Padres de familia del kínder David Arzabe de Vinto denunciaron el ambiente de construcción y de inseguridad del establecimiento, ayer, en lo que se suponía que sería su primer día de clases, y prefirieron llevarse a sus niños de vuelta a casa.
La nueva infraestructura, de cuatro ambientes para más de cien niños, se hallaba perfectamente acabada, pero la vieja, de adobes, estaba a media demolición. Además, el patio y pasillos mostraban marcos de puertas y ventanas, y tablas con clavos sobresalidos. Tampoco estaba listo el frontis principal, que sólo presentaba calaminas improvisadas y los pupitres se hallaban amontonados en el fondo de las aulas, en clara señal de que el lugar no esperaba niños ese día.
Según denunciaron a este medio, en la Dirección Distrital les dijeron que debían pasar clases y que a los niños no les pasaría nada en una semana.
Consultado sobre el tema, el alcalde de Vinto, Edgar Soliz, dijo que no hubo tiempo para hacer la limpieza ni demolición porque la maquinaria municipal estaba ocupada en la limpieza de ríos. “Ustedes están enterados, no hemos tenido inundaciones en Vinto este año”, dijo.
Agregó que la entrega de aulas había sido un compromiso suyo, que ni siquiera estaba previsto en el POA, y que ya se estaba haciendo una limpieza intensiva de modo que la escuela esté totalmente lista el miércoles. Agregó que incluso pensaba entregar dos aulas más en tres meses.
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