Varias compañías de seguros francesas están proponiendo pólizas especiales para los jóvenes de las escuelas primarias, medias y superiores, cada vez más a menudo víctimas de robos y violencias de distinta gravedad. Todo queda así cubierto: el robo de los libros, los cuadernos y la mochila, pero también las chaquetas y los zapatos deportivos.
Eso no es todo: también se tienen en cuenta las agresiones y molestias sufridas de parte de otros compañeros de clase. Lanzada a fines de junio, la nueva póliza de una compañía de seguros muy popular en Francia, Matmut, registró un auténtico boom en septiembre: ya hay 15.000 contratos firmados, según reportó el diario Le Monde.
Los niños y jóvenes interesados van desde la escuela maternal hasta los 20 años. Una póliza semejante es propuesta también por la MAE, compañía líder en seguros escolares.
Se trata de una novedad, ya que hasta ahora los asegurados eran sobre todo docentes y directores de institutos. La práctica, al mismo tiempo, convence a cada vez más profesores: la MAIF, el seguro histórico de los docentes de la escuela pública francesa, registró 460 mil nuevas adhesiones. “La escuela no es un santuario, esto es cierto, y en una sociedad en la que se recurre cada vez más a la violencia la escuela no escapa a la tendencia”, explicó a Le Monde Dominique Thys, vicepresidente de la MAIF. “Las compañías de seguros se adueñan del mercado de la angustia escolar”, según el diario.
El tema de la violencia en la escuela sigue en el centro del debate en Francia. Un estudio realizado en 2010 sugirió que el 12% de los 12.326 escolares franceses de escuelas primarias y medias es víctima de abusos físicos y verbales. El 6% de los casos registrados se consideró “grave”.
“La escuela puede ser vivida como una pesadilla”, subrayó Eric Debarbieux, docente en la Universidad Paris-Est de Creteil, director del Observatorio y autor de un reciente informe sobre el “clima escolar” para el Ministerio de Educación.
El nacimiento de las nuevas pólizas contra los ataques para alumnos y estudiantes, sin embargo, convence sólo a medias a la Federación de Padres FCPE.
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