5.2.12

Instrucciones para enfrentar los primeros días de clases

¡Otra vez a clases! Ya se oye en el común denominador de las familias. Unos lo expresan con espíritu entusiasta y otros —en su mayoría— como un estrés continuo: inscripciones, útiles escolares, uniformes, horarios, recreos, nuevos compañeros y libros, ya son parte del vocabulario cotidiano de padres, estudiantes y profesores. Y aún más, a un día de iniciar la gestión 2012.

Según dos pedagogos y un psicólogo, los padres, profesores y toda la familia en general son los protagonistas para que este primer día de clases o se convierta en una experiencia traumática para el estudiante o marque el inicio de una actividad placentera y de fiesta durante el resto del año.

Javier Suárez, responsable del gabinete de psicología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), observa que la actitud de la familia con el estudiante, durante los primeros días de clases, es determinante para el rendimiento escolar del niño, niña o adolescente durante el resto del año.

“El retorno a clases provoca en los padres estrés, angustia y cambios que llevan a una reorganización del horario, la alimentación y el descanso de toda la familia. Produce también cambios en la economía. Toda la familia tiene que estar involucrada en el proceso de enseñanza y aprendizaje durante todo el año. Interesarse en los chicos, ayudar en la organización de hábitos, escucharlos y planificar los logros y las metas que serán relevantes”, expresó Suárez.

En tanto, el director de la carrera de Ciencias de la Educación de la UMSS, Vidal Arratia, aseveró que de 40 niños que hay en un aula, más de la mitad, sobre todo en los ciclos iniciales, sufren algún tipo de dificultad para adecuarse a esta nueva etapa.
Arratia identificó al menos cuatro conflictos que enfrentan los estudiantes al ingresar a clases: la desactualización tecnológica de los colegios en las formas de enseñanza; la violencia psicológica tanto en la familia como en el colegio; las familias disfuncionales con ausencia de uno de los padres o ambos, y, por último, el rol de profesores que no se esfuerzan en la preparación de las clases.

“El profesor deberá pensar que no está educando a un ajeno. Cada maestro tiene algo de padre para su alumno y cada alumno tiene algo de hijo para su maestro. Lo que pienso para mis hijos es lo que pienso para mis estudiantes. El maestro tiene también necesidades y problemas pero tiene que ser íntegro en todo”, recomendó Arratia.

En tanto, William García, docente de Ciencias de la Educación de la UMSS, recomendó que durante los primeros días de clases, la familia debería asumir una actitud de fiesta con los estudiantes, estimulando a los niños, niñas o adolescentes, con un premio o con la motivación sincera, de que la actividad educativa es placentera, alegre y es “una etapa más de la vida”.

“No se debería ver la educación como una cuestión formal, sino como un proceso más en la formación de las personas. Porque al verlo con demasiada solemnidad, llegamos a los extremos de desvirtuar la formación.

Lo mejor sería que los padres de familia sean los tutores de los hijos, porque los profesores no llegan a cumplir el papel de orientadores”, expresó el especialista.

Recomiendan dar incentivos

Un cono escolar o “Schultute”, lleno de dulces, útiles escolares, galletas y chocolates, es lo que reciben los niños de Alemania durante su primer día de clases, según explicó William García, docente de Ciencias de la Educación de la UMSS, y la Embajada de Alemania lo describe en su página web.

El Schultute lo construye toda la familia, principalmente los padres. Con varias semanas de anticipación y hasta el día de inicio de clases, el estudiante no conoce su regalo. Esta tradición, según narra la Embajada, se remonta al siglo XIX con una creencia que tenían los estudiantes de que el maestro tenía un árbol con conos de dulces en el sótano de la escuela y que, cuando los frutos maduraban, era el tiempo de ingresar a clases. Esta práctica tiene el objetivo de que los estudiantes disfruten del retorno a clases y que la familia se involucre en esto, como una actividad de fiesta.


ADOLESCENTES REQUIEREN DIÁLOGO CON PADRES

Después de más de dos meses de vacación, con tiempos de descansos prolongados, deportes, amigos y viajes, el retorno a clases para los “antiguos”, en su mayoría adolescentes, también puede generarles dificultades y desánimo, según observó Javier Suárez, responsable del gabinete de psicología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).


Retornar a algunas rivalidades, temores a los profesores, nuevos compañeros, maltratos e incluso presiones de los grupos o pandillas para poder realizar ciertas prácticas contra su voluntad, son algunos de los problemas que los adolescentes podrían enfrentar y que pueden condicionar su retorno a clases. También puede ocurrir que somaticen durante los primeros días sus dificultades con dolores de cabeza, de estómago y cambios alimenticios.


El profesional recomendó que los padres escuchen y conversen con sus hijos a inicio del año y durante todo el año, sobre la organización del tiempo, las horas de descanso, el abandono de ciertas actividades para cumplir las metas consensuadas, escuchar los temores de los hijos y dedicarle tiempo genuino para planificar.


Sugirió que los padres estén atentos a los cambios de hábitos de sueño, de alimentación porque reflejan algún tipo de crisis interna.

APOYO FAMILIAR PARA LOS “PRIMERIZOS”

Los niños que ingresan por primera vez al colegio son los que sufren mayor conflicto, el cual generan también a los padres, debido al cambio que están pasando de un ambiente familiar seguro a un espacio desconocido, con personas nuevas, según expresó el docente de psicología, Javier Suárez.


Unos lloran, otros hacen rabietas frente a sus padres, manifiestan comportamientos de angustia, pero en su mayoría les genera crisis. Según García, los niños tienen un apego ansioso a los padres y este desprendimiento les genera confusión.


El profesional de psicología recomienda principalmente a los padres que puedan resolver los problemas conyugales y no cargarles dificultades a los niños, que los ayuden a organizar los materiales, los horarios, que acompañen a los niños, si en caso sea necesario y bajo el permiso de los profesores, durante una hora y los primeros días de clases.


“Si durante un periodo más o menos de tres semanas estos niños no logran adaptarse, socializar o desprenderse de la mamá, es importante que busquen un apoyo de los responsables del colegio o de un profesional externo porque lo que está pasando con este niño es que se puede estar pasando con problemas emocionales”, aseguró.

Preocupaciones por el retorno

• La separación de padres e hijos, durante el primer día de clases, es vista por los niños iniciales como un abandono.
• La disciplina rígida de parte de los profesores, sumada a las ausencias en la familia, puede ser un tipo de violencia en contra del estudiante.
• El cambio de colegio o de forma de enseñanza, por ejemplo el cambio de un colegio fiscal a uno bilingüe particular, puede generar desánimos y estrés a los estudiantes que incidan en su rendimiento académico.
• Cuando hay tristeza al salir del colegio o resistencia al retornar, son alertas para los padres de que los estudiantes están sufriendo algún tipo de violencia o discriminación.
• Los profesores, según recomienda Suárez, deberían “rayar la cancha” desde el primer día de clases sobre los sistemas de evaluación, las calificaciones, las formas de seguir el avance, pero también deberían posibilitar la confraternización entre los estudiantes.
• Hacer seguimiento a las amistades.

Algunas sugerencias

Dos pedagogos y un psicólogo dan recomendaciones a los padres para que los estudiantes tengan un mejor rendimiento escolar durante el año:


• Escuchar y atender las quejas de los niños sin quitarles credibilidad.
• Indagar con los maestros o compañeros sobre algún cambio de conducta que tenga el hijo.
• Felicitar sinceramente a los hijos por los éxitos, incluso los que son aparentemente pequeños (notas, experimentos, destrezas, otros).
• Participar de las actividades conjuntas que realiza el colegio durante el año, por ejemplo los años deportivos, las ferias de experimentos, las danzas y horas vívicas.
• Supervisar bien el desayuno de los hijos, principalmente si son adolescentes, ya que éstos tienden a restarle importancia a este hábito.
• Ayudar a alistar los materiales de los estudiantes una noche antes, para que no haya estrés en éstos al prepararse.
• Consolidar los tiempos de comunicación con los hijos, todos los días y de manera sincera. Preguntar por tareas, amistades.

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