Amenazas de marchas y bloqueos hicieron ayer los padres que no lograron inscribir a sus hijos en las unidades del centro de la ciudad que no tienen más cupos. Los progenitores hicieron fila todos los lunes desde hace un año, pero finalmente no lograron los espacios.
La insistencia de los padres de familia por inscribir a sus hijos en los colegios del centro de la ciudad continúa generando conflictos en el proceso de ingreso de los estudiantes a las unidades educativas, pues a pesar de que los cupos ya se llenaron, los progenitores continúan haciendo filas en las puertas de las unidades educativas, exigiendo que se acepten a sus pequeños y amenanzando con el inicio de medidas de presión.
Los problemas surgen porque los padres de familia que hacen filas para obtener un cupo, desde hace aproximadamente un año, calcularon que los espacios que se tendrían disponibles en las unidades del centro superaría los 170 cupos, razón por la cual más de 200 personas se presentaron cada lunes del 2012 a las 6:00 en la puerta del establecimiento al que querían inscribir a sus hijos.
Según informaron las personas que no pudieron ingresar en las instituciones educativas, al iniciarse las inscripciones el lunes, el personal de las escuelas y colegios les dijeron que los cupos no llegaban ni a la tercera parte de lo que habían calculado, pues las otras dos partes fueron ocupadas por los estudiantes que la gestión pasada perdieron el año y por los hermanos de los alumnos regulares, quienes tienen prioridad por la familia.
Los padres de los muchachos que no pudieron ingresar decidieron iniciar medidas de presión, razón por la cual las personas que hacían fila en el centro de la ciudad marcharon hasta las puertas de la Dirección Departamental de Educación para exigir que desde esta instancia se instruya dar cabida a todos los niños, cuyos padres hicieron filas por más de un año.
Tanto el secretario Administrativo de este despacho, Faustino Alejo, como el director Departamental, Jorge Ponce, rechazaron esta posibilidad y aseguraron que los progenitores deben inscribir a sus hijos en los establecimientos cercanos a sus domicilios.
Aseguraron que no se afectará la calidad educativa en el centro de la ciudad, aceptando a más niños de los que pedagógicamente se instruye que debe tener cada curso.
En el kinder Cochabamba también hubo padres esperando por la apertura de un cupo, aunque la organización fue coordinada de tal modo, que prácticamente no hubo mayores problemas, pues sabían exactamente los espacios que existían.
Situación en las provincias
Los colegios más prestigiosos de los municipios de Quillacollo y Sacaba registraron el mismo conflicto que los del centro del Cercado, pues cientos de padres de familia que esperaban inscribir a sus niños descubrieron que no había cupos.
Esta situación ocurrió en el colegio Calama de Quillacollo –que tradicionalmente era sólo para varones– en el que existían 300 postulantes para el tercer curso de secundaria, a quienes les informaron que sólo habían 25 cupos, pues de los 175 que podían entrar a los cuatro paralelos, 38 eran para los reprobados, 100 se destinaron a los hermanos y 35 debían ser para las mujeres. “Lamentamos no poder dar mayor cobertura”, dijo el Director.
En la unidad educativa Eliodoro Villazón de Sacaba la situación fue exactamente la misma, pero los padres de familia aseguraron que no se van a rendir y que en caso de que el establecimiento no acepte a sus hijos bloquearán la avenida que va de Cochabamba a Santa Cruz por el Chapare. Son más de un centenar los postulantes y sólo hay 35 cupos, situación que enfada a los padres de familia, quienes aseguraron que la Directora del colegio les dijo que había espacio para dos paralelos, razón por la cual exigieron que se acepten a 80 estudiantes.
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