27.12.14

En La Paz, unos 40 estudiantes huyen de casa por perder el año



Al menos 40 estudiantes de 12 a 17 años escapan de sus casas a fin de año por reprobar el año académico, informó el Centro de Capacitación y Servicio para la Mujer (Cecasem). En su mayoría, los jóvenes retornan a sus viviendas por voluntad propia, después de meses.

“La desaparición de un adolescente implica que hay problemas en el hogar. En el caso de La Paz, unos 40 adolescentes desaparecen por esta época y en el país las estadísticas son más complejas porque no hay cruce (de información)”, señaló a La Razón Marco Gira, consultor del Cecasem.

Este fenómeno se da con más frecuencia en los últimos años, ya que el tema de la trata y tráfico de personas es evidente. Tanto hombres como mujeres que huyen son del nivel secundario. “Es un fenómeno que sucede en todo el país, especialmente en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz”, explicó el abogado.

Las principales razones que llevan a los adolescentes a tomar esta decisión son: el temor a un castigo severo de los padres, la falta de confianza con ellos para contarles sus problemas colegiales y el descuido de los progenitores por no precautelar sus estudios durante el año académico.

¿Qué peligros corren los jóvenes que escapan de su hogar?, preguntó este medio y Gira expresó que los riesgos van desde la explotación laboral, trata y tráfico hasta violencia sexual. Según el artículo 127 del Código Niño, Niña Adolescente: “Todo adolescente que sea trasladado de una localidad a otra para realizar cualquier tipo de trabajo requiere de la autorización escrita de sus padres o tutores, así como de su defensoría de la niñez”.

Para el consultor, el control que se ejerce, principalmente en algunas terminales terrestres de buses, es importante. Pero, no es suficiente porque cualquier persona puede abordar un bus interprovincial o departamental desde cualquier vía. Además, los jóvenes de esa edad pueden ser fácilmente “reclutables”.

“Pese a los controles, hay empresas que venden indiscriminadamente pasajes a menores de edad. Hay que recordar que cualquier persona que los recibe (sin permiso) comete delito por sustracción o inducción a la fuga”, dijo. Además, en algunos casos, para sobrevivir, los jóvenes sustraen dinero de su hogar o piden ayuda a sus parejas.

Problema. Para la psicóloga clínica Tatiana Jáuregui, cuando un joven pierde el año siente que ha fracasado. “Es una valoración sobredimensionada y son creencias equivocadas. Se recomienda a los padres, tutores y maestros que traten de hacer ver que más allá de un fracaso, la mayor parte del aprendizaje se da a partir de los tropiezos y se debe volver a empezar”.

Para Gira, es inconcebible que un padre se dé cuenta de la pérdida del año escolar al finalizar la gestión. “Eso implica que durante meses no se hizo ningún seguimiento al hijo”.

No solo eso, el consultor recomienda un control coordinado de las autoridades locales y nacionales, en los municipios, las provincias y los departamentos del país. Además, este tipo de seguimiento institucional evita que los jóvenes caigan en manos de delincuentes.

Hay errores en el manejo de datos

Estadísticas

Marco Antonio Gira, del Centro de Capacitación y Servicio para la Mujer (Cecasem) dijo que la falta de estadísticas respecto a la huida de los jóvenes de sus casas se da porque los padres ocultan información.

Textual

“Muchos desaparecidos aparecieron, pero eso no se llega a saber porque los familiares no comunican de esta situación y siguen figurando como desaparecidos”, informó la autoridad del Secasem.

No hay comentarios:

Publicar un comentario