31.5.20

La valiosa historia detrás de los colegios de Tarija

Los recuerdos de la Tarija de antaño perviven en la memoria de muchos pobladores de esta tierra. Uno de los tesoros más valiosos está referido a la educación formal, pues los colegios más antiguos y renombrados marcaron la vida de los más ilustres personajes, y aunque hoy la pandemia del Covid- 19 nos mantiene alejados de sus aulas, la historia detrás de ellos es trascendental.

Según el registro histórico la educación formal en Tarija nació de la mano del colegio Nacional San Luis, el establecimiento de educación más antiguo del departamento y que fue fundado en los primeros años de la segunda mitad del siglo XIX.

Fue cuartel, hospital, universidad, prisión y por sus aulas pasaron los hombres más renombrados de la historia departamental.

Fue a partir del colegio San Luis que se generaron otros más, como: Octavio Campero Echazú, Eustaquio Méndez, José Manuel Belgrano, Lindaura Anzoátegui Campero, María Lara Justiniano, Liceo Tarija. Unos con más historia que otros, pero todos apuntalando la educación.

De acuerdo al historiador Agustín Morales, en su libro Estampas de Tarija, el Colegio Nacional San Luis funcionaba en la infraestructura de un convento de los jesuitas. Fue inaugurado el 1 de enero de 1854 con el nombre de Colegio Oficial de Ciencias, por el entonces prefecto Celedonio Ávila, quien designó como director al sacerdote franciscano Zacarías Pogolotti, según investigó el director del Archivo Histórico de Tarija, Elías Vacaflor.
En ese año arrancó su funcionamiento; sin embargo, la Resolución Suprema de creación del colegio “San Luis” se dictó tres años después. Hubo interrupciones por distintos factores. Pero fue el ilustre tarijeño Narciso Campero quien volvió abrir sus puertas en el año 1883, desde entonces se mantuvo en vigencia hasta la fecha.

Pero esta unidad educativa no fue sólo el pilar de la educación secundaria, ya que también fue de la superior, pues en sus aulas inició su funcionamiento la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS). Esto sucedió un 6 de junio de 1946. Más tarde, en el año 1952 se empezó la construcción de la infraestructura en la que actualmente funciona el colegio.

Ya en los años 1930 a 1935 había relativamente pocos establecimientos educacionales en la ciudad. Existían dos escuelas primarias de varones: Aniceto Arce y Gral. Narciso Campero y dos de mujeres: María Laura Justiniano y Santa Ana (de monjas), éstas funcionaban para casi toda la población. Aparte los padres Franciscanos sostenían la Escuela Antoniana que con los años tenía mucho incremento.

Luego, en los barrios del Molino y San Roque había escuelas municipales (urbanas) mixtas e incompletas que funcionaban, la primera en una casa de la esquina Bolívar-Ramón Rojas frente a la cervecería y la otra en un local municipal de la calle Potosí, pero en cierta época ambas fueron suprimidas.

Agustín Morales señala que también existía un Jardín de Niños, el “15 de Abril” que funcionaba en la casa de la familia Rojas, esquina La Madrid y plaza Principal, donde después se construyó el actual edificio del Banco Central. El San Luis era el único plantel secundario donde se educó la mayor parte de la juventud tarijeña.
Recién al pasar la Guerra del Chaco entre los años 1935-1937 se crearon el Liceo de Señoritas y el Instituto Nocturno de Comercio, un poco antes lo había hecho la Escuela Profesional.

Carlos Cuenca de 80 años cuenta que en forma un tanto irregular funcionaba por aquellos años una escuela de Artes y Oficios, dice también que se instaló una Escuela de Tejidos en el local municipal de la esquina de 15 de Abril-Campero. Ésta tuvo una efímera duración, archivándose los costosos telares importados.

Finalmente Morales recuerda en su libro que hubo intentos para organizar una Escuela de Agricultura en el fundo fiscal “El Tejar”, para lo que se trajo maquinaria agrícola y animales de raza, pero por razones desconocidas nunca llegó a tener actividad positiva. “Parece que no pasaba de los proyectos o sería por descuido de las autoridades que todo aquello se dejó al tiempo y la desidia lo destruyó”, recuerda Carlos.

Empero, el crecimiento poblacional con el paso de los años obligó a la creación de más establecimientos, razón por la cual a la fecha existen más de 187 unidades educativas, entre el área urbana y rural. Éstas funcionan en 97 infraestructuras, ya que unas son usadas en tres turnos, tarde mañana y noche, principalmente en el área urbana.
Hace ocho años que se hizo la entrega de remodelaciones y ampliaciones de las infraestructuras. Se calcula que en un 90 por ciento de las unidades educativas se realizó este avance, tanto en el área urbana como en la rural.

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