El coliseo del Colegio Alemán se convirtió en una isla de fantasía donde los alumnos y padres del nivel inicial, transformados en piratas comprendieron que para encontrar el tesoro tenían que ayudarse mutuamente, esta interesante historia se desarrolló ayer en coordinación con la Defensoría del Pueblo.
Padres y alumnos de los seis cursos del nivel inicial de este colegio, fueron dejados en esta isla desolada, en principio se sentaron alrededor de una fogata imaginaria y empezaron a escuchar el cuento de "los buenos modales de un pirata" que hablaba de un tesoro escondido en la isla.
Utilizaron pedazos de papel periódico para disfrazarse de piratas, la tarea no fue fácil, pues tuvieron que colaborar entre ellos para conseguir los materiales, luego de rondas musicales. Después se adentraron por la isla respondiendo preguntas sobre el compañerismo y el respeto, tuvieron que pasar por el pantano de los cocodrilos y para no caerse tuvieron que cooperar entre ellos.
En cada etapa encontraron las partes del mapa que les conduciría al tesoro pero existían grupos que tenían solo un pedazo, así que tuvieron que unirse y comprendieron que para ver el tesoro tenían que compartir sus pedazos.
Al momento de abrir el cofre vieron que el tesoro era una foto de cada uno de sus hijos y un mensaje que decía "papá mamá yo soy su mejor tesoro", acompañado de monedas de chocolate.
"El mejor tesoro que tenemos y que debemos cuidar son nuestros hijos enseñarles los valores y protegerlos de males como la trata de personas ese fue el objetivo de este juego que hemos creado junto a la Defensoría del Pueblo", comentó la subdirectora del nivel inicial del colegio "Alemán" Magaly Agreda de Flores.
Añadió que se deben buscar mecanismo para inculcar a los niños y los padres formas de fomentar los valores en la familia y que mejor haciéndolo a traves de la interacción y el juego.
Estas temáticas son tratadas en 26 establecimientos de la ciudad con dinámicas distintas pero con el mismo objetivo.
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