Hay avances importantes en colegios de La Paz y Cochabamba. En la zona rural de Santa Cruz, el avance principal está en regiones donde se habla el guaraní.
El ministro de Educación, Roberto Aguilar, informó que en las capitales de los departamento y en la zona rural la formación trilingüe: la enseñanza del castellano u originaria, la complementaria y el inglés, ejercen un proceso progresivo, pero lento. Sin embargo revela que el proceso “tiene mayor rapidez en las unidades educativas privadas que en las fiscales, que presentan un déficit”.
La autoridad mencionó ejemplos importantes. En La Paz, el colegio San Ignacio. “Ya se incorporó como parte de lo cotidiano dentro de la actividad. Cantan el himno en castellano y aimara, una experiencia que se pudo apreciar, hacen sus ferias en lengua originaria que se han ido perfeccionando. En el Instituto Americano de Cochabamba se incorporó el mismo procedimiento con el componente del quechua, y así varias unidades educativas”, explicó.
El sacerdote jesuita Ramón Alaix, director del colegio San Ignacio, señaló que desde primaria, las profesoras enseñan los números, algunas palabras de uso común y a cantar en la lengua nativa. “Una manera muy interesante de familiarizarse con ella, de hecho, se contempla en el currículum la enseñanza de aimara. Desde el 2009 se contrató a profesoras normalistas para la enseñanza de este idioma.
Dedicamos un horario especial para que los chicos aprendan desde tercero de secundaria. Los jóvenes salen con un nivel de lectura importante, pero no podrían mantener una conversación fluida. El plan es seguir con este trabajo, pese a la exigencia en materias que tienen nuestros alumnos”, aseveró a este medio.
Lo rural
En el área rural, el ministro destacó que hubo avances importantes en la formación básica de los maestros en algunas regiones. Con lo que respecta a la lengua aimara hay mucha fortaleza, “y el maestro, en el contexto de lo cotidiano logró manejarla de forma normal y lo incorpora. En el quechua hay mayor fuerza, porque recuperamos documentos, ejemplos y modelos del uso de las comunidades en lo cotidiano".
Donde sí hay problemas es en la Chiquitanía, agregó la autoridad. “El bésiro se habla en pocas comunidades y en una reducida cantidad de familias. San Antonio de Lomerío es la que preserva y pone en práctica. En San Juan de Lomerío, ubicado a una distancia corta, no sucede lo mismo. Concepción, San Javier, hay una fuerza de organización, pero no se logró preservar el uso de la lengua. El planteamiento pasa por recuperar la lengua antes de merterla al proceso educativo”.
Señaló que en Santa Cruz, “especialmente la (lengua) guaraní es la que más se ha desarrollado" y -según el ministro- gracias al Instituto Plurinacional de Lenguas y Cultura”.
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