Asimismo, la autoridad destacó el caso de cinco jóvenes de tercero de secundaria de un mismo colegio quienes salieron de sus hogares luego de que los mismos recibieron el bono y tenían conocimiento de no haber aprobado el curso.
“Ellos cursaban el mismo curso, tercero de secundaria, y al recibir las notificaciones de no ingresar ni a reforzamiento decidieron huir con el dinero del bono, pero de ellos sólo dos fueron recuperados mientras que el resto queda en calidad de desaparecidos”, expresó la autoridad.
Para Loayza, el número de menores que huyen de sus hogares por las malas calificaciones se incrementa en los últimos tres meses de cada gestión, tiempo en que los padres de familia pretenden castigarlos cuando se aplazan.
La edad en la que incurren a tomar la decisión de escapar de sus hogares oscila entre los 13 hasta los 18 años, tiempo en que generalmente la violencia y agresión contra de ellos es mayor, anteponiendo el daño antes que la comunicación y el cariño de sus padres hacia ellos, manifestó Loayza.
“La falta de un adecuado seguimiento de los padres de familia en el avance escolar de sus hijos, donde ellos puedan estar plenamente informados de cuales son sus falencias y en que materias necesitan apoyo, es un factor negativo que debe ser superado en toda la gestión y no sólo en los últimos meses en los que deben recabar la boleta de notas”, explicó Loayza.
De acuerdo con el informe estadístico policial, desde el 2010 la cantidad de menores que huyeron de sus hogares desde noviembre no varía, siendo el incremento del 20% en cada gestión de una cantidad promedio de 60 casos que se reportan por mes en personas desaparecidas.
“Por lo tanto, solicitamos la atención de los padres de familia quienes deben priorizar la situación de sus hijos e hijas en etapa escolar y sobre todo en los últimos meses de cada gestión, donde la influencia de sus amigos, amigas y pandillas puede incidir para que ellos decidan abandonar sus hogares y colocarse en una situación de mayor vulnerabilidad en favor de las bandas delictivas sobre la trata y tráfico de personas”, agregó la autoridad de la Felcc.
Por su parte, el representante de la Federación de Estudiantes de Secundaria, Remberto Cruz, aseguró que los denominados raptos sentimentales son otro problema que surge a fin de año, donde los menores, por evitar que sus padres les prohíban a salir en pareja en las vacaciones de fin de año, prefieren huir con sus parejas.
“Este hecho demuestra que es prematura la edad a la que los jóvenes inician sus relaciones sexuales y, al verse descubiertos, optan por huir para evitar el castigo de los padres. En muchos de los casos, los compañeros, sobre todo las mujeres, que huyeron de su casa para vivir en las calles fueron inducidos a la prostitución y explotación laboral”, indicó Cruz.
Añadió que los adolescentes, sobre todo mujeres, por huir de su familia prefieren salir de El Alto y llegar a otro departamento para no mostrar embarazos y evitar problemas con sus padres, para ello aceptan ofertas laborales con el riesgo de ser explotados o comercializados.
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