20.9.15

"Marcos Beltrán Ávila": Entre cartones la historia de un país

Eran las 09:30 horas de un miércoles, a pocos pasos de la plaza principal 10 de Febrero, la biblioteca "Marcos Beltrán Ávila" estaba abierta como todos los días -de lunes a viernes- en su interior habían diez personas, tres en la hemeroteca, ojeando periódicos del día; una lectora que analizaba las páginas del libro Contabilidad Básica de Miguel Bravo Cervantes, apoyada en una de las mesas habilitadas para ese fin; y una internauta que utilizaba la máquina tres de las siete que hay en el mismo ambiente.

Todos ellos se confundían con cinco trabajadores: un encargado de los periódicos, dos mujeres a cargo de los libros solicitados, otra observando las computadoras y el administrador.

En la oficina principal, estaba don Juan Terceros Zambrana, funcionario municipal con 43 años de antigüedad y 20 como encargado de la biblioteca; la charla comenzó con un emotivo saludo después de bastante tiempo de encontrarnos, hablamos un poco de fútbol y luego la conversación se volvió seria pues el tema principal de la visita, era saber cómo estaba la biblioteca.

"Es lamentable lo que está ocurriendo con las bibliotecas" me dijo en primera instancia, añadiendo que no se tiene el apoyo de las autoridades superiores para su mantención, pues las consideran como la "quinta rueda del carro".

Señalando las rajaduras en el techo y la pared, e incluso en el piso de cerámica, Terceros recordaba cómo ese inmueble resistió un atentado dinamitero años atrás y se salvó de dos amagos de incendio en la bodega de libros, en son de broma expresó: "ya le dije al alcalde (Edgar Bazán) que algún día va a aparecer acá abajo" y sonrió.

El despacho municipal está en el primer piso del mismo inmueble, sobre la biblioteca que algún día, hace muchas gestiones, funcionó como el Banco de la Nación Boliviana y que su bodega, donde se escondían billetes, monedas, lingotes y otro tipo de riquezas, ahora acogían a millares de libros y periódicos, tras una gruesa puerta de metal y rejas que todavía le dan una apariencia de gran custodia.

El 2013, el Gobierno del Presidente Evo Morales, promulgó el decreto supremo Nº 1768, reglamentando la Ley Nº 366 del Libro y la Lectura denominado "Óscar Alfaro", en ese documento, se fomenta la creación e implementación de bibliotecas a través del Plan Plurinacional del Fomento al libro y la lectura, pero para don Juan no sucede eso, pues el apoyo de las autoridades no es evidente, toda vez que incluso, tras inscribirse en el Plan Operativo Anual (POA) de cada año y en la gestión de varios alcaldes, su presupuesto asignado es utilizado para otras cosas y menos para comprar libros o empastar periódicos.

En la actualidad, el secretario municipal de Cultura, Fabricio Cazorla, sostuvo que nos llamaría cuando tenga los datos certeros del presupuesto destinado a esta dependencia, seguimos esperando la llamada.

"Es posible que pueda cerrarse una que otra biblioteca porque no generan recursos económicos para la institución, cuando se debería gastar más recursos económicos para fomentar la creación de bibliotecas, la compra de material bibliográfico y obviamente el fomento a la lectura", mencionó Terceros, en un tono desalentador.



LECTORES

En sus buenos tiempos, la "Marcos Beltrán Ávila" recibía un promedio de 100 a 130 lectores por día, antes que aparezca el acceso ilimitado al internet; ahora, ese promedio bajó entre 25 a 30 investigadores diarios. Una de las posibilidades para que haya ocurrido este fenómeno, es que los profesores de unidades educativas, acostumbraron a sus estudiantes a recabar información de la computadora, accediendo al internet, pero sin conocer todo lo que "bajó" del

cibermundo.

Dos colegios en Oruro todavía mantienen la tradición de encomendar a sus estudiantes a recabar las labores en una biblioteca, el colegio Donato Vásquez y la unidad educativa Marcos Beltrán Ávila, pues "fomentan" al hábito de la lectura, obligando a sus estudiantes a portar el carnet de lector de esa biblioteca, sacar el resumen de un libro determinado a mano escrita y presentar ese trabajo.



CARNET

Para acceder a algún libro de la biblioteca, es obligatorio recabar un carnet de lector que tiene un costo de cinco bolivianos destinados a las arcas del municipio, este documento tiene los datos personales del interesado y su fotografía, le permite a acceder a uno o varios de los 23 mil ejemplares que tienen la biblioteca, calificados, codificados e inventariados, pero solo en sala pues no se tiene en doble ejemplar y no es permitido sacarlo a domicilio. Una de las características de estos libros es que hay desde los que pueden servir para nivel básico, secundario, universitario y profesional como las ramas de Medicina y Arquitectura. Aunque anecdóticamente no hay un almanaque mundial actualizado.

Hasta la fecha, el registro de lectores con carnet de la biblioteca, asciende a cinco mil, entre estudiantes, universitarios y gente particular que acude no a diario pero con cierta frecuencia.



HEMEROTECA

La hemeroteca, es uno de los orgullos del municipio, pues aunque en la actualidad no es una de las más completas, hubo un tiempo, por la década del 2000, en que sí lo fue, como nos comenta don Juan Terceros.

Nuevamente el presupuesto jugó un papel importante ya que la falta de dinero ocasionó que suscripciones de periódicos de circulación nacional sean suspendidas, dejando solamente el servicio de La Razón, La Prensa y La Patria.

"Se cortó la suscripción de varios periódicos de circulación nacional, es en este entendido que ahora contamos simplemente con ejemplares de La Patria, La Razón y La Prensa, son los únicos periódicos que ahora nos traen, hasta antes del 2000 teníamos varios de circulación nacional que nos jactaba de tener una mejor hemeroteca, reitero, no tenemos el apoyo, ni la suscripción y es más, nos preocupa porque no se están empastando estos periódicos donde está inserta la historia del país y de nuestra ciudad", fue el reclamo del administrador.

La apariencia de los periódicos cubiertos con cartones, atados con una pita blanca, es otra inquietud o llamada de atención para las autoridades, pues desde el 2000 ya no se empastan y su manipulación, deteriora esos documentos.

A la hemeroteca acude un promedio de 50 a 70 personas por día, ellos alternan los periódicos, a modo de esperar la edición que realmente les interesa pues solo hay un ejemplar que es utilizado por 15 minutos por cada lector.

Precisamente, don Ricardo, es uno de ellos, un anciano que el día de nuestra visita comenzó a hablar de la situación que vive el país, en tono molesto pues no está de acuerdo con muchas políticas del gobierno central, fue una conversación amena pero que tuvo que ser interrumpida pues ya le tocaba su turno para leer los avisos económicos de La Patria, hábito que casi diariamente le obliga a acudir a la hemeroteca.



INTERNET

El servicio de internet, que casualmente funciona dentro la biblioteca, tiene un costo de Bs. 2 por hora, algo irónico pues es considerado como el mayor enemigo del hábito de la lectura de un libro, pero que en este caso, su "víctima", la biblioteca, le brinda un techo.

Son siete máquinas que se instalaron en la gestión de la alcaldesa Ema Soria, pero que fueron renovadas recientemente y que no tienen juegos en red, simplemente el acceso a internet para investigadores, con aspectos educativos y culturales. El promedio de usuarios es bajo, entre 15 y 20 a diario, sospechando que es por la ausencia de juegos en red.

Muchas cosas quedaron en el fondo de esa biblioteca, así como historias, libros y periódicos que algún día saldrán a conocer la luz del sol, esperando la iniciativa de autoridades y lectores para que un tesoro cultural como es la biblioteca "Marcos Beltrán Ávila" no desaparezca.

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