Debido a la falta de aulas, una construcción inconclusa y un difícil acceso a la unidad educativa Alto Tembladerani, de la zona del mismo nombre de la ciudad de La Paz, el número de alumnos inscritos este año se redujo en un 28% respecto al pasado año.
Así lo confirmó el director interino del establecimiento, Gabriel Chávez. En 2012, el colegio tenía 280 estudiantes matriculados en todos sus niveles (inicial, primaria y primero y segundo de secundaria); este año tiene 204, es decir que bajó un 28%.
En su criterio, la principal razón para la deserción de los alumnos es la incomodidad que pasaban durante sus clases y el difícil acceso al colegio, ubicado en un área empinada de la zona Alto Tembladerani.
El miércoles, este medio visitó el establecimiento y verificó que alumnos de tres cursos pasan clases simultáneamente en un mismo ambiente, donde sus profesores deben compartir la pizarra y turnarse para hablar.
Esta situación se repite en otras dos aulas, donde hay dos cursos por cada aula.
El problema surgió cuando se decidió demoler varias aulas para construir otras nuevas, con recursos de la cooperación internacional. Sin embargo, sólo se construyó la obra gruesa y los alumnos se quedaron sin salas suficientes para pasar clases.
“Este problema lo tenemos desde el año pasado, estamos muy hacinados y necesitamos urgente ambientes”, dijo Chávez a Página Siete.
Según el viceministro de Educación Regular, Juan José Quiroz, es antipedagógico pasar clases en estas condiciones, por lo que convocará -según dijo- a la Dirección Distrital de Educación para solucionar el problema. Aunque “el problema es municipal”.
El viceministro de Educación Alternativa y Especial, Noel Aguirre, acotó que aunque no sea de competencia del ministerio, “la dirección distrital debería tomar cartas en el asunto para solucionar el caso”.
Ambas autoridades educativas se comprometieron a buscar soluciones inmediatas para no perjudicar más a los niños.
Chávez recordó que debido a las carencias del colegio, los maestros tuvieron dificultades para alcanzar el número mínimo de alumnos que necesitan por curso. “Hicimos hasta campañas para la inscripción”, contó.
El profesor de cuarto de primaria Sixto Apaza afirmó que en su curso sólo tiene 18 estudiantes y el año pasado tenía 25.
María Quispe, vecina de Alto Tembladerani, sostuvo que sus seis hijos estudiaron en ese colegio, sin embargo, debido a las precarias condiciones del mismo decidió cambiar de escuela al último de sus niños.
“Lo inscribí en la escuela Japón de la avenida Buenos Aires, aunque para él es lejos y peligroso bajar hasta ahí. Si mejoran este colegio, él volvería ahí”.
Por otro lado, el acceso al colegio es muy dificultoso, ya que está en medio de una pendiente y sólo se llega hasta él caminando y a través de centenares de gradas. “Bajar es fácil, pero subir no; son como 200 gradas”, dijo una de las estudiantes.
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