Los tiempos cambiaron e inevitablemente encontrarse en el mercado con diversas marcas, tamaños, formas que tientan la vista del comprador es indiscutible y complica la labor. Y es el caso de vendedoras que cuelgan en sus mostradores mochilas con accesorios anexos, entre estuches para los lápices, la lonchera para el recreo, las de alto relieve y hasta los marcadores y colores que se incluyen en la oferta.
Ante tanta belleza despertamos con el precio, porque mientras más utilería y diseño tenga, el costo aumenta y es oportuno citar que donde se ofrecen las mochilas más pomposas, tienen incluido el llavero, material de goma para el refuerzo en la parte de abajo y la opción de comprar la colección completa de su diseño preferido.
A partir de esta situación el dilema surge ¿cómo elijo la mejor mochila que reúna aspectos de diseño, comodidad y salud para mi hijo?
Hoy, las mochilas han emergido como un accesorio escolar imprescindible y necesario pero no exento de causar dolor de espalda si no se hace un uso
correcto.
A semanas del regreso a clases, la demanda por todo tipo de implementos escolares explota y una apurada compra podría traer problemas innecesarios, centros comerciales formales e informales se ven abarrotados de padres e hijos que van en busca de la mochila de temporada, pero al adquirirla lo que busca el papá o la mamá es que sea bonita y cómoda; además que la opinión del hijo(a) cuenta aún más, quizás por la alta influencia y bombardeo de series televisivas animadas.
"Quiero la mochila que prende y apaga sus luces o la que tiene estampada la imagen de mi personaje favorito, cómpramela si…", es una frase muy característica escucharla de nuestros hijos, pero eso no significa la fantástica adquisición de la mochila del año.
El factor tiempo influye en gran medida a la no adecuada compra de mochila, pues tropezamos con la idea de que adquirirla no requiere de mucho estudio ni análisis, pero si fuera al contrario y previamente nos informáramos de las cualidades y características que debe reunir, evitaríamos resultados negativos a posterior.
Pero no obstante, lo que no debe primar es el aspecto ante la comodidad y la seguridad de sus hijos, a simple vista las mochilas parecen inofensivas pero muchas de ellas resultan dañinas si no se tiene en cuenta factores como el tamaño, peso y la ajustabilidad.
En este caso lo que se recomienda es elegir para los más pequeños la mochila con ruedas, que te da la opción de utilizarla con éstas, o bien apoyadas a los hombros, mientras que para las personas adultas es apropiado el morral regulable pero siempre apoyado en los dos hombros.
Mientras más ligera fuera la mochila, no significa llenarla de cosas innecesarias, que tenga compartimentos es igual a distribuir peso y tamaño, además que ayuda a mantener el material escolar en su orden, los morrales con ruedas son una opción para no cargar demasiado peso en la espalda, pero hay que asegurarse de que el niño cambie regularmente de brazo para que sus músculos trabajen por igual; las con asas anchas y acolchonadas ayudan a distribuir el peso de los hombros y espalda.
Respecto al tiempo de uso de la mochila, mientras más prolongado sea, provoca una sobrecarga muscular, por lo que es prudente que los estudiantes y padres se aseguren de trasladar solamente los artículos necesarios para las actividades de cada día.
Es interesante ver cómo a pesar de que hemos evolucionado enormemente en muchos aspectos y frente a estos dos panoramas la mochila de antes y la de ahora no tienen comparación alguna, la reflexión, debería primar por parte de padres e hijos.
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