Los niños que perdieron sus materiales escolares la noche del miércoles 3 de junio pasado, cuando la inesperada rotura de una tubería de alta presión desplomó sus casas cual si fuera un diluvio, ahora temen ir a clases, porque en las Unidades Educativas les exigen carpetas al día.
Llegar a clases y no tener la carpeta de tareas del primer bimestre para presentar a los profesores es un tormento para los menores de edad, puesto que los maestros les exigen las tareas al día.
Los pequeños damnificados no cuentan con nada de sus libros ni carpetas, cuadernos, la torrencial lluvia provocada se lo llevó todo aquella noche del 3 de junio.
Una madre muy afligida relató que uno de sus dos niños, la mañana de ayer, no quiso ir a clases porque no quiere ser regañado por sus profesores, quienes les exigen sus materiales escolares.
Sobre el tema, Édgar Castillo de la Gerencia Comercial de Epsas, dijo a EL DIARIO que están en coordinación con los padres de familia para realizar una carta dirigida a los directores, solicitando tolerancia para los pequeños.
Explicó también, que desde ayer, los estudiantes cuentan con un bus escolar que los traslada desde el campamento hasta sus distintas unidades educativas.
Después que los estudiantes van hasta sus unidades educativas, los adultos a sus fuentes laborales, el campamento queda silencioso, pero en medio de aquel espacio sigilosamente corre una niña de menos de diez años con su mirada irradia esperanza y sus abrazos desinteresados a los visitantes y a sus vecinos son derroche de amor. La pequeña tiene síndrome de down y ella parece ver la cruda realidad con esperanza.
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