Miles de personas llenaron el fin de semana la Tablada y el pasaje Ortega para adquirir los útiles que les pidieron a sus hijos para la gestión 2014.
Con listas en mano, los padres de familia, en muchos casos acompañados de sus hijos, llegaron hasta los puestos de venta para adquirir los diversos productos que se exponían desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche, declaró doña Cleo Tintaya, comerciante de la Tablada. Marcelina Alcón, que llevaba dos bolsas con hojas de carpeta, papel bond, crepé, bolígrafos, marcadores, colores y un estuche geométrico, afirmó que acudió a este sector a las ocho de la mañana para evitar el congestionamiento de gente que se da en el pequeño pasaje que alberga a más de una centena de comerciantes, entre ellos los de productos escolares.
Doña Cleo, contando una a una las hojas de papel bond, afirmó que la primera y segunda semana de inicio de clases es donde más gente viene para comprar los productos, el resto del año “sólo gotea” la demanda.
En tanto Seferino Mamani, con una larga lista la mano afirmó que "es difícil comprar los útiles escolares porque la señora no sabe a quién atender. Si nos atienden lo hacen muy rápido. Con tanta gente no se puede elegir bien los productos”.
Novedades y yapa. Los padres consultados por La Prensa afirmaron que hay muy pocas novedades y que algunos productos viene con “yapa” como la caja de colores Faber Castell, tiene dos lápices y un tajador adicionales.
Sin los hijos. Cristóbal Huanca, padre de cuatro hijos, afirmó que prefiere venir sin sus hijos para evitar comprar productos caros. “No los traigo porque cuando vienen ellos escogen los cuadernos y los empastados de marca, prefieren TOP y otras marcas que han salido y son mucho más caros. En cambio cuando vengo sólo, compró todo lo que está en la lista de útiles y nada más”.
Algunos jóvenes de segundo y tercero de secundaria, por el contrario, afirman que prefieren “supervisar” la compra de la lista de útiles porque los papás adquieren productos que no les sirven. "Algunas vendedoras les engañan y les venden cuadernos o empastados que a veces no son los que no han pedido, por eso preferimos venir con ellos y aprovechar a comprar la mochila y otras cosas”.
Gastos. Don Cristóbal, quien adquirió cuadernos, hojas de carpeta, bolígrafos, colores y marcadores, entre otros productos, afirmó que para los cuatro hijos gastó algo más de 500 bolivianos por el inició de las clases. "Me salió más caro para el más chico, que está en primaria. Ahora hay que prepararse para la compra de libros y otras cosas más que piden los profesores en el transcurso del año", señaló.
En tanto otro padre de familia relató que cada año, sólo en compra de cuadernos, carpetas, colores y marcadores se gasta hasta 100 bolivianos, dependiendo de las marcas. El padre afirmó que "ahora los estudiantes quieren productos de marca y de moda, ya no aceptan cosas simples. Ahora está de moda comprar, por ejemplo productos Maped. Hay de todo y para todo bolsillo".
Prácticos. En estos mercados populares, existe una fuerte oferta de carátulas para archivadores, carpetas y cuadernos que se han diversificado. Uno de los padres recordó que antes se pasaban noches íntegras para realizar los diseños personalizados para cada materia, pero ahora se los puede comprar a un boliviano cada uno, en tamaño oficio o carta.
"Ahora los hijos son mucho más ‘prácticos’, prefieren que les compremos caratulas hechas y sólo le llena el nombre y la materia. Ahora este producto es indispensable, igual que las etiquetas", dijo otro padre que adquiría el producto en un puesto, entre la avenida Buenos Aires y calle Santa Cruz.
las mochilas, ENTRE LA NECESIDAD Y EL LUJO de los estudiantes. Para muchos estudiantes la mochila es un artículo indispensable para llevar cuadernos y libros, pero también un objeto que denota lujo o modernidad. Algunos adquieren este producto en 100 bolivianos, pero hay otros que se dan el gusto de comprar mochilas de entre 300 y 500 bolivianos, según el tipo de diseño.
En el palacio de las mochilas del pasaje Ortega, se encuentra un variedad de mochilas, entre ellas las de las Monster High, que vienen con pequeñas luces. Su costo sobrepasa los 400 bolivianos. Hay, sin embargo, otras que cuestan entre 130 y 150 bolivianos y cuentan con un sistema de alarma que impide el robo.
Una comerciante afirmó que “las mochilas con alarma son requeridas sobre todo por los estudiantes de secundaria, porque llevan su tablet y computadoras portátiles, aunque hay otras aún más baratas”.
Después de la compra de los útiles escolares, muchos padres se dirigen a adquirir una la mochila.
En temporadas altas las ganancias van de un 20 hasta 50 por ciento. Las ganancias por la venta de útiles escolares en temporada alta son buenas, dice uno de los comerciantes que vende, sin tiempo, sus productos en la Tablada. Muchos de los comercializadores prefieren no tocar este tema porque la zona donde se expende estos productos son —supuestamente— a bajo costo.
Para algunos de los compradores hay productos a bajo precio, pero hay otros que están a la par de los supermercados o librerías de la ciudad.
Algunos de ellos afirman que centavo a centavo se suman las ganancias, pero otros admiten que ganan, por cada producto, entre 20 y 30 centavos.
Otro comerciante, que sólo se identificó como José, afirmó que en estas épocas gana entre 20 y 50 por ciento, por la venta de los útiles escolares. “Solo serán cuatro semanas de venta loca, después baja la intensidad y muchas veces nuestro capital duerme por un año”, declaró, mientras ofertaba la caja de colores en 13 bolivianos.
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