Estos adolescentes, hombres y mujeres, son como el resto de su edad, salvo porque en sus colegios los consideran algo así como “genios” debido a que a su corta edad lograron dominar lo que para otros resulta escabroso: cálculo, geometría, teoría de los números, álgebra y trigonometría.
El municipio yungueño de Coroico (La Paz) fue, del 14 al 18 de este mes, sede de la Olimpiada, la tercera en la que Bolivia es anfitrión. Al evento asistieron 32 participantes de ocho países: Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, además del seleccionado boliviano.
Al término de la cita (la premiación será hoy y los resultados son aún un misterio), un grupo de ellos conversó con La Razón para revelar las claves de su éxito, las mismas que se pueden resumir en dos aspectos, tomar esta ciencia como un juego y disciplina.
DIVERTIDAS. “Las matemáticas no son aburridas, de hecho se puede jugar con los cálculos sobre todo en geometría, uno tiene muchas opciones para realizar los análisis”, comenta Marcelo Elizeche (16 años) del colegio Campo Alto de Asunción de Paraguay.
Con esta afirmación coinciden, en medio de una amena charla que se roba risas a cada instante, tres de sus compañeros, Antony Flores, de Ecuador; Natalia Quiroga Pérez, de Bolivia, y Omar Loyola, de Perú. “No hay por qué verlas como algo complicado, se puede jugar y hacer construcciones, análisis y llegar a resultados por distintas vías”, dice Natalia, estudiante de tercero de secundaria del colegio San Agustín de Cochabamba.
De igual manera, están convencidos de que la disciplina es vital para entender esta ciencia, con ellos quieren decir que no hace falta ocupar todo el tiempo libre en estudiarla, pero reflexionan sobre la importancia de dedicarle un tiempo a diario a la práctica.
El viceministro de Ciencia y Tecnología, Pedro Crespo, resalta que este certamen se constituye en el “semillero para formar futuros científicos” en el país y en América Latina. “Todos somos ganadores. El objetivo es promover el estudio de las Matemáticas y fortalecer las habilidades que tienen los jóvenes”, afirma la autoridad
La delegación boliviana que representó al país en la XXII versión de la Olimpiada de Matemáticas estuvo compuesta, además de Natalia, por Melissa Vallejo Escóbar, también alumna del colegio San Agustín de Cochabamba; Patricia Rejas Calvo, de Sucre, y Alejandro Rioja Manrique, seleccionado por Santa Cruz.
Durante cinco días los 32 jóvenes rindieron pruebas de cálculo, trigonometría y álgebra, y compartieron experiencias e inquietudes que hacen a “futuros jóvenes científicos” decididos a conquistar el mundo.
Hitoria olímpica
La Olimpiada del Cono Sur se realiza desde el año 1988. Ésta es la tercera vez que Bolivia es anfitrión. Las dos primeras fueron en 1995 en Cochabamba y el 2005 en Sucre.
‘Todos llevamos un matemático dentro’
Natalia Quiroga Pérez es una de las representantes de Bolivia en la XXII Olimpiada de Matemáticas del Cono Sur. Tiene 16 años de edad y está convencida de que toda persona está capacitada para dominar esta ciencia.
Una de las ventajas, dice, es que las matemáticas son de uso cotidiano, en cada acción del ser humano, salir de compras, calcular la hora para llegar a determinado lugar, en fin, ejemplos da muchos. Convencida de ello cree que “todos llevamos un matemático empírico dentro de nosotros”.
Tras la competencia, se sintió satisfecha con los contenidos curriculares que se aplican en Bolivia. “Estamos al mismo nivel de los estudiantes de países vecinos en materia de Matemáticas”, dice.
Jovenes matemáticos
Antony: ‘Soy el más viejo del Club de Matemáticas’
Con 14 años de edad, Antony Flores, oriundo de Ecuador, es “el más viejo del Club de Matemáticas” al que asiste en su país. “En mi tiempo libre trabajo en la computadora y luego me voy al club donde me quedo hasta la noche. Me gustan las matemáticas y en el futuro quiero estudiar ingeniería aeronáutica”, afirma el visitante.
Omar: ‘Ya llevo dos medallas de plata’
Omar Loyola, colegial peruano de 16 años, está muy orgulloso de las dos medallas de plata que ganó en las Olimpiadas de Matemáticas realizadas en Kazajstán y Amsterdam (Alemania, 2010). “Competir con representantes de Europa y otros países que quintuplican su nivel de enseñanza es algo satisfactorio para mí, es genial y te sube el ánimo”.
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