El anuncio del Ministerio de Educación de fusionar colegios nocturnos para optimizar la distribución de los ítems no ha sido bien recibida en varias unidades nocturnas de Santa Cruz de la Sierra.
Según el ministerio del ramo, los colegios y centros de educación alternativa nocturnos deben tener un mínimo de 20 alumnos por aula y al menos el 80% no cumple con este requisito.
“No podemos estar trabajando con una mínima cantidad de estudiantes; los padres de familia están peleando alguno ítems a nivel nacional. El 80% de la unidades educativas nocturnas tiene una carencia de estudiantes”, manifestó el viceministro de Educación Regular, Iván Villa, en el momento en que anunció la medida.
No obstante, la noticia cayó como un balde de agua fría entre los estudiantes y maestros de varios establecimientos educativos nocturnos, aunque también hay algunos maestros que califican de positiva la medida si se aplica sólo en los colegios que tengan déficit de estudiantes. Así se lo constató en un recorrido que se hizo por algunos establecimientos de la ciudad.
Por ejemplo, en el centro Felicidad Ardaya, ubicado en el casco viejo, el anuncio generó un rechazo total entre la población estudiantil. El colegio cuenta con 220 alumnos regulares y un 70% trabaja en el centro de la ciudad. Todas las aulas lucen repletas durante el horario de clases, que abarca desde las 18:45 hasta las 22:00.
El temor de los alumnos es que durante el proceso de fusión de unidades se afecte con reducción de ítems o con el cierre de las unidades educativas que tienen suficiente número de estudiantes. “Tengo 14 años y trabajo en una casa que está cerca de acá. Salgo del laburo y me vengo directamente al colegio. A pesar de que hay bastantes estudiantes, me opongo al proceso de fusión, porque nadie sabe qué colegios se verán afectados”, indicó Irene Peralta, que cursa el sexto de primaria.
Como ella, otros estudiantes piensan lo mismo y destacan los beneficios que reciben en dicho establecimiento, como el ‘desayuno escolar’, que en muchos casos es lo único que comen durante la noche y a veces durante todo el día. Y es que muchos se encargan de la limpieza en casas particulares, otros trabajan en tiendas del centro, otros laburan en los mercados o talleres de mecánica y también hay algunos que cumplen con el servicio militar.
La directora del establecimiento, Marlene Silvestre, considera que para analizar la continuidad de un establecimiento educativo se debe ver la necesidad de los estudiantes, principalmente la ligada a la accesibilidad.
Los docentes del Cema Don Bosco, ubicado por la zona del estadio Tahuichi Aguilera, también tienen similar apreciación. Ellos aseguran que el colegio cuenta con bastante alumnado.
Por su parte, Lorenzo Hinojosa, director del colegio 24 de Septiembre, considera positiva la medida si se aplica en los colegios que no tienen estudiantes. En este centro, hay 400 escolares y todas las aulas también lucen llenas de alumnos, durante las clases.
Creen que no se quiere dar ítems
El magisterio urbano considera que el anuncio de cierre de colegios nocturnos obedece a una política de recorte de recursos humanos.
El ejecutivo del magisterio urbano, José Luis Álvarez, acusó al Gobierno de querer eludir su responsabilidad de crear nuevos ítems. “El viceministro, de forma arbitraria, ha anunciado el cierre y fusión de colegios nocturnos. Quieren afectar la educación nocturna para que esos ítems sean trasladados a las unidades educativas que requieren ítems de nueva creación", afirmó el representante sindical.
Sin embargo, en el Servicio Departamental de Educación (Seduca), afín al Gobierno, indicaron que lo que se busca es optimizar la distribución de los recursos, pues el Ministerio de Educación está cumpliendo con la dotación de nuevos cargos. Prueba de ello, es que para esta gestión se destinarán 4.000 nuevos cargos para todo el país.
Actualmente, el mínimo de alumnos en cada colegio es 20, pero el Gobierno plantea que sean 35 alumnos en cada aula de colegios nocturnos.
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