En el libro “Políticas educativas, interculturalidad y discriminación”, el sociólogo Mario Yapu identifica a la ruralización que ha sufrido el municipio de Potosí como uno de los factores para el incremento de la discriminación.
La pobreza que persiste en el área rural de nuestro Departamento ha expulsado cantidades no determinadas de personas que, dejando sus tierras, se han establecido en zonas de la periferia del municipio. La mayoría de esos migrantes trabajan como obreros en las minas y en segundo lugar están quienes se dedican a la construcción.
Los hijos de los migrantes asisten a los establecimientos educativos que están en sus zonas o a los más próximos a ellos y allí es donde se produce el fenómeno de la discriminación e incluso el acoso. Los estudiantes de la capital los agraden verbalmente con observaciones como “eres hijo de campesino”, “tú no eres de acá”, “no sabes hablar bien castellano” y otras.
Debido a las actitudes de discriminación, en Potosí aparece la distinción entre los mestizos del área urbana y los campesinos que hablan quechua. La población se divide también entre “los del centro” (categoría urbana) y los de la periferia, caracterizados por hablar principalmente quechua, por ser de origen rural y, sobre todo en el caso de las últimas generaciones de inmigrantes, por tener trabajos precarios.
La investigación de Yapu es una de las 11 que auspició el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) que se presentó en conmemoración de los 100 años de educación en Bolivia.
El estudio se realizó en escuelas de la ciudad de Potosí, las localidades de Llallagua y Chayanta y las ciudades de La Paz y el Alto.
Las cuatro escuelas seleccionadas para el estudio en el municipio Potosí están ubicadas en las zonas altas de la ciudad: Villa Colón, San Cristóbal, José María Linares y Manuel Ascencio Padilla.
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