Con la mirada atenta al pizarrón y al lenguaje de señas de una de las dos maestras de aula, 20 alumnos de sexto de secundaria del colegio República Oriental del Uruguay descifran una fórmula de química. Cinco de los estudiantes son sordos.
"¡A ver, no me hagan enojar!”, advierte enfática aunque cariñosa la maestra Lizeth Peláez. Al instante, todos prestan atención y participan. Algunos repiten la fórmula en voz alta; otros, en lenguaje de señas. "Esto no es habitual en otros colegios, pero en éste sí”, explica la profesora.
No todos los maestros pasaron clases para aprender el lenguaje de señas. "Aunque -reflexiona ahora la ‘profe’ Peláez- debimos hacerlo”. En cada curso del colegio Uruguay hay entre tres y seis estudiantes con discapacidad auditiva, por lo que es común el lenguaje de señas en las aulas. A estas alturas, la mayoría de los profesores y estudiantes ya se comunica con ese método.
Mientras la profesora daba la clase, Mireya Huanca, una de las estudiantes, explicaba a su compañero en lenguaje de señas el ejercicio. Según la joven, en el colegio muchos de los estudiantes oyentes aprendieron a expresarse con ese código, por eso no tienen problemas al relacionarse en el recreo, la salida y en el curso.
"Todos charlamos, reímos y jugamos. Por eso decidí ingresar a la Normal (Escuela Superior de Formación de Maestros) para ser maestra de educación inclusiva. Veo que faltan maestros que sepan lenguaje de señas”, dice.
La misma aspiración tiene su compañera Patricia, una de las estudiantes con discapacidad auditiva del curso. Mediante el lenguaje de señas, la joven de largos cabellos y ojos pícaros, asegura que quiere ser profesora.
"Antes estaba en una escuela de sordos, pero era difícil para mí; después entré a este colegio inclusivo que me ayudó a integrarme. Ahora estoy acostumbrada y extrañaré a mis compañeros oyentes porque éste es mi último curso de secundaria”, cuenta la adolescente.
De acuerdo con el director del colegio República Oriental del Uruguay , Mariano Sumi, en los seis cursos de secundaria hay 24 estudiantes sordos; ellos representan al 25% del total del alumnado. "El tercero tiene la mayor cantidad de alumnos, son seis”.
Debido a la cantidad de estudiantes con discapacidad auditiva, el establecimiento cuenta con dos maestros de apoyo y un intérprete de lenguaje de señas. "Además, tenemos una maestra que acude todos los miércoles para ayudar a los estudiantes que tienen problemas con la ortografía y otros”, explica.
Pese a contar con esos profesores, aún se requiere más personal especializado. "Lo ideal sería que cada maestro pase clases con un intérprete, pero no hay profesores”, añade el director.
La maestra de apoyo Patricia Córdova ayuda a los maestros de historia, cívica, física y química en quinto y sexto de secundaria. "Coordinamos para que la clase sea más fácil”, cuenta en el aula y todos los alumnos -con gritos y lenguaje de señas- concuerdan.
Educación inclusiva
Establecimiento El colegio República Oriental del Uruguay es inclusivo desde hace siete años.
Destacados Cinco estudiantes con deficiencia auditiva, egresados del establecimiento inclusivo, están profesionalizándose en la Escuela Superior de Formación de Maestros Simón Bolívar y en la Escuela de Bellas Artes.
En Bolivia hay 60 escuelas inclusivas regulares
En Bolivia hay 60 unidades educativas regulares inclusivas donde estudian 310 estudiantes sordos, informó la directora de Educación Especial, dependiente del Ministerio de Educación, Delia Apaza.
Explicó que ya hay escuelas de inclusión en todo el país. Este año se abrieron en la ciudad de Cochabamba, donde existía un centro de educación para sordos, que no permitía que sus estudiantes fueran parte de otra forma de enseñanza. "Sin embargo, logramos que el centro se integre con una unidad educativa regular y ahora podemos decir que en todo el país hay escuelas inclusivas”, destacó Apaza.
Afirmó que esa tarea no fue fácil, porque requirió que el Estado otorgue ítems de maestros de apoyo para aulas donde haya cinco o más estudiantes sordos.
"Esa falencia poco a poco la estamos subsanando”, dijo y añadió que en el país son muy pocos los maestros normalistas que tienen especialidad en lenguaje de señas. Sin embargo, comentó que hasta el momento hay 70 maestros de apoyo en escuelas regulares y 35 personas sordas que trabajan como maestros, auxiliares y administrativos.
En 2015 se graduarán los primeros 25 maestros sordos con el nuevo modelo educativo y con enfoque inclusivo. Apaza comentó que todos esos logros son fruto de la coordinación que realiza el Ministerio de Educación con la Federación Boliviana de Sordos (FEBOS)
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