27.8.14

Los estudiantes de la Unidad Educativa Mejillones practicaron en horas precedentes el culto a la Pachamama o Madre Tierra

Los estudiantes de la Unidad Educativa Mejillones practicaron en horas precedentes el culto a la Pachamama o Madre Tierra con la colocación de una ofrenda andina, denominada k’oa. Según los profesores fue para poner en práctica los saberes y conocimientos ancestrales, como establece la Ley Educativa 070 "Avelino Siñani-Elizardo Pérez".

La directora del establecimiento, Paulina Choque Durán, manifestó que los saberes y conocimientos ancestrales en la actualidad cobran mucha importancia.

"Se expresan en experiencias prácticas, que de alguna manera, contienen un potencial de riqueza de saberes de nuestros abuelos y abuelas, es así que dentro el marco del nuevo modelo socio comunitario productivo de la Ley 070, se pretende recuperar esos saberes y modos de vida, practicando la interculturalidad de las y los estudiantes de los padres de familia, como también de los docentes, que son de distintas comunidades valorando la diversidad cultural con la que vienen a nuestro establecimiento", indicó.

El rito de la k’oa, es una costumbre que año tras año se alcanza a la Pachamama, pero esta vez con mayor relevancia, puesto que según nuestros ancestros el mes de agosto la Pachamama está de hambre y debemos darle su alimento, alcanzando una mesa blanca para nuestra unidad. Esto con el único objetivo de proteger a toda la comunidad educativa de las desgracias y nos vaya bien en nuestras actividades cotidianas, particularmente a nuestra niñez estudiosa", explicó.

Dijo, que según las creencias, no importa cualquier día de agosto, a las 12:00 horas o a la media noche, toca alcanzar la k’oa.

"Utilizamos carbón para encender la brasa, colocando al centro de una mesa con aguayo la mesa blanca, con una variedad de misterios, mientras acompañamos a la Pachamama pijchando tres veces la coca, acompañado de una lejía dulce o salada, de acuerdo al gusto de quienes estamos en el rito, challando con alcohol puro en las cuatro esquinas donde se encuentra la mesa blanca y los 12 misterios", señaló.

Una vez encendida la brasa liderados por la directora y subdirectora, los docentes cogieron con una mano una parte de la mesa blanca en dirección de la brasa encendida, colocando como un aditamento esencial azúcar y canela para completar el alimento de la Pachamama, con peticiones personales.

"Así todos efectuamos esa unidad entre el ser humano y la Madre Tierra, la naturaleza, buscando la complementariedad a partir de esos conocimientos, para finalizar todos nos damos el abrazo expresando el ¡jallalla! ( viva) correspondiente", relató.

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