Potosí se viste de luto tras el trágico fallecimiento de ocho estudiantes de la promoción del colegio Oscar Alfaro “B” que fallecieron tras ser arrastrados por el río Ichoa, en el trópico de Cochabamba.
Los cuerpos de Adán Taquichiri Rodríguez (17), Alberto Alejo Coro (17) e Israel Ramos Flores (18) fueron rescatados ayer por la mañana por el contingente policial que los buscaba en las aguas. Horas antes ya habían hecho lo mismo con los cadáveres de Alfredo Ramos Barral (17), José Luis Alejo (18), Joselyn Martínez Mamani (17), Víctor Soto Gutiérrez (18) y Cristian Apaza Pillco (18).
Todos murieron ahogados y, de acuerdo con el informe médico forense, la causa del fallecimiento fue asfixia por sumersión. El viceministro de Seguridad Ciudadana, Henry Baldelomar, declaró al programa “100 Puntos”, de Radio Imperial, que cayeron al agua de manera fortuita. “Los jóvenes habían descendido del vehículo y decidido tomarse algunas fotografías en el río. Se tomaron de las manos en una suerte de cadena humana pero, lamentablemente, el que se encontraba en el extremo del río perdió el equilibrio y arrastró con él a los otros compañeros”, detalló.
Ayer, pasado el mediodía, una aeronave “Hércules” de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) trasladó los ataúdes con los cadáveres dentro a la Villa Imperial. También volaron algunos padres de familia y los estudiantes de la promoción del colegio Oscar Alfaro “B”.
La aeronave, con matrícula 61, aterrizó al aeropuerto capitán Nicolás Rojas a las 14:47. Tras parar los motores de la aeronave, se abrió la puerta de la cola del avión y lo primero que se observó fueron los ataúdes. Posteriormente descendieron el piloto y el ministro de Gobierno, Jorge Pérez. El dignatario no quiso hablar con la prensa, acompañó a los dolientes hasta el salón rojo de la Gobernación, donde se velaron en primera instancia, y después se fue.
Los ataúdes de los estudiantes fallecidos fueron subidos a ocho ambulancias, uno en cada vehículo. Posteriormente se formó una caravana de vehículos que partió del aeropuerto hacía la Gobernación. La caravana estuvo escoltada por patrulleros de la institución del orden.
Una multitud de personas hizo un callejón humano a la salida del aeropuerto. La muralla humana se extendió hasta casi predios de la Aduana, ubicados en la comunidad de Karachipampa. Las ambulancias recorrieron hasta ese lugar como cortejo fúnebre ya que la gente recibía a los muertos con lágrimas y dolor por lo acontecido.
A la llegada a la ciudad, miles de personas se apostaron en las calles para ver pasar los ataúdes de los estudiantes. Incluso, desde la calle Hoyos esquina Almagro, la gente recibió a los muertos con pañuelos blancos. La plaza de armas 10 de Noviembre quedó colmada de gente que también sacó pañuelos blancos y ramos de flores; en su mayoría, estudiantes.
Uno tras otro, los ataúdes de los restos humanos de los estudiantes fueron subidos al salón de la Gobernación, donde los velaron y ofrecieron una misa. La ceremonia religiosa fue celebrada por el párroco Giovanni López. El panorama era desgarrador: familiares y alumnos rompieron en llanto inconsolable por la pérdida de las vidas humanas. Por horas, el dolor fue demostrado con llanto e impotencia. Algunas personas se desvanecieron al ver tantos ataúdes en uno. “¡Por qué, por qué, Dios mío, te los llevaste!”, se preguntaba una mujer que lloraba de rodillas sujetándose la cabeza con las manos.
Después de más de una hora de permanecer en el salón de la Gobernación, los padres de los estudiantes optaron por llevárse los cuerpos de sus respectivos hijos a sus domicilios para velarlos durante la noche. Esa solicitud fue planteada al gobernador Félix Gonzales en virtud a que sus hijos estén por última vez donde crecieron y vivieron durante la etapa de su niñez y adolescencia.
El traje de promoción
El momento más desgarrador de la tarde fue cuando los cadáveres fueron formalizados porque los cuerpos pasaban en descomposición.
Los alumnos sólo vestían la ropa la que cayeron al río Ichoa. Una de las madres decía llorando: “quiero llevármelo a mi hijo a mi casa, quiero bañarlo y vestirlo con el traje de promoción para que se entierre”.
Uno tras otro, luego de la formolización, fueron sacados los ataúdes por muchachos del mismo colegio donde estudiaban los fallecidos y cada uno de los padres de familia se los llevó a sus domicilios.
López: “nadie tiene comprado el destino”
El párroco Giovanni López fue quien ofició la ceremonia religiosa invocando a la población que ore por los estudiantes fallecidos para que sean acogidos en el santo reino de Dios.
Reflexionó que nadie pensó lo que iba a ocurrir en el viaje porque “nadie tiene comprada la suerte, nadie tiene comprado el destino. Dios sabe cómo y cuándo nos va llamar”. Dijo que no es fácil comprender la muerte de un joven, pero Dios elige quién debe estar con él porque es designio del Señor.
“Queridas hermanas y hermanos, a todo el pueblo potosino, quiero hacer un llamado especial en este momento: no es momento de decir y hacer malos comentarios, ni de hacer prejuicios. Es momento de hacer oración, pedir por nuestros hermanos para que ellos sean acogidos en el santo reino. Pedir a la Virgen María para que consuelo eterno a toda la familia que están sintiendo este dolor profundo”, dijo.
El párroco reiteró que no es momento de hacer prejuicios ni malos comentarios y solicitó a los medios de comunicación que sean “muy humanos y respetuosos en lo que estamos viviendo”.
Tolerancia y duelo
A través de un Decreto Departamental, el gobernador de Potosí, Félix Gonzales Bernal, declaró duelo en todo el Departamento, sin suspensión de actividades, por el infausto fallecimiento de los ocho estudiantes del colegio Oscar Alfaro “B”.
Asimismo, dispuso que haya tolerancia en las instituciones con la finalidad de acompañar a la última morada a los ocho estudiantes que a las 16:00 de hoy serán enterrados en el Cementerio General. Dijo que a Potosí le tocó vivir un momento difícil tras la muerte de los jóvenes estudiantes, pero solicitó resignación a los padres y familiares ya que los estudiantes fueron llamados por Dios.
A su turno, la esposa del gobernador, Patricia Cusicanqui, lamentó lo ocurrido con los jóvenes estudiantes y dijo que es una pérdida irreparable para los padres de familia.
“No es momento de buscar culpables, creo que es momento de unirnos, de estar adheridos en este dolor y hacer todo lo posible para que tengan una santa sepultura”, expresó visiblemente consternada la esposa del gobernador.
El entierro
La inhumación de los ocho cadáveres de los estudiantes de la promoción del colegio Óscar Alfaro “B” se cumplirá a las 16:00 de hoy, luego de una misa vigiliada que se celebrará en el establecimiento educativo donde estudiaban los jóvenes.
Así lo confirmó a el Potosí, el director distrital de Educación de Potosí, Félix Jara, quien participó de todos los actos que se cumplieron ayer desde la llegada de los cuerpos sin vida de los ocho estudiantes.
Sugirió que, a partir de las 14:00, se reciba los ataúdes de los estudiantes en el colegio y que desde ahí parta el cortejo fúnebre hasta el cementerio general. “El último adiós sería en el colegio, eso es lo que hemos acordado con la directora y esperemos que eso coordine con los familiares de los estudiantes fallecidos”, expresó.
El administrador del cementerio general, Juan Carlos Pérez, dijo que se dispuso un pabellón y nichos nuevos para inhumar a los ocho estudiantes que fallecieron ahogados en el río Ichoa.
“Se les va dar la segunda fila para los ocho estudiantes”, dijo luego de identificar el pabellón 46 del Cementerio General. Para el entierro también se prevé que cuatro panteoneros sepultarán a los estudiantes del colegio Óscar Alfaro “B”.
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