Las maestras y maestros bolivianos con una trayectoria de más de 50 años, Ernesto Cavour Aramayo, Luzmila Carpio Sangueza, Ricardo Campos Bracamonte, José Eduardo Murillo Mendizabal, Aldo Peña Gutiérrez y Gonzalo Hermosa Gonzáles, recibieron este lunes las Resoluciones Administrativas de Registro de Obras, quienes registraron sus 15 obras más representativas de su amplia carrera artística, además de un reconocimiento por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi) y el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización.
En un acto especial celebrado en el Patio de Culturas, en ocasión de la conmemoración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual, los ministros de Desarrollo Productivo y de Culturas, Néstor Huanca y Sabina Orellana, respectivamente, a nombre del Gobierno nacional entregaron las Resoluciones Administrativas de Registro de Obras y reconocimientos, por su aporte al patrimonio intelectual y cultural del país.
“Hoy es un día muy importante para el Estado Plurinacional de Bolivia. A nombre del presidente Luis Arce y del hermano David Choquehuanca, resaltamos que el sistema de propiedad intelectual juega un rol importante en la protección de obras y servicios de emprendedores, innovadores, creadores y autores, aumentando la visibilidad del interés y su valor en el mercado”, remarcó el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca.
La autoridad afirmó que el Estado, a través del Senapi, protegerá la propiedad intelectual de las maestras y maestros reconocidos a nivel nacional e internacional, que con sus obras aportaron al patrimonio cultural del país.
Por su parte, la ministra de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, Sabina Orellana, dijo que es importante recordar que los maestros y maestras reconocidos fueron embajadores de la cultura nacional con su música, sobre todo en el exterior del país.
“A veces usurpan sus canciones sin pedir la autorización. En ese ámbito, vamos a proteger a todos los artistas de nuestro país (…). Sus canciones (de las maestras y maestros) han salido fuera de nuestras fronteras, es el orgullo de los bolivianos. Cantan bailan nuestros paisanos que están en otros países, disfrutan de los discos que se han difundido en otros países”, destacó la autoridad.
A su turno, José “Pepe” Murillo, cantante, compositor que formó parte del grupo Los Caminantes, solista y líder del grupo folklórico Los Bolivianos, actualmente conductor del programa La Tribuna libre del Pueblo del sistema RTP, agradeció a las autoridades del Estado por ese reconocimiento y por permitir que se reencuentren grandes maestros bolivianos que aportaron por varios años al desarrollo cultural y pidió respetar la propiedad intelectual.
“Cuando vayan a pagar al derecho de autor no vayan renegando, no vayan protestando, porque así como uno paga a un maestro albañil por su trabajo, también hay que pagar el trabajo intelectual, si bien no se ve pero es intelectual es un trabajo que no conoce de horarios, no conoce de vacaciones, es creador de nuestros país“, subrayó.
Por su parte, el maestro Ernesto Cavour, maestro del Charango creador, inventor, poeta, escritor, y compositor, creador del Museo de Instrumentos Musicales de Bolivia, destacó la labor de las autoridades por el registro de sus obras y exhortó a la juventud que “no se olviden de la música y costumbres bolivianas”.
El maestro Ricardo Campos, músico y compositor desde su infancia, autor de la canción “Cholita de ojos azules”, actualmente líder del grupo Rijchariy, dijo que se siente muy contento porque es la primera vez que las autoridades le entregan un reconocimiento a sus composiciones y trayectoria artística musical.
“Estoy muy contento que me hayan hecho un homenaje, nunca me hicieron. Es bueno que las autoridades se acuerden de quienes les hacemos cantar, reír, llorar y enamorar. Las canciones son mensajes subliminales que entran al corazón, entonces sin música no habría nada. Ahora estamos siendo reconocidos muchos maestros de Bolivia”, subrayó.
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