Hoy en día la preocupación de muchos padres de familia se centra en evitar que se repitan las historias de fracaso en los estudios de sus hijos, que ellos por su parte experimentaron y aun lo hacen hasta ahora con dolor y frustración, por eso exigen a sus vástagos notas sobresalientes, proveyéndoles del material suficiente y otros recursos, sin embargo, su presencia está cada vez más ausente en la vida de sus hijos debido al trabajo y no les están brindando el apoyo ideal durante los primeros años escolares.
Pese a que la mayor parte de los progenitores quieren que sus hijos se destaquen en la escuela, muchos desconocen cómo deben guiarlos por el camino del éxito.
Si un estudiante no adquiere hábitos y técnicas de estudio desde pequeño, tiene gran probabilidad de fracasar profesionalmente en el futuro, porque no será capaz de desarrollar con éxito su trabajo. ¿Qué provoca el fracaso? Las razones son múltiples, es la suma de varios errores o de un comportamiento que dificulta el trabajo en equipo, como la falta de conocimientos esenciales para desarrollar el trabajo; poseer un perfil demasiado técnico o tener una baja productividad.
En otras ocasiones se debe a la incapacidad de la persona para trabajar a un ritmo alto o a que organiza mal su tiempo de trabajo, porque destina más del necesario a tareas poco importantes en lugar de concentrar sus esfuerzos en las verdaderamente relevantes. Ésta última a diferencia de las dos anteriores tiene mucho que ver con lo que uno es y cómo llegó a ser… si se trata de saber cómo aprendió a “aprender”.
¿Qué se debe tener en cuenta?
Según la directora de Servicios Psicológicos Integrales, la psicóloga Gianina Irusta Vargas, los padres deben asumir que ellos son los maestros más importantes de los niños, para ello no es necesario tener una maestría o un doctorado ¡El→ →secreto está en apoyarlos! Deben ayudar a sus hijos a hacer las tareas, mantener contacto con sus maestros, participar con ellos en los eventos escolares siempre que sea posible e involucrarse con los padres de sus compañeros de aula. Entonces los niños se sienten más motivados, van contentos a la escuela, obtienen mejores notas en los exámenes, empiezan a definir su vocación en la vida y tienen más probabilidades de no abandonar sus estudios para llegar a convertirse en buenos profesionales en el futuro.
“Las investigaciones demuestran que los horarios y rutinas sí influyen en el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños, asimismo demuestran que potencian la predisposición de los pequeños para el aprendizaje académico”, explica la experta.
Asimismo, se ha comprobado que los alumnos rinden más en el ámbito escolar cuando los padres les proporcionan límites predecibles para sus vidas; cuando propician experiencias de aprendizaje como algo habitual en la vida familiar; si estimulan el uso productivo del tiempo estableciendo rutinas; determinando un tiempo de estudio en casa; estableciendo el tiempo para comer, dormir, jugar, trabajar, estudiar y leer y cuando la familia se interesa en pasatiempos, juegos y actividades con valor educativo.
“El establecimiento de rutinas debe ser constante y no debe depender del estado de humor de los padres, solo así se podrán consolidarlos los hábitos”, remarca la profesional.
¿Qué son los hábitos?
Son prácticas o costumbres que se empiezan a realizar frecuentemente y luego se tornan regulares y finalmente automáticas.
Irusta asegura que los buenos hábitos son la clave del éxito en todas las áreas de la vida. “Hoy les servirán en la etapa estudiantil y mañana en el ámbito profesional o familiar”. Por eso es importante que los hijos aprendan a tener hábitos de estudio.
Asumir responsabilidades que no corresponden
- Cumplir las tareas escolares es un deber de los niños que no deben cuestionar. No es recomendable “pedir por favor” que las realicen, ofrecer premios por hacerlas o plantearlas como un castigo.
- La indicación serena pero firme de que realicen sus deberes escolares es lo más indicado, con la regla de que tendrán permiso para actividades recreativas posteriores ese día, sólo si las han terminado.
- Cuando su hijo le pida ayuda no le dé la respuesta sino orientación, pues si le da la respuesta su hijo no aprenderá. Demasiada ayuda le enseña que cuando las cosas se ponen difíciles alguien hará el trabajo por él, además se asume una responsabilidad que no corresponde. El propósito de la tarea es fomentar su independencia o autonomía para resolver por sí mismo un problema y desarrollar habilidades escolares.
- Por otro lado, si los hijos ven a las tareas como pequeños retos donde alcanzarán logros personales, estarán más dispuestos a esforzarse en la escuela. Tampoco hay que ser demasiado exigentes con ellos, más bien hay que enseñarles a exigirse a sí mismos a llegar hasta donde puedan, motivándoles a esforzarse cada día más.
- La guía y supervisión de las tareas por parte de los padres debe ser desde que el niño es pequeño y progresivamente se debe otorgar su autonomía, en la medida en la que el niño fue adquiriendo sus hábitos de estudio, responsabilidad y estudio eficiente.
¿Cómo enseñar a adquirir buenos hábitos?
Irusta recomienda organizar las actividades diarias de los hijos después que llegan del colegio, siguiendo la siguiente secuencia:
- Después del almuerzo deben descansar alrededor de media hora; pueden tomar una siesta, jugar con la mascota o compartir una charla con sus padres.
- Hay que enseñar a los hijos a estudiar a la misma hora y en el mismo lugar.
- Antes de que el niño inicie la tarea hay que revisar el material que requirió la profesora para así buscar o comprar.
- El ambiente de estudio debe ser bien ventilado e iluminado. Uno no se puede concentrar en las tareas si escucha música fuerte, ve televisión o usa el celular.
- Si los niños pequeños no tienen tarea pueden dibujar, armar rompecabezas o hacer cualquier otra actividad que no llame la atención de sus pares mayores.
- De nivel inicial a 5° de primaria, los padres deben estructurar la hora de estudio de sus hijos, ya que en esa edad se forman los hábitos que perdurarán en el futuro.
- Después de que su hijo cumplió la tarea escolar debe dedicarle una lectura entre 30 minutos a una hora diaria, jugar un juego de mesa, dibujar o recortar.
- Los hijos deben aprender a identificar qué materias o tareas son difíciles o fáciles, porque no les gusta, les cuesta aprender o no la entienden.
- Los padres deben conocer esas debilidades para buscar ayuda profesional a tiempo, con el fin de que no reprueben esa materia y enfrenten mayores frustraciones.
- Primero deben hacer la tarea más difícil y estudiar la materia más complicada y al final la tarea o materia que les resulta más fácil.
- Los hijos deben tomar un breve descanso si tienen dificultad para concentrarse en la tarea; si el tema a estudiar es muy extenso, deben dividir el estudio en períodos de 45 minutos seguidos de 15 de descanso.
- El permiso para jugar, salir, ver televisión, usar la computadora y otras actividades sólo hay que dárselo después que hayan culminado sus tareas.
- En sexto de primaria y primero de secundaria, la mayor parte de los alumnos asumen solos la responsabilidad de sus estudios.
- Desde segundo de secundaria los estudiantes ya debieran guiar su proceso en forma autónoma.
- Es muy importante reconocer si los hijos muestran progreso y dedicación al hacer las tareas, si las terminan en el tiempo establecido, si se empeñan en su realización, si no se distraen, si no olvidan sus libros y repasan todos los días la materia que le cuesta más trabajo o cuando trabajan solos.
- Hay que ayudarlos a reflexionar sobre el valor del estudio, del esfuerzo y de realizar la tarea a tiempo.
Técnicas de estudio elementales
LUEGO de desarrolar hábitos de estudio, se debe ayudar a los hijos a desarrollar técnicas defectivas, como organizar el tiempo de estudio según las materias, revisar conceptos para un examen, subrayar las ideas principales en textos y preparar las tareas específicas que les fueron asignadas.
Aconseja Irusta, tener en cuenta que las mejores técnicas de estudio fracasan, si el estudiante no tiene la suficiente motivación para concentrar su esfuerzo en aprender y estudiar. Esta tarea no es solo del maestro, también es del alumno y de los padres.
Es importante que los tiempos con los hijos, especialmente hasta quinto de primaria, sean aprovechados cada día. Pueden ser mientras los recogemos de la escuela o salimos a realizar alguna actividad y ayudarlos a trasferir los aprendizajes, haciéndole algunas preguntas, como por ejemplo : ¿Qué aprendiste hoy?, ¿Para qué te sirve lo que aprendiste?, ¿Qué puedes agregar para ampliar ese aprendizaje?, ¿En dónde puedes aplicar lo que aprendiste?
Únicamente así podremos crear estos hábitos positivos de estudio e implementar con ellos las técnicas de estudio más adecuadas. Jamás peder de vista que cada hijo tiene competencias y habilidades úicas y pueden ser diferentes a las de su hermano. No olvidemos que nuestras preguntas no sólo estén dirigidas al SABER, sino principalmente al SER, así que les recomiendo papás preguntar ¿Cómo te sentiste hoy?.
Igualmente recomienda a los padres tomar en cuenta que en el camino del aprendizaje no están solos y no deben dudar en acudir a profesionales que les puedan otorgar las herramientas requeridas cuando consideren oportuno buscar ayuda para sus hijos y para ellos mismos. “Un niño no puede apasionarse o motivarse por el estudio si sus padres no se interesan por lo que él hace”, finaliza.
Técnica 1:
Memorizar: Existen muchas técnicas, una de ellas es el uso de acrósticos (una palabra inventada y sin significado que se forma con las iniciales de una serie de conceptos que no hay que olvidar). Por ejemplo, la palabra PASERR contiene las primeras letras de varias características de técnicas de estudio como: Prelectura, anotaciones marginales, subrayado, esquemas, revisión y repaso.
Técnica 2
Usar imágenes mentales que asocian una imagen mental y un concepto que ayudan a su memorización. Esto ocurre porque la asociación es el fundamento de la memoria y a su vez la memoria visual es más potente que la que se basa sólo en conceptos abstractos. Es decir, se trata de utilizar la imaginación para memorizar, inventando imágenes y asociándolas a los conceptos que se desea recordar.
Otras técnicas:
- Lectura Rápida: Este primer paso es para obtener una visión global del contenido, del libro o capítulo que se estudiará.
- Lectura Comprensiva y Subrayado: Después de la lectura rápida, se debe leer detenidamente cada párrafo y separar la información relevante. Es importante separar lo esencial de lo que no es.
- Esquema: Supone la representación jerárquica de un texto, de la forma más concisa posible, destacando las ideas principales y secundarias
- Mapas Conceptuales: Tienen como objetivo representar relaciones significativas entre conceptos en forma de proposiciones. Son considerados como una de las herramientas principales para facilitar el aprendizaje.
- Resumen: Consiste en redactar con palabras propias cada tema, utilizando el material subrayado. Hay que completar el resumen con los apuntes de la clase.
- Revisión y Repaso: Se sugiere leer en voz alta (siempre que se lee en voz alta hay que caminar, ya que el movimiento general ayuda al funcionamiento del cerebro y hay que explicar con palabras propias lo que se acaba de leer.