Con el nuevo currículo escolar, el 60% de la nota dependerá del aprendizaje, trabajos y asistencia del alumno y el 40% de la actitud y personalidad del estudiante. El puntaje se basará en las cuatro dimensiones: saber y hacer (cuantitativas), y ser y decidir (cualitativas).
La calificación se aplicará en todos los niveles de Primaria y Secundaria, de unidades escolares fiscales, privadas y de convenio, según el nuevo currículo escolar en el marco de la Ley 070 Avelino Siñani-Elizardo Pérez.
Con el actual currículo, las calificaciones serán de 1 a 100 puntos (y no de 1 a 70 como antes), las evaluaciones serán bimestrales (ya no trimestrales) y habrá reforzamientos constantes (cada bimestre y no solo a fin de año) para evitar los aplazos.
Para llegar a los 100 puntos de nota, se tomará en cuenta las cuatro dimensiones que tienen una valoración cuantitativa (de cantidad) que equivale al 60% de total, saber (30%) y hacer (30%); y otra cualitativa (de calidad), que suma el 40%: ser (20%) y decidir (20%).
“Bajo esas características y criterios, el maestro debe calificar cuantitativa y cualitativamente”, explicó a La Razón el viceministro de Educación Regular, Juan José Quiroz.
Para el dirigente del Magisterio de La Paz, José Luis Álvarez, las bases de estas calificaciones son subjetivas, ya que los maestros no pueden evaluar los valores del estudiante solo dentro del aula. “Para eso se tendría que conocer el desenvolvimiento del alumno en todas sus actividades”, dijo.
En tanto, Carlos Cabrera, director de la unidad educativa República Argentina, explicó las cuatro dimensiones. “En Matemáticas, el saber calificará los contenidos (aritmética, álgebra, ecuaciones, etc.); el hacer, la parte práctica (los ejercicios que resuelve el alumno); el ser, los valores (cómo interactúa en el aula); y el decidir, la toma de decisiones que muestre el estudiante (relacionadas a partir de la realidad)”, señaló.
Otro cambio conceptual es que ya no existen asignaturas o materias sino áreas, que están incluidas dentro de los campos de saberes y conocimientos. En el área de comunicación y lenguajes, por ejemplo, Vidal Coria, director del Observatorio Plurinacional de la Calidad de la Educación (OPCE), explicó que la dimensión del saber se calificará sobre las reglas ortográficas, gramaticales, sintácticas que sepa el estudiante; la comprensión que muestre con relación a géneros literarios y contenidos. El hacer se evaluará de acuerdo con la aplicación que haga el estudiante del saber, es decir, está relacionado con la producción de los textos propios.
En cuanto a las otras dos dimensiones, el ser será calificado de acuerdo con las actitudes y valores que demuestre el alumno en clases, relacionados a la comunidad, tanto con sus pares como con el profesor. El decidir evaluará la pertinencia de la toma de decisiones a partir de su lectura de la realidad para transformarla.
Estas cuatro dimensiones se valorarán desde lo cuantitativo y lo cualitativo. “La valoración cuantitativa es expresada en la parte numeral de 1 a 100 puntos, mientras que la cualitativa está en la parte literal, es decir en las recomendaciones, observaciones y felicitaciones que el maestro escriba en la libreta escolar”, dijo el viceministro Quiroz.
Ya desde el primer día de clases, el 3 de febrero, Wilson Castañeta, profesor de Lenguaje del colegio San Ignacio, explicó a sus alumnos la nueva forma de evaluación sobre las cuatro dimensiones, además de su ponderación en puntaje. “El ser, por ejemplo, se calificará por responsabilidad, puntualidad y colaboración”, explicó a los estudiantes.
Según el Reglamento de Evaluación del Desarrollo Curricular, las valoraciones cuantitativas y cualitativas serán registradas por la maestra o el maestro, bajo el seguimiento y comunicación con los padres de familia, la comisión técnico pedagógica y la unidad educativa.
La evaluación, por tanto, será comunitaria, como informó La Razón el 2 de febrero. Se realizará con la participación del maestro conjuntamente los padres de familia y los (las) estudiantes del año de escolaridad.
“Esta comunidad se ocupará de ver cuáles son las dificultades de aprendizaje del estudiante y sugerirá al profesor que haga adaptaciones curriculares”, señaló Milton Tórrez, director del turno de la mañana del Liceo de Señoritas La Paz.
Agregó que los padres de familia, sin embargo, no influirán en la evaluación cuantitativa del estudiante, es decir en su nota numeral.
“Con este tipo de evaluación comunitaria se tiene el objetivo de evitar los aplazos”, señaló Quiroz. La evaluación comunitaria estará presidida por la comisión técnico pedagógica, conformada para cada nivel. En el caso de la educación secundaria comunitaria productiva, estará compuesta por maestros de cada campo de saber y conocimiento, y un representante del gobierno estudiantil.
Al ser una evaluación permanente y continua, los reforzamientos serán bimestrales. “Será difícil que los estudiantes reprueben, ya que el seguimiento que se les hace es justamente para evitar eso”, sostuvo el Director del Liceo de Señoritas La Paz. Si un estudiante reprueba será porque no asistió a clases, por ejemplo, agregó.
Expertos observan subjetividad en la evaluación escolar
Mitsuko Shimose El sistema de evaluación escolar del currículo es observado por expertos en educación por su inaplicabilidad. La causa es la subjetividad en el caso de las dimensiones de calificación (ser, saber, hacer y decidir).
Según José Luis Álvarez, dirigente del Magisterio Urbano de La Paz, las dimensiones son imposibles de ser calificadas. Argumentó que el estudiante se encuentra encerrado en un aula y por eso no se cumple la práctica con teoría.
Asimismo, el pedagogo Adolfo Vega señaló que la calificación es subjetiva porque muchas veces las personas priorizan el aspecto emotivo. “Por ejemplo, yo puedo ver a un muchacho que no me cae bien, pero es bueno en el proceso de aprendizaje. Entonces más me voy a inclinar por lo que veo en él para ponerle la nota”, aseveró.
Aprobación. Ivar Vega, secretario de la Confederación de Maestros Rurales, sostuvo que las evaluaciones están basadas en la formación integral del estudiante: desarrollo intelectual, emocional, social y ético.
El presidente de la Junta Nacional de Padres de Familia, Franklin Gutiérrez, indicó que su sector está de acuerdo con el sistema de evaluación en las cuatro dimensiones.
Añadió que los padres proporcionan los valores desde la casa, “pero hay profesores que no tienen la capacidad de ver esta dimensión en el aula”.
Análisis. La evaluación comunitaria está conformada por padres, maestros y alumnos, y uno de sus objetivos es que no existan aplazos.Álvarez afirmó que el problema es que esta evaluación no es objetiva. “No se la puede materializar porque choca con la realidad”, aseguró. Uno de sus argumentos es que los progenitores no actúan sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje por falta de tiempo.
El pedagogo Vega dijo que la evaluación comunitaria será malinterpretada porque se maneja que van a tener que evaluar los padres de familia, los propios estudiantes y el profesor. “Se creará animadversión del profesor hacia el estudiante porque perderá el principio de autoridad”, manifestó.
Por otro lado, el dirigente rural Vega enfatizó que con esta evaluación ya no tendría que haber reprobados, pero que aun así habrá aplazos por múltiples situaciones.
Del mismo modo, Gutiérrez afirmó que bajo esta modalidad “será muy difícil que un estudiante se aplace”.
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