Según la revista Nuestros hijos, existen tres características comunes en niños que tienen un lento aprendizaje. El primero, necesitan repetir las cosas varias veces para retenerlas en la mente; segundo, su forma de razonar es sencilla porque prefieren lo práctico y lo concreto; y tercero, su rendimiento es mayor en tareas cortas y ejercicios teóricos.
El niño con aprendizaje lento puede funcionar en casi todos los tipos de escuelas siempre y cuando el personal que lo instruya tenga la sensibilidad de trabajar respetando su ritmo y ofreciéndole la atención necesaria. Si se le da la oportunidad el niño sin dudas podrá aprender y mejorar, hasta casi igualarse con sus compañeros, pero más lentamente.
El maestro debe proporcionarle al niño metas que sean a su nivel y desarrollo, (que el pueda superar), reforzarle cualquier progreso en el aprendizaje por mínimo que sea, afianzar su interés por los estudios y jamás compararlo con otro alumno, en todo caso, solo consigo mismo.
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