Johnny Quispe, papá de un alumno del colegio privado San Antonio de Padua, comenta: “Estoy de acuerdo con el uniforme escolar porque eso los identifica como estudiantes y se sabe a qué colegio van. He gastado 130 bolivianos, pero es anual o dos veces al año. En ropa común se gastaría mucho más”.
Los padres de familia paceños están a favor de que sus hijos utilicen uniforme, aunque desde este año, una resolución del Ministerio de Educación instruye que ninguna unidad educativa, fiscal o privada, puede obligar a esta práctica.
En un sondeo realizado por La Prensa entre 20 papás y mamás de seis colegios —tres privados y tres fiscales— que ayer llevaron a sus hijos al primer día de clases, la respuesta fue unánime: todos ven con buenos ojos el empleo de guardapolvos, pantalones, faldas y chompas únicas por dos motivos: permite ahorrar dinero y otorga a sus vástagos identidad y seguridad.
El 4 de enero, Educación emitió la Resolución Ministerial 001/10, de Normas Generales para la Gestión Educativa 2010. En su cuarta parte, el documento dice: “El uso del uniforme no es obligatorio en la unidades fiscales, privadas y de convenio”.
“Sin embargo —continúa el texto—, se acepta en caso de llegar a un acuerdo entre la dirección y padre, madre, tutor o apoderado; pero éste no deberá comprender únicamente falda para las niñas y señoritas, debiendo incluir el uso del pantalón de forma alternativa”.
Andrea Mamani, cuyo hijo asiste al colegio Ayacucho, dice: “Pienso que con el uniforme se demuestra el respeto al establecimiento. No estoy de acuerdo con la vestimenta libre de los chicos, porque están en etapa de formación”. Mónica, Sonia y Nelly, tres mamás de muchachas del Liceo Venezuela, respondieron casi al unísono: “Es más barato”. Según alegó la primera, “las jovencitas quieren ponerse una prenda diferente cada día, las que están de moda y de marca, imagínese cuánto gastaríamos al año”.
Los precios de las vestimentas varían entre 40 y 200 bolivianos, según el tamaño, la calidad y el lugar de venta. En los propios establecimientos son más caras, por eso el Ministerio instruyó que en caso de acordar su uso, se dé la libertad de adquirirlas en cualquier centro de abasto.
Un uniforme completo del colegio San Antonio cuesta 130 bolivianos, y del San Calixto, 200; aunque en este último caso, en La Tablada y la Graneros se vende hasta en 140 bolivianos. Para unidades fiscales, la ropa de diario para alumnos del kínder Óscar Alfaro cuesta 40 bolivianos, y 90 en el colegio Germán Busch.
Otro gasto para los papás es la ropa de educación física —poleras, pantalones cortos y buzos—, que se venden a un promedio de 70 bolivianos para fiscales y 150 bolivianos para privados.
Más argumentos
El presidente de la Junta Escolar de La Paz, Franklin Gutiérrez, aseguró que la prohibición de que los establecimientos obliguen al uso de uniforme “se debe a que muchos colegios han lucrado con este pretexto, generando gastos excesivos en los padres”.
Sin embargo, dijo que existe una predisposición de este sector —que agrupa a padres de familia de entidades fiscales— para que cada unidad educativa se reúna en una asamblea para definir este punto de acuerdo con el criterio de la mayoría. “El voto resolutivo —explicó— con la decisión se debe enviar al Servicio Departamental de Educación (Seduca), y éste emitirá la autorización”.
Como criterio personal, Gutiérrez opinó que no está de acuerdo con el uso de uniformes, “porque la identificación de los estudiantes históricamente es el guardapolvo blanco; lastimosamente desde hace algún tiempo, la influencia de los colegios particulares que han empezado a crear diferentes modelos de vestimenta ha hecho que muchos fiscales también los adopten”.
Según la pedagoga Ximena Ancalle, más allá de factores económicos, “el uso de uniforme tiene dos connotaciones opuestas: “Por un lado, representa disciplina y ayuda a focalizar el objetivo general de estudio; pero por otro, puede coartar la libertad, independencia y el desarrollo del libre albedrío”.
El Gobierno prohibió la obligatoriedad de las prendas únicas.
Seis padres de familia opinan
“Estoy de acuerdo con los uniformes de colegio por ser un distintivo, además que ayuda a la seguridad de los niños. El hecho de colocarles otra ropa es un gasto extra, ahora con 150 bolivianos podemos vestirlos todo el año”.
Gabriela Cordero / Madre de alumna del colegio San Antonio
“El que los alumnos pasen clases uniformados es necesario. Cuando alguien inscribe a su hijo a un particular, lo hace sabiendo el gasto que realizará. Además que no es algo caro”.
Mariano Sosa / Padre de un alumno del San Calixto
“El uniforme no le compro cada año a mi hijo, este año no gasté casi nada. El guardapolvo no creo que sea conveniente y la ropa diaria me saldría más caro, porque no podría mandarles con lo mismo cada día”.
Sofía / Madre de dos niños del Inglés Católico
“Creo que en parte deben exigir el uniforme para poder identificar a los niños si son realmente escolares o no, caso contrario sería un caos y ellos se desviarían por malos caminos”.
Elías Villa / Padre de un niño de la escuela México
“Es necesaria la ropa especial porque los alumnos deben estar bien formales, y esto también les sirve para que se distingan de los de otras escuelas. Este año gasté 140 bolivianos, que en relación con otra ropa normal no es mucho”.
Rubén Mamani / Padre de una niña del Santa Rosa de Lima
“Los papás de este colegio estamos de acuerdo con el uniforme, ya que de esta forma podemos identificarlos y protegerlos. Si no, se irían a los internets y no podríamos controlarlos”.
Juan Carlos Mendoza / Padre de estudiante del Germán Busch
No hay comentarios:
Publicar un comentario