Numerosas escuelas secundarias de Gran Bretaña, la patria de Mary Quant, creadora de la minifalda, ordenaron a sus alumnas que vistan pantalones porque el ruedo de sus faldas es demasiado corto para los límites de la decencia.
El nuevo régimen comenzará desde el inicio del nuevo año escolar para las estudiantes de la Nailsea School de Somerset, la Northgate High School de Ipswich, la Wye Valley School de Buckinghamshire, la Guilseley School de Leeds y la Paget High de Burton upon Trent.
Mientras tanto, otros establecimientos están considerando seguir el ejemplo: las alumnas -explican los directores- llegan vestidas como si fueran a bailar en lugar de asistir al colegio.
Jonathan Oliver, director de la Wye Valley School, emitió la orden de usar pantalones en una carta a los padres, cuando el número de adolescentes que llegaban vestidas como para visitar un club nocturno se hizo “inmanejable”.
En el Reino Unido se asiste a clase de uniforme, y el director -aunque apreciando los esfuerzos de los padres por respetar el reglamento- advirtió que “muchas alumnas cambian el largo de la falda enrollándosela en la cintura durante el camino a la escuela”.
Lo confirmó una madre en el sitio web para padres “Netmums”: su hija lo hace porque sin minifalda se sentiría “fea” o, peor, estaría sujeta a acciones de intimidación de parte de sus compañeros.
No es que los pantalones sean tampoco la solución ideal: Don Smith, el director de Paget High, ya prohibió el modelo Miss Sexy -en venta en el sitio UniformWarehouse.co.uk- porque es demasiado ajustado y revelador.
Y ahora Smith prohibió las faldas: “No queremos llegar al extremo de medir los ruedos con un centímetro, como se hacía en los años 60”, explicó al Times. Gran Bretaña, el país que hace casi medio siglo inventó la minifalda y la convirtió en el uniforme de la “Swinging London”, no es la única nación donde las adolescentes van a la escuela con faldas cortísimas.
En Corea del Sur, donde los ruedos de los uniformes escolares subieron entre diez y 15 centímetros en la última década, muchas escuelas tuvieron que instalar tablas delante de los pupitres para preservar el pudor de las estudiantes. En Brasil un tribunal ordenó un resarcimiento a una alumna que fue a clases con una vistosa minifalda rosa.
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