La actual Ley Educativa establece que personas con discapacidad tienen derecho a acceder a una educación integral y en igualdad de oportunidades, pero no refiere qué sucederá en caso de incumplimiento.
El Ministerio de Educación prepara una norma que especificará políticas de educación inclusiva para este sector de la población y determinará la obligatoriedad de inscribir a todo estudiante que lo requiera, además de multas si la solicitud es ignorada, anunció el viceministro de Educación Regular, Noel Aguirre. “Hay una norma muy general y aún existe gente que aprovecha que no está bien especificada para no recibir a estudiantes con discapacidad o ponerles dificultades, por eso trabajamos en la elaboración de una norma para resolverlo e inclusive poner sanciones”.
Aunque aún no se tiene claro si se tratará de una ley o un decreto, Aguirre adelantó que también se abordarán los planes de información y sensibilización sobre la realidad en que vive este sector, los que estarán dirigidos a colegios, padres, alumnos, profesores y sociedad en su conjunto.
Aguirre dijo que los papás pueden denunciar a los colegios que se rehúsan a recibir a los niños con discapacidad a través de las direcciones departamentales, las cuales enviarán técnicos a visitar el establecimiento para resolver el ingreso.
4 ejes de la política
El Viceministerio de Educación Especial trabaja en cuatro puntos: habilitación de centros especiales, creación de currículos específicos, especialización de maestros y entrega de materiales.
Habrá formación productiva
Estudiantes con discapacidad contarán con formación productiva similar a la de educación regular, que será integrada paulatinamente en todos los centros de educación especial, informó el viceministro Noel Aguirre. “Queremos enseñarles diferentes oficios que puedan aprender fácilmente, como el armado de las bolsas de papel, carpintería, panadería, hilados, tejido y costura”, indicó.
La autoridad citó como ejemplo el centro de niños especiales en Charagua (Santa Cruz), donde hay un taller de carpintería industrial en el que se les enseña este oficio para alcanzar su independencia.
Actualmente, el currículo de formación productiva está siendo analizado y fortalecido por las organizaciones. Esta modalidad ya fue incorporada en algunos centros privados, como la escuela de sordos Camino, donde los niños aprenden repostería y panadería, para producir y comercializar todo lo que elaboran, como una forma de sostener al propio centro que acoge a niños de escasos recursos.
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