Más de 4.000 niños con discapacidad se insertaron esta gestión en la educación formal en Cochabamba, como parte de una política de una educación inclusiva que promueve la Ley Avelino Siñani-Elizardo Pérez, según informó ayer el director interino de la Dirección Departamental de Educación (DDE), Faustino Alejo.
El informe de la Dirección de Educación se presentó en el marco del IV Festival de Danzas para Personas con Discapacidad, realizado ayer en el coliseo Grover Suárez, con la participación de más de un centenar de estudiantes de primeros cursos.
El festival de danzas denominado “Por una Bolivia Inclusiva” contó con la participación de 14 establecimientos de educación especial. Los ganadores representarán a Cochabamba en el festival nacional, que organiza el Ministerio de Educación y que se realizará el 2 de abril, en La Paz.
Según el Director de Educación, “a pesar de las buenas intenciones de las autoridades, todavía queda mucho por hacer en el campo de la educación inclusiva: no todos los profesores están capacitados para atender a menores con capacidades especiales, muchos educadores, no conocen el lenguaje de señas, para interactuar con los estudiantes sordomudos; ni el sistema Braille, para los niños ciegos. Entonces, los padres tienen que mandar al niño con un traductor”.
El representante de la Confederación de Padres con Hijos con Discapacidad, Javier Mosquera, explicó que las infraestructuras de las unidades educativas no son adecuadas para estos niños, lo cual genera temor en los padres.
Añadió que también se han dado casos de discriminación, porque existen “algunos padres de escuelas regulares que no ven con muy buenos ojos esta nueva educación inclusiva”.
“Esto está comenzando, esperamos que el proceso avance paulatinamente y mejore la educación regular, pero los padres tienen temor. Por otro lado, falta capacitar a los maestros acerca de la enseñanza de los niños con capacidades diferentes”, dijo Mosquera.
Uno de los mayores desafíos de la educación inclusiva es ver a la escuela no sólo como un espacio para el aprendizaje de contenidos, sino como un lugar que promueve la convivencia y la tolerancia.
El XLIV Congreso Internacional de la Federación Internacional de Fe y Alegría, realizado en Cochabamba en 2012, identificó como los principales desafíos de la educación inclusiva el trabajo en políticas públicas y en la creación de condiciones para que la inclusión sea posible, en las escuelas y en los programas.
También concluyó que es necesario potenciar la creatividad de la persona, para abrir nuevas vías de encuentro. Las escuelas de Fe y Alegría fueron las primeras en trabajar en educación inclusiva.
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