Apoyan las tablas sobre bloques armados con ladrillos para que les sirvan como pupitres. Así pasan clases los estudiantes del colegio Marcelo Quiroga Santa Cruz del municipio de Villa Rivero, segunda sección de Punata.
La incomodidad es evidente. Los adolescentes se ubican de tres en tres en las improvisadas mesas y sillas, otros colocan una tabla sobre dos sillas viejas para sentarse con cuadernos y libros en sus rodillas. Los que tienen menos suerte están en el suelo, apoyan tablas en sus piernas para poder escribir con algo de comodidad. En algunas aulas hay pocas sillas, pero sólo las ocupan los que llegan primero al salón de clases. Ningún maestro tiene mesa ni silla, salvo los que optaron por utilizar, como sus alumnos, maderas y ladrillos.
En mayo de 2009 inauguraron el establecimiento que es parte del programa “Bolivia Cambia, Evo Cumple”. Tiene 10 aulas y una cancha multifuncional con tinglado. Lo que no hay es el mobiliario. La unidad educativa alberga a 600 estudiantes en dos turnos. Padres de familia y profesores aguardan la dotación de muebles para las próximas semanas.
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