El uniforme luce impecable y la mochila ya alistada con todo lo necesario para enfrentar el primer día de clases. Un día especial para toda la familia, y en especial para aquellos niños que se estrenan en el jardín infantil o la escuela. Para algunos es hora de volver al colegio, y para otros, los más pequeñitos, es el inicio de una etapa nueva y diferente. No importa la edad, el nuevo año escolar representa un desafío cargado de expectativas y sorpresas, sin dejar de lado alguna lagrimita. La primera experiencia en el colegio es un tanto impredecible. Unos llegan entusiastas, mientras que otros lo hacen con timidez.
La psicóloga Paty Hoyos explica que la disposición de los pequeños depende de diversos factores, como su personalidad, la recepción de los profesores, pero principalmente está sujeta a la actitud que tomen los padres y el apoyo que brinden a sus hijos en la adaptación a esta nueva etapa. "La buena comunicación es la mejor guía para ayudar a un hijo en su crecimiento, especialmente ahora, que está a punto de iniciar una gran nueva experiencia". Por lo tanto, todos los elementos que lo acerquen positivamente a una adaptación, serán beneficiosos. Es normal que los padres se sientan preocupados cuando llega este momento.
Algunas de las preguntas que se hacen con frecuencia son: ¿Lo recibirán bien?, ¿Nos echará de menos?, ¿Qué pasa si no se adapta? La única respuesta para todas las preguntas es: "tranquilidad y paciencia". Los padres son el principal apoyo del niño, por lo que deben confiar en las cualidades y el desempeño de su hijo. De acuerdo a la doctora Hoyos, surgen los siguientes consejos:
El colegio. No se debe ejercer demasiada presión en el niño, haciendo de este primer día y el colegio, un evento inmenso y demandante. Días antes de la fecha de inicio, lo recomendable es conversar con el niño para decirle que ha crecido, y al igual que todos los niños de su edad, debe ir al colegio y aprender cosas nuevas. Explicarle que también va a jugar y hacer actividades divertidas donde conocerá nuevos amiguitos. Es importante que cada vez que se toque el tema, los padres mantengan una actitud positiva y alegre.
En el hogar. Hay que dejar todo preparado la noche anterior, para evitar que el niño perciba un ambiente estresante en la casa. Tener todo listo evitará retrasos y apuros innecesarios por la mañana. El niño tendrá que levantarse más temprano de lo habitual, de modo que es esencial que se duerma temprano para descansar las horas necesarias.
La primera semana. Es aconsejable que uno de los padres o ambos, sean quienes vayan a dejar y retirar al niño al colegio, puesto que así le otorgan seguridad; especialmente para los que empiezan kindergarten. Deben hacerlo con naturalidad, y en lo posible evitar el transporte escolar durante la primera semana, o hasta que el niño se sienta más seguro. En el caso de los niños muy pequeños, es bueno que los padres los acompañen hasta la misma sala de clases. Esto debe ir disminuyendo a medida que pasan los días y el niño se familiariza con el lugar y la maestra La despedida debe ser con un rostro sonriente y la promesa de que lo estarán esperando al terminar el día. Sobre todo si para el niño es el primer encuentro con la vida escolar, sentirá el miedo a sentirse abandonado. Es lo más duro para ellos, por eso rompen en llanto a la hora de despedirse. Probablemente dirá que no quiere quedarse, y los días siguientes argumentará que prefiere permanecer en casa. También puede manifestar que le duele la cabeza o el estómago, lo que no siempre debe menospreciarse, ya que en realidad puede que sea así, a causa de la tensión. Frente a estos síntomas, los padres deben ser comprensivos, pero siempre mantener la calma y no ceder ni mostrarse complacientes, ya que ello dificultaría su proceso de adaptación.
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