El 20 de junio de 1909, se constituyó el primer directorio del hogar que debatió los primeros temas vinculados al abandono de recién nacidos y niños en La Paz, con el propósito de socorrer a la niñez desamparada. El orfanato pionero en su trabajo, también conocido como "La gota de leche”, fue inaugurado el 12 de abril de 1914 de manera oficial.
El nombre "La gota de leche” surgió cuando se inauguró el orfanato debido a que existían niñeras que daban de lactar a los recién nacidos. Es así que desde que comenzó a ofrecer sus servicios de carácter solidario tuvo un impacto significativo en los eventos de beneficencia y en la acogida a huérfanos.
El hogar se localiza en pleno corazón de Sopocachi. Desde el primer día que abrió sus puertas, el "torno” -un cilindro abierto por la mitad, donde se depositan a los bebés abandonados- no dejó de girar. Cada vez que un recién nacido es depositado sobre este receptáculo es recibido por alguna religiosa, que se encarga de proporcionarle amor, protección y cuidado durante el tiempo que permanece en el orfanato.
"La idea del torno fue para reservar la identidad de la persona que abandona a su hijo o hija. Muchas veces primero lo dejan y luego tocan el timbre del hogar para alertar que hay alguien ahí. Muchas veces los padres volvieron arrepentidos en busca de sus hijos, pero se vuelve difícil devolverlos porque no sabemos con certeza si son los padres verdaderos”, cuenta la directora del hogar, Rosario Arnao, en una entrevista concedida a Página Siete.
Este centro de albergue está conformado por las religiosas Rosario Arnao, Caridad Sánchez, María Titirico y Asunta Gonzales, que concentran su trabajo en cuatro áreas denominadas: lactantes, kinderitos, escolares y universitarias. Las primeras dos divisiones son mixtas y las otras dos sólo de mujeres. "Esta separación la hemos hecho principalmente para evitarnos problemas”, justifica Arnao.
Al atravesar la puerta de ingreso del hogar, lo primero que se percibe es orden y limpieza, y metros más adentro, un jardín colmado de flores, con una amplia variedad de colores y tamaños, y entre éstas, grupos de niños y jóvenes disfrutando del momento. En todos los ambientes que conforman el orfanato y durante todo el día se percibe el derroche de alegría y diversión de sus alojados.
"Nosotros les damos todo el amor, cariño y comprensión que no han tenido de sus padres. Cada una de nosotras se encarga de las comodidades y necesidades que puedan tener, los tratamos con si fueran nuestros hijos”, dice la directora.
La primera área está integrada por 18 lactantes, la segunda por 15 kinderitos, la tercera por 15 escolares y la cuarta por ocho universitarias. Cada uno tiene una rutina diaria que debe cumplir bajo la supervisión de las religiosas encargadas.
Las rutinas se las llevan a cabo en los diferentes espacios. Los ambientes son funcionales y seguros para cada uno de los recién nacidos, niños o jóvenes. Entre los más utilizados se encuentran la biblioteca, la sala de computación y los espacios de recreación.
"Cuando las jóvenes terminan el colegio, se les da la opción para que escojan alguna carrera universitaria. El hogar solicita las becas. Por ejemplo, ahora están estudiando psicomotricidad e ingeniería de sistemas en la Universidad Salesiana, gastronomía en la Universidad Los Andes y parvulario en el Instituto Balaguer”, cuenta la directora.
Al concluir los estudios universitarios, las jóvenes buscan trabajo para convertirse, de forma paulatina, en "personas independientes y ya no dependan de nosotros”, puntualiza Arnao.
La representante legal, Leila Tapia, explica que, también, al hogar llegan niños derivados de las defensorías de las ciudades de La Paz y El Alto.
"Las personas o familias que quieran adoptar un niño primero tienen que hacer un curso de padres adoptivos en el Servicio Departamental de Gestión Social de La Paz y ese curso determina si son aptos o no para adoptar; luego tienen que hacer el proceso en el Juzgado de la Niñez y Adolescencia. Ése es el objetivo final de nosotras y lo logramos con frecuencia”, explica la autoridad.
El directorio del orfanato está conformado por la presidenta, Elvia Morató; la vicepresidenta, Lastenia Llobet; la tesorera, Rosita Ariñez, y la vocal María Murillo.
Las representantes trabajan de forma coordinada con las monjas día a día, con el propósito de mantener las instalaciones en condiciones dignas en las que deben vivir los recién nacidos, niños, jóvenes y universitarias del hogar Carlos Villegas.
¿Cómo ayudar?
Donaciones: Se reciben prendas de vestir o alimentos de personas solidarias que deseen obsequiarlas a los recién nacidos, niños y jóvenes del hogar.
Contacto: Se encuentra ubicado en la avenida 20 de octubre, Nº 2348. Los teléfonos son 2432925 - 2432839.
Frases
"Para mí este hogar lo es todo, porque he crecido aquí y recibí cariño y ayuda de las cuatro hermanas". Eva Calizaya
"Este hogar es mi primera familia. Desde niña estoy aquí, pude estudiar en el colegio y en la universidad". Pamela Cuapu
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