"Están participando los 24 cursos de los diferentes niveles y turnos del colegio, desde primero de primaria hasta la promoción, que sobrepasan los cuatro mil estudiantes que participan por devoción de la virgencita", detalló Alarcón.
Esta entrada, cuyos comienzos se remontan a 1987, se ha constituido en una tradición en la que los padres de familia profesores y exalumnos participan año tras año, convirtiéndola en una fiesta aún más antigua que la de la Universidad Mayor de San Andrés, que fue hecha por primera vez en 1988.
Desde las 08.00, en la avenida Montes se reunieron varios estudiantes y padres de familia ajetreados, para comenzar la peregrinación que recorrió las principales calles del centro de la ciudad de la Paz con destino a la basílica de María Auxiliadora en el paseo de El Prado.
En cuanto a las danzas, el docente explicó que tienen una gran variedad, contando con las denominadas pesadas, como la Morenada hasta danzas autóctonas, como Khantus, Tarqueadas y una Mohoseñada que estuvo a cargo de la banda de exalumnos del colegio.
"Han pasado ya varios cursos y hemos visto danzas que hace mucho no se ven, como los Taquirari, Kallawayas o los Auqui Auqui, que son tan tradicionales y que ya no se bailan ni en las zonas", expresó una de las espectadoras, Aida Benítez.
Otra de las danzas que hizo la delicia de los espectadores fueron los mineritos de los segundos de primaria, quienes ataviados con cascos y herramientas bailaron al ritmo de una música melancólica que expresa los dolores y sufrimientos del trabajador de la mina,
Los 24 cursos presentaron 24 danzas diferentes, que les tocó por sorteo para no repetir ninguna y llenar de variedad esta expresión cultural, que contó con la energía y devoción característica de los estudiantes salesianos, que a diferencia de otras fiestas en honor a otros Santos Patrones, no hubo una sola gota de alcohol.
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