Armando Morales / Corresponsal de La Prensa en Washington DC.- El nombramiento de una mujer de nacionalidad chilena como Directora Ejecutiva de la Escuela Bolivia, en Arlington (Virginia-Estados Unidos), y el próximo cambio de nombre de la institución generan una ola de quejas y críticas de la comunidad boliviana, padres de familia, fundadores y ex miembros del directorio de la entidad.
Pese a que en la terna final hubo un boliviano que manejó varias reparticiones ejecutivas en la gestión de dos alcaldes de la capital de Estados Unidos, Washington DC, se nombró a la chilena.
Esta escuela goza de un decreto supremo del Gobierno de Bolivia y fue fundada hace 11 años por Emma Violand Sánchez, Marcelo Pérez Monasterios, embajador de Bolivia en EEUU en ese entonces, y agrupaciones de padres de familia.
La institución se caracteriza por brindar clases de teatro, danza e idiomas. Además ofrece seminarios sobre migración a los bolivianos residentes en EEUU.
Nelly Zapata, presidenta de la Fundación Sociocultural Diablada Boliviana, se opone a estas dos medidas consideradas por el actual directorio, en el que figuran sólo cuatro bolivianos, entre ellos una menor de edad.
“Es muy preocupante para todos los bolivianos que vivimos en el área metropolitana de Washington. Los cambios deberían ser bien estudiados. La Escuela Bolivia debería mantener su nombre original; además, si entra otra persona (como directora ejecutiva) que no es boliviana, empujará su cultura”.
Zapata, representante de la organización que defiende la cultura y el folklore boliviano en Estados Unidos desde hace 11 años, asegura también que para hacer estos cambios se debería recoger las opiniones de los líderes de opinión e instituciones.
“Nos informaron de este cambio y vemos que es un atentado a la comunidad boliviana. A los bolivianos siempre nos quieren quitar algo. Debería haber una cláusula en el directorio para que se respeten estos principios”, agregó. Similar opinión expresó Samuel Céspedes, uno de los fundadores de la Escuela Bolivia. “Estos cambios son un atropello a un trabajo que se ha realizado con tanto sacrificio”, aclaró Céspedes.
Gonzalo Sandóval, director ejecutivo del Comité Pro Bolivia (entidad que aglutina en sus actividades a más de 20.000 personas al año), lamentó los cambios y dijo que este asunto se trató en el directorio del comité que aglutina a las principales fraternidades folklóricas bolivianas del área.
“Estamos indignados por la manera en que se está manejando este tema. Ojalá se llegue a un buen término y que el directorio de la institución tenga más bolivianos para que defiendan al país. Estamos en contra de ambos cambios. No es nada bueno que gente de otra nacionalidad dirija una entidad boliviana, deberíamos exigir que el 51 por ciento de ese directorio sea boliviano o con raíces nacionales”.
Daniel Park, abogado boliviano reconocido en materia de inmigración, se opone también a este cambio y pide que todo quede como está. Los expertos consideran que no se puede cambiar con tanta simpleza el nombre de una institución sin fines de lucro como la Escuela Bolivia, una de las tres entidades, junto con el Comité Pro Bolivia y la Liga Boliviana, más representativas de la comunidad boliviana en Estados Unidos.
El campanazo sobre este particular lo dieron algunas madres de familia que mandaron e-mails a un programa radial y a las fundadoras de la Escuela Bolivia, haciendo conocer sus quejas y preocupaciones al respecto.
La Corresponsalía de La Prensa en Washington DC quiso conocer la opinión de los miembros bolivianos del directorio, pero éstos no quisieron responder al pedido.
La actual presidenta del directorio, Kathie Panfiel, una voluntaria que trabajó junto a su esposo Bob por conseguir fondos para la Escuela Bolivia, emitió un comunicado oficial.
En él, Panfiel ratifica la intención de cambiar el nombre de la escuela y mantenerlo sólo para el programa de los días sábados. “Desde la fundación de la Escuela Bolivia se agregaron otros programas (Liderazgo de Padres, Líderes Emergentes, ESL, la Academia de Español y Americorps) que actualmente involucran y sirven a personas de muchas nacionalidades”.
El documento también señala que en los próximos meses habrá un proceso para encontrar un nombre amplio que incluya las ideas y la creatividad de la comunidad latina.
Se buscará un nombre que incluya ideas latinas para la escuela.
Buscan apoyo a través de la red
Debido a los últimos sucesos en Arlington, se crearon varios blogs, además se enviaron mensajes en Facebook y e-mails con quejas sobre este asunto y propuestas que van desde el pedido del compromiso por escrito del directorio para reconsiderar el cambio del nombre y la nominación de la directora ejecutiva hasta solicitar la renuncia de los bolivianos que quedan en el directorio, quienes desconocen sus raíces bolivianas y no defienden el nombre de la Escuela Bolivia.
Gabriela Wilcox, de la Asociación de Mujeres Bolivianas, dijo que “los tiempos llaman al cambio. No estoy de acuerdo o en desacuerdo sobre el tema. Tendría que ver una propuesta por escrito para emitir una opinión”.
Mónica Williams, líder comunitaria y ex miembro del directorio de la Escuela Bolivia, informó que mientras ella estaba en la directiva, se opuso tenazmente al cambio de nombre de la institución impulsado por extranjeros”.
El general Augusto Wayar, subdirector de la Escuela Bolivia, del programa de los sábados, dijo que fue uno de los pocos defensores de la entidad en una de las recientes reuniones del directorio. Tampoco está de acuerdo con el cambio.
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