León tiene 38 años, es casado con Daniela Mendoza y tiene una hija. Su compañera lo apoya y también le preocupa la situación de los estudiantes y de la gente pobre de la comunidad.
“Tenemos que llegar a las casas, la tecnología no nos ayuda acá en el campo”, dice el profesor que imparte dos materias que considera primordiales: lenguaje y matemáticas. En una jornada deja las tareas y en la siguiente va a revisarlas.
¿Cómo surge esa idea de salir a las calles para buscar a sus alumnos?
Sabemos que la situación que se atraviesa en el país y en el mundo es preocupante por el Covid-19, nos tiene encerrados a todos en general, por eso es que surge la iniciativa de visitar a mis estudiantes. Yo trabajo en el Distrito Presto, es un área dispersa con casas alejadas y mi Unidad Educativa se llama Lomán, pertenece al núcleo Rodeo el Palmar.
¿A qué distancia de su domicilio está su unidad educativa?
Está a una distancia de 65 a 70 kilómetros de donde yo vivo. El traslado en movilidad es de dos horas, aproximadamente, porque el camino es de tierra, no es de los mejores. Después hay que caminar una hora hasta el colegio e iniciar la visita a los estudiantes para darles algunos trabajitos en las áreas que son más importantes, como lenguaje y comunicación, además de matemáticas que son primordiales en la formación de los niños.
¿En qué nivel da clases?
Soy formado para nivel primario, polivalente. Estoy con dos cursos multigrado, cuarto de primaria con siete estudiantes y sexto de primaria con cinco estudiantes.¿Visita a los 12 estudiantes?
Sí, en total son 12 estudiantes a los que visito para darles el tipo de trabajo que tienen que hacer y cómo deben realizarlo.¿Cada qué tiempo sale a visitar a los alumnos?
Salgo según las normativas vigentes. De acuerdo con el número de carnet, me toca salir los días viernes, entonces los jueves por la noche veo la forma de trasladarme, cómo salir en qué movilizarme, tengo que buscar diferentes alternativas.¿En qué sale generalmente?
Hay algunos vehículos que espero para que me lleven hasta cierto lugar, luego caminar y de esa forma llegar a destino porque no hay vehículos.
¿A qué hora inicia su travesía y en qué punto?
De acá de Coroco me voy hasta Presto, donde trabaja mi esposa en el tema de salud, de ahí trato de agarrar una movilidad para llegar hasta Lomán que es mi unidad educativa. Todo comienza a las 6:00 para encontrar a los estudiantes, porque luego se van a trabajar en el tiempo de cosecha. A las 7:00 estoy en la primera casa, ahí hay que caminar 30 minutos de casa a casa. Termino la jornada a las 14:00 y retornar a la casa consume el resto del día.
¿Qué le dicen en su comunidad por el esfuerzo que está realizando?
La gente está preocupada porque no hay clases, porque el retorno de las actividades se está demorando mucho. Se espera que la enfermedad no llegue a esta zona porque puede afectar mucho a la gente que es pobre. Los pobladores se sienten felices cuando uno llega, lo mismo que los estudiantes que corren para recibirme cuando estoy cerca, se ponen felices y preguntan cuándo volverán las clases.
¿Cuántos profesores hay en su colegio?
Somos cuatro en total, yo soy el director del colegio. Los tres colegas viven en Sucre y se les dificulta trasladarse desde la ciudad, en cambio yo aprovecho que vivo en provincia, aunque la distancia es larga, buscamos cumplir con los estudiantes sin romper las normativas.
¿Cuántos estudiantes tienen en el colegio?
La escuela es sólo para el nivel primario, desde primero hasta sexto, en total tenemos 45 estudiantes y se maneja el multigrado. Tenemos un curso, quinto, que lo manejan de forma individual.
¿No hay casos de coronavirus por allá?
Gracias a Dios no, esperemos que no llegue, aunque se comenta que en Icla, un municipio vecino, ya hay.
¿Qué le dice su esposa por lo que hace?
Está preocupada porque la realidad que vivimos acá es dura, tenemos que llegar nomás a las casas. La tecnología no nos ayuda acá en el campo, las clases virtuales son más para la formación superior, porque a nivel primario no ayuda.
¿Hay material de bioseguridad allá?
Los pobladores no tienen ese material. Yo llevo algunas cosas como el alcohol en gel y barbijos. Hay un poco de vergüenza en la gente para usar ese tipo de cosas. Lo que sí se hace es la desinfección. Estoy pensando hacer algunos barbijos para que los chicos tomen conciencia de este tema.
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