El cambio del colegio, cualquiera sea el motivo, si no es bien manejado puede ocasionar frustraciones en el niño. El padre debe dialogar sobre las causas, sin ningún secreto y miedo. El objetivo es sensibilizar sobre la situación y ayudar a que este se adapte al entorno. "Las primeras semanas sienten temor, miedo, desconfianza y curiosidad en el nuevo entorno", enfatiza el sicopedagogo Marcelo Martínez.
Incentive el contacto con los antiguos amigos. El padre de familia debe orientar a su hijo e incentivar a no perder el contacto con sus antiguos compañeros. Esto lo pueden hacer mediante correo electrónico, redes sociales o teléfono. "Lo importante es darles un tiempo para que llamen o saluden a sus compañeritos". Este acto no solo les ayudará a sentirse mejor sino que les servirá para afrontar mejor el cambio. De lo contrario indica el experto “perder el vínculo de una manera rápida puede desembocar en un trauma afectivo que interfiera de manera negativa la relación con sus nuevos compañeros”, indica.
Si este cambio se hace gradualmente, el niño se empezará a adaptar a sus nuevos amigos hasta que llegará a tener una relación normal. “Se tiene que tomar en cuenta que hay mucha carga afectiva con los amigos en esta etapa”, señala el especialista.
Listos para iniciar. El profesional enfatiza que cuando este no es un motivo académico sino por una cuestión de traslado de ciudad o barrio el padre debe acercarse al docente y dejar que este le oriente. Periódicamente debe preguntar sobre el avance de su hijo. “Puede que en el nuevo colegio tengan un ritmo diferente al antiguo establecimiento, entonces el niño tenderá a cambiar sus hábitos de estudios”, indica.
Resalta que este es un punto importante ya que si no es manejado de la manera adecuada-puede causar traumas, depresión, baja calidad académica o desarrollar un grado de ansiedad.
Los padres para evitar estos casos, ya en el nuevo entorno pueden facilitar espacios con los nuevos compañero. Por ejemplo "si el quiere entrar a un club deportivo apoyarlo y si es un nuevo barrio y le invitan a jugar déjelo que vaya", aconseja Martínez.
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