumento a la educación, como es el liceo, lleva tiempo y sacrificio”.

Una estudiante coincide con ella. “Sabemos que es un sacrificio; pronto tendremos nuestro liceo refaccionado”, afirma.

Según Porcel, el traslado no mermó en el rendimiento de las alumnas, pues ellas recientemente participaron de los Juegos Plurinacionales y ahora serán parte de otro evento similar.

Junta de padres pide paciencia a alumnas
La junta escolar de los padres de familia del liceo Venezuela pide paciencia a las estudiantes que pasan incomodidades en la ex unidad educativa Aguas del Illimani, mientras se refacciona su establecimiento.

El presidente de la junta, Rodolfo Ayala, indicó que la restauración del establecimiento implica hacer algunos sacrificios, que serán recompensados cuando se entregue la obra final, prevista para principios del próximo año.

Al momento, la Alcaldía instala la séptima casa prefabricada para las alumnas de tercero B, que por falta de espacio transitan de aula en aula dentro del inmueble.

Ayala anunció que la junta escolar pedirá a la Alcaldía agilizar el trabajo de restauración en el liceo.

“En la municipalidad nos dicen que podría entregarse para octubre de 2013, porque se requiere un monto adicional de cinco millones de bolivianos”, afirmó.


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