Cuando éramos chicos nuestras tardes transcurrían entre los deberes domésticos que nos inculcaron nuestros mayores, como ordenar nuestros juguetes, recoger los envoltorios de los chocolatines y deliciosos dulces, que desparramamos la noche anterior, colgar la ropa y otras cosas; luego, siempre los paseos al Parque de la Unión o finalmente a la Plaza 10 de Febrero y de paso de la mano de mi madre, los fines de semana al Correo Central; ya entradas las primeras horas de la noche cruzábamos hacia la calle Bolívar por el Parque de los Patitos (parque Castro y Padilla), donde en solaz esparcimiento chapaleaban los blancos patitos con el cisne de por medio en la fuente de abundante agua. Otro aspecto que resaltaba en mis agradables paseos al lado de mamá era el imponente espectáculo de los faroles, con sus albas y destellantes esferas iluminando en torno a la plaza y el parque.
Los domingos por la mañana a la "Matinal del Palé", (cine Palais Concert), o al teatro municipal, que estaba en la calle Ayacucho, era una constante, en similares días con los demás niños y niñas. ¡Ah! y me olvidaba del Parque Bolívar con sus columpios y sube y bajas y, por otro lado, pocos domingos a compartir con los animalitos del zoológico, porque quedaba distante y sólo se llegaba en el colectivo rojo. Los "grandes" de ahora, entonces éramos chicos, amontonando deberes y nostalgias de lo que era ese entonces. Aún antes que nosotros, los chicos y chicas se entretenían con los juegos clásicos de su edad, como las cachinas, el trompo, thunkuna y oculta oculta.
La TV; en la actualidad
Ahora de pronto los niños han entrado a poseer otros conocimientos como entretenimiento que les seduce, disputando un asiento delante del aparato de televisión. Lo hacen muy bien, cuando la familia y en especial la mamá reclama sus derechos a la comodidad; ellos siempre encuentran unas rodillas para encaramarse delante del papá o del abuelo, o traen el banquillo de la cocina en el que nadie pensó, pero de ningún modo se arriesgan a perder su espectáculo; siempre están atentos en primera fila, por lo que pudiera suceder con sus series de dibujos animados robotizados, con personajes extraños y de muchísima ficción.
Un poquitín más grandes, ocurre que el televisor de su dormitorio, ha comenzado a funcionar desde muy temprano en horas de la mañana y entonces ya es un problema..., ¡ven a tomar desayuno!..., y nada, no hace caso limpiá tu dormitorio u ordená tus juguetes…, o alzá esos envoltorios de los dulces…, nada luego…, molesta la mamá se acerca, mientras él permanece inmóvil frente al "suceder de imágenes", que le fascina al niño; claro está en su propia intimidad (la intimidad de la imagen televisiva, distinta a la del cine de otrora). Y aquí aparecen más problemas, ya que los chicos magnetizados frente al televisor abandonan sus deberes y sus juegos para permanecer inmóviles delante de la "caja misteriosa", que encierra espacios mágicos donde se mueven al alcance de sus manos con "el control", les fascinan los personajes de ficción.
Qué haremos frente a ello
Tenemos que poner más atención hacia los niños cada vez es más necesario; es obligación del papá y la mamá advertir acerca del riesgo realmente serio que ha traído la televisión en su conjunto. No hay un solo canal con temas netamente educativos para los niños; todos son copia fiel del extranjero; son raros los programas en vivo que realmente les distraen y con duración en tiempo muy reducido. Por otra parte, la televisión limita su imaginación durante todo el tiempo que está atento a la secuencia de imágenes viendo lo que pasa. No crea sus propios personajes, ni sus aventuras; sino que mira y revive aquello que le ofrecieron ya preparado; es decir, el niño recibe todo ya pre digerido. Y aquí sí el riesgo existe, ya que el juego y la "libre creación", en que deberían estar inmersos en otras actividades, como los dibujos, las plastilinas, rompecabezas y distracción al aire libre o jugando con arena, es "saludable", para el desarrollo cognoscitivo y creativo.
No al exceso de tiempo frente al televisor
Eso es justamente aquello que debemos combatir, ya que de por sí, al estar quieto el niño, se resiente por la inmovilidad estéril a que se somete, porque pasa un promedio de tres a cuatro horas…, frente al televisor, el estudio referente a éste tema, no es actual, sino data de muchísimos años atrás, prácticamente desde que se inició las audiciones de los canales de televisión; esto de la década de 1950 en Estados Unidos y Europa; en Sudamérica a mediados de la década de 1960, resumiendo como resultado la valiosa opinión de un profesional médico de esa época, que manifiesta (textual): "La imagen -dice-, ayuda hasta cierto punto a comprender los hechos porque viendo y observando se aprende; pero, siempre y cuándo la superabundancia no elimine el razonamiento en sí". Eso es justamente lo que se debe combatir, el exceso de tiempo frente al televisor, ya que "ocupan la cabeza", con aquello que es más fácil, más cómodo, de esta manera no ejercita su propia imaginación cuando procederá a realizar sus deberes escolares.
Resumen de lo expuesto
(1) No hay nada escrito para prohibir al niño que se siente al televisor y vea "sus programas favoritos", lo que se puede sugerir es que éste sea el menor tiempo posible
(2) Recomendar al niño que antes o después de su emisión favorita, deberá hacer sus deberes domésticos como: ordenar sus juguetes, colgar su ropa, guardar en sus respectivas cajas sus tenis, etc.
(3) Evitar por todos los medios el exceso de golosinas como chocolates y otros productos que estén elaborados con nutrientes y calorías, para así controlar el aumento de peso corporal
(4) En estas vacaciones donde le sobra tiempo al niño, combinar la distracción con juegos lúdicos (rompecabezas, mecanos y juegos para armar y desarmar)
(5) Es importante los paseos al aire libre (parques, canchas; jugar con pelota y otros)
(6) Si tiene jardín o plantas ornamentales en su departamento, enseñarles a cuidar o proteger, regar (jugar al jardinero)
(7) Practicar con los niños ejercicios psicomotrices en horas determinadas
Finalmente, que los niños se distraigan con la televisión pero que no exageren, ya bastante mal ejemplo les damos los adultos con el fútbol, las telenovelas, cuando llegamos de nuestro trabajo y encendemos la televisión e inclusive la radio en horas que estamos en casa, porque somos incapaces de estar solos con nosotros mismos, pensando o meditando.
La televisión sigue siendo negativa para los niños, deberá ser en un futuro inmediato una forma de educación inclusive para adultos, porque en la actualidad vemos que es un peligroso medio, sino lo sabemos dosificar en su debida forma.
"Sólo aquello que hemos forjado al lado de nuestra familia durante la vida, es lo que podremos llevarnos, al dejarla".
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