8.9.11

Viceministro afirma que la alfabetización en Bolivia no se reduce a aprender a leer

Según el Viceministerio de Educación Alternativa y Especial, de los más de 800 mil alfabetizados bajo el Programa ‘Yo sí puedo’ , 160 mil cursan la segunda fase del proceso, que es concluir sexto de primaria. Después viene el bachillerato.

ANA MALDONADO

Cambio

Bolivia está entre los países libres de analfabetismo desde diciembre de 2008, por las acciones que encaró el Gobierno desde 2006 a través del Programa Nacional de Alfabetización Yo sí puedo, que tiene el respaldo de los Gobiernos de Cuba y Venezuela.

En el Día Internacional de la Alfabetización, que se conmemora hoy, el viceministro de Educación Alternativa y Especial, Noel Aguirre, recordó que el analfabetismo en el país se redujo del 13% al 3,7% desde 2006, lo cual según estándares internacionales la hace libre de analfabetismo.

Actualmente, el Ministerio de Educación encara la fase de la posalfabetización con el Programa Yo sí puedo seguir, con más de 160 mil participantes, la mayoría adultos mayores que buscan el bachillerato o la inserción productiva.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el analfabetismo todavía “es un grave flagelo que aqueja a muchas sociedades en el mundo, porque aún 793 millones de adultos no saben leer ni escribir, entre los cuales el grupo más numeroso es el de mujeres jóvenes. Según el Censo de 2001, Bolivia tenía aproximadamente 800 mil analfabetos, y esa cantidad se redujo al 3,7%.

“Una cosa es alfabetizar y que la gente lea, escriba, firme y escriba una carta. Lo importante es que hay que fortalecer los conocimientos y deben tener una formación equivalente a la primaria y dar continuidad de los estudios”, afirmó el viceministro de Educación Alternativa.

La autoridad explicó que los primeros estudiantes inscritos en el Programa de Posalfabetización cursan el sexto grado de primaria, y la tercera parte ya avanzó el segundo de primaria.

Las clases se imparten en 12 mil puntos de posalfabetización ubicados en sedes de organizaciones sociales, cuarteles, asilos de ancianos, en centros de rehabilitación de alcohólicos y drogadictos, y otros.

Más de 11 mil voluntarios, entre universitarios, maestros urbanos y rurales y otros, forman parte de los llamados facilitadores.

Aguirre informó que este programa funciona con un presupuesto de 18,9 millones de bolivianos al año. Los recursos provienen de la cooperación internacional y se destina para el equipamiento de los centros de aprendizaje.

La autoridad afirmó que uno de los retos del programa es que la “persona que ya aprendió a leer y escribir tiene que desarrollar sus capacidades productivas y no quedarse en una formación humanística”.


Iletrados en la región, 4,6%

El Ministerio de Educación, en el Día Internacional del Analfabetismo, que se conmemora hoy, recuerda que bajo el Programa Nacional de Alfabetización “Yo sí Puedo”, se alfabetizaron 824 mil personas.

Según el informe, ese dato redujo drásticamente la tasa de analfabetismo del 13% al 3,7%, que ubica a Bolivia entre los países libres de analfabetismo .

El Programa de Postalfabetización que encara el Ministerio de Educación, tiene 824.101 estudiantes.

Según la Unesco, en todo el mundo existen 67 millones de niños que deberían asistir a la primaria y no lo hacen. Asimismo, revela la existencia de 72 millones de jóvenes no acceden a la educación secundaria.

En países de África como, Etiopía, Mali, Niger, Senagal y Sierra Leona más de 50% de la población adulta es analfabeta, al igual que en Haití. En Asia, el 51.8% de la población adulta es analfabeta y América Latina concentra al 4.6% de los adultos analfabetos del mundo.


Tres desafíos de la posalfabetización

Con la aplicación del Programa de Posalfabetización Yo sí Puedo Seguir, ahora el Ministerio de Educación enfrenta nuevos desafíos, como el acceso al ejercicio de los derechos, el desarrollo de capacidades productivas y los estudios superiores.

“Vimos conveniente ampliar el Programa de Alfabetización para el acceso a políticas sociales, porque quien se alfabetiza en el país tiene que ejercer sus derechos ciudadanos. Por ejemplo, una persona adulta mayor debe acceder fácilmente a la Renta Dignidad, un niño debe insertarse al bono Juancito Pinto o si está embarazada al programa Juana Azurduy de Padilla”, señaló Noel Aguirre, viceministro de Educación Alternativa y Especial.

En ese sentido, explicó que también es necesario profundizar la relación con la parte productiva, que significa el desarrollo de las capacidades productivas del individuo capacitado.

Aguirre considera que estas personas alfabetizadas no deben quedarse sólo en una formación humanística, sino que tienen que desarrollar las capacidades productivas de la población.

Para Aguirre, los desafíos enmarcados en la nueva etapa de la alfabetización en el país deben ir de la mano y la colaboración directa de los más de 11 mil facilitadores, que permitirán alcanzar las metas trazadas.

El Programa tiene un registro de 16.348 personas que llegaron a la última etapa de instrucción, equivalente al sexto de primaria, y quieren alcanzar los estudios técnicos.

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