Tras dos años de paralización del proyecto de ampliación de escuelas en el municipio de Uriondo, los estudiantes aún pasan clases a la intemperie y sentados sobre ladrillos, los maestros no tienen otra opción, la falta de infraestructura les obliga buscar mecanismos para impartir los conocimientos y de alguna manera cumplir con lo que exige el Gobierno.
Son siete los establecimientos educativos afectados, El País eN visitó la Unidad Educativa “Nicolás Gareca” de la comunidad de Rujero, en el lugar, unos siete alumnos se encontraban bajo el tinglado de la cancha de ese recinto, sentados sobre ladrillos y encorvados con sus cuaderno entre las piernas, mientras el maestro dictaba las clases.
Ambiente
Otra de las maestras impartía sus conocimientos a los menores en la Dirección, un ambiente de dos metros de largo por dos de ancho, aproximadamente. Éste sirve, además, como biblioteca y depósito, también se encuentra ahí una heladera, lo que disminuye el espacio para pasar clases.
Otro de los profesores se prestó la Sede Sindical de la comunidad, de manera que los niños no se perjudiquen en la educación, pero ese espacio lo tiene que compartir con uno de sus colegas.
Asimismo, este establecimiento cuenta con una batería de baños nueva, pero ésta permanece cerrada porque el agua no llega hasta la unidad educativa, por tal motivo no puede ser utilizada.
Ladrillos apilados, bolsas de yeso, mosaicos y barras de hierro es lo que quedó en un rincón del establecimiento porque hace dos años los niños, padres de familia y profesores no ven ningún avance en la construcción.
Por otro lado, uno de los bloques, que fue un proyecto de refacción de techo y ambientes, iniciado en la gestión del ex alcalde de Uriondo, Paul Castellanos, hasta la fecha no pudo ser concluido.
El pasar de los años provocó el deterioro de la armadura del techo, las maderas se desclavaron, las tejas están rotas y los pájaros hicieron nidos en ellas. Uno de los maestros relató que en una ocasión cayó una víbora desde el techo, que por suerte no ocasionó ningún daño.
El profesor Omar Baldivieso, que trabaja en esa unidad hace más de siete años, comentó que hace cinco ese recinto educativo no cuenta con las condiciones adecuadas para poder desempeñar la labor de docencia. Hizo referencia a que el Gobierno les pide calidad en la formación de los alumnos, pero las condiciones para hacerlo no son las óptimas.
Explicó que el reclamo es desde hace dos años, incluso el año pasado la comunidad realizo una marcha en El Valle, de manera que puedan ser escuchados por el ex Alcalde y actual candidato al mismo cargo, Álvaro Ruíz, pero esa autoridad no atendió su pedido.
Relató que en esa movilización realizaron un pliego petitorio de 15 puntos, y como resultado se hizo un acta de compromiso, en la cual, la autoridad municipal se comprometió a dar solución hasta mayo. “Hasta la fecha no se colocó ni un clavo más”, comentó.
Según Baldivieso, las acciones del ex burgomaestre de ese municipio, desmoralizaron a los maestros y a los comunarios, ya que hasta el momento no les informaron el porqué de la paralización de la obra.
Entre tanto, la presidenta de la Junta de Padres de Familia de la unidad educativa Nicolás Gareca, Alfidia Guzmán, coincidió con Baldivieso y manifestó su molestia porque los niños tienen que caminar entre dos a tres horas para llegar a pasar clases y las condiciones no son las óptimas para hacerlo. “Nuestros hijos vienen de tan lejos y llegan cansados y, por si fuese poco, tienen que estar encima de ladrillos o agachados bajo palos”, apuntó.
Por su parte, el secretario de Obras Públicas de la Alcaldía de Uriondo, Pedro Suheiro, indicó que la paralización del proyecto se debe dos factores: el primero, por un problema social, y el segundo por la falta de recursos económicos.
Explicó que de esta iniciativa serán beneficiadas siete unidades educativas del municipio, pero al ocasionarse un problema social en una de ellas (en este caso Laderas), hizo que todo se retrase, ya que todas las ampliaciones engloban un solo proyecto, y por eso el tiempo de entrega se prolongó en todas, aunque nuevamente feneció.
Por otro lado, argumentó que el problema económico es el fundamental para que esta obra esté paralizada, señaló que ellos pidieron a la Gobernación que se les asigne más recursos, pero no sucedió, por lo cual no pueden continuar con la construcción porque no hay recursos para pagar a la empresa constructora.
En Rujero, la deuda es de Bs 14 mil
Según el contratista Pedro Gira, la obra está paralizada por falta de pago, reveló que a él le deben alrededor de unos 14 mil bolivianos, lo cual le dejó endeudado, porque los albañiles que contrató le exigen que les cancele por los días trabajados.
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