24.1.13

Detecta los problemas de salud escolar

Más allá de la falta de interés, existen otro tipo de factores que dependen más de su condición física, como diferentes problemas de aprendizaje, principios de sordera y complicaciones en la visión, entre otros más.

“Cuando un padre observa que en los primeros años de colegio su niño no rinde bien, lo primero que tiene que descartar es que tenga mala visión”, explica el médico pediatra Óscar Parada. “Cuando un niño no puede ver las indicaciones que están en la pizarra empieza a molestar a sus compañeritos, se distrae y es catalogado como un chico molestoso”.

Chequeos de rigor

Un médico puede detectar si existe alguna deficiencia en la visión del niño desde que éste tiene cuatro años, por lo que se recomienda a los padres llevarlos a consulta para descartar dificultades de este tipo.

Otra capacidad que suele verse afectada en los chicos y que les dificulta el normal desempeño en clases es la audición. “Generalmente, los chiquitos que tienen problemas auditivos también tienen problemas en el habla y no pronuncian bien o repiten palabras continuamente”, expresa el pediatra.

Las infecciones en el oído también son las causantes del deterioro auditivo, por ellos nunca está demás visitar al pediatra para tratarlas. “Las otitis son consecuencia de los resfríos que van más allá de los seis o siete días, pero con un buen tratamiento no dejan consecuencia alguna”, agrega Parada.

El profesional señala que el uso de medicamentos tóxicos o mal administrados, también pone en riesgo el oído.

Factores psicológicos

Durante la etapa escolar, muchos niños presentan problemas de atención o aprendizaje que suelen estar ligados a factores psicológicos o problemas congénitos.

Uno de los más frecuentes es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad que —según estudios del Instituto de Psiquiatría Infantil de EEUU, reflejados en el portal www.psicopedagogía.com— afecta del 5% al 10% de la población mundial, tanto infantil como juvenil.

“La hiperactividad en los niños es fácilmente reconocible, aunque puede presentarse en grados graves. Pareciera como si Dios les hubiese dicho que toquen lo que no deben tocar: enchufes, cables y ese tipo de cosas”, ejemplifica el doctor Parada. Los chicos que tienen este tipo de trastorno muchas veces sufren castigos debido a su mal comportamiento en las aulas.

“Los padres y maestros deben saber cómo tratar a los niños que sufren déficit de atención e hiperactividad. Por ello es que se hay que brindarles información de manera dosificada y, sobre todo, tenerles mucha paciencia”, indica la pedagoga Diana Taborga.

Sin embargo, el doctor Parada opina que, en algunos casos, las madres son muy permisivas y crian a hijos muy mimados, por lo que éstos manipulan a los padres, así que recomienda no confundir este aspecto. “Los chicos, a veces, toman la batuta y se tornan en problemáticos porque en la casa no les ponen los límites”, señala Parada.

Para Taborga existen otros aspectos sumamente importantes para identificar un problema de déficit de atención: fijarse detenidamente en el niño y analizar su interrelación con los compañeros. “En muchos casos, los infantes con déficit de atención no tienen capacidad para lidiar con la frustración, por lo que dejan las cosas a medias; también son impulsivos y poco tolerantes con los demás”.

En caso de que un estudiante presente problemas de comportamiento, lo más recomendable es acudir a un psicólogo para descartar la posibilidad de que tenga un problema de déficit de atención o hiperactividad. Y cuando se presente cualquiera de esos casos, la terapia y la medicación pueden ser muy útiles para su óptimo desarrollo.

También en la edad escolar, se recomienda observar si el niño sufre de dislexia o problemas emocionales provocados por su entorno familiar o escolar. “Los niños con dislexia tienen problemas para escribir y confunden las letras y ésta debe ser detectada por los profesores”, recomienda Parada.

“Los síntomas de la dislexia cambian mucho de una persona a otra y suelen verse reflejados en la escritura con errores ortográficos y letras mal escritas”, especifica Taborga. Para la pedagoga, un buen tratamiento de este problema y su detección temprana hacen que el niño lidie y supere las dificultades, como el desinterés por el estudio, inadaptación, problemas de habla y de lectura, entre otros más que causa la dislexia.

“El trabajo educativo reorganizado y el apoyo emocional son recomendables”, precisa Taborga. Los niños con dislexia necesitan elevar su autoestima, siendo ellos mismos los colaboradores principales de su recuperación.

“La dislexia no es grave y con tratamiento es muy fácil que la persona que la sufre supere este problema. Las hipótesis apuntan a dos grandes tipos de problemas: el neurológico y el cognitivo”.

Tanto el pediatra como la pedagoga concuerdan en que los niños, además de los problemas citados, también tienen un bajo rendimiento escolar por problemas emocionales derivados del comportamiento y desórdenes psicológicos y emocionales ligados a su relación con sus padres y en el colegio. “Los niños que vienen de familias con disfunción y violencia van a reproducir esto en su medio escolar y en muchos casos también llegan a tener problemas de dependencia una vez que se hagan adultos”, señala Taborga.

Auditivo

La consecuencia más grave de no detectar a tiempo principios de sordera en los infantes es la pérdida total o parcial de la audición. Las infecciones auditivas mal curadas son las que usualmente derivan en la pérdida de la capacidad de escuchar.Lo más recomendable es acudir inmediatamente a un especialista si el niño presenta molestias y o detecta que no oye muy bien.

Cognitivo

Los problemas cognitivos en niños son resultado de alteraciones funcionales de los procesos de la conducta y el aprendizaje. Estos problemas están ligados al déficit de atención, hiperactividad y dislexia que afectan a los niños.La cognición es un proceso complejo y compuesto que expresa la habilidad del cerebro para procesar y registrar información y elaborarla.

Visual

Los problemas de miopía, astigmatismo y estrabismo, entre otros, deben ser tratados a tiempo, ya que pueden generar serios problemas en el desempeño escolar. Los especialistas recomiendan observar si el niño muestra algún síntoma como ojos irritados, escozor o que aprieten los ojos para ver la tele. También el uso de lentes ayudará a que no haga esfuerzo visual a la hora de estudiar.

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