La importación de útiles escolares de dudosa procedencia y piratear marcas reconocidas puede traer ese peligro.
El toxicólogo del hospital clínico Viedma Ramiro Cadima señala que la exposición permanente a este tipo de productos puede traer graves daños a la salud como alteraciones en el sistema nervioso, diarreas, irritabilidad y dolores en las articulaciones.
¿Qué materiales escolares generalmente contienen productos tóxicos en su fabricación? Cadima señala que son todos los que tienen color o impresión de letras o dibujos en sus envases o coberturas.
LÁPICES DE COLOR El profesional aconseja no dejarse llevar por las marcas, ya que muchas veces estas son falsificadas.
¿Entonces, cómo distinguir entre uno que es original y un pirata?
Cadima cita tres claves: Si el esmalte exterior del lápiz se desprende con solo raspar con la uña, si la punta del lápiz se rompe con facilidad mientras se taja y si la viruta que sale al tajar el lápiz se deshace o sale como acerrín.
“Esos son indicadores que el producto es de mala calidad”. Estos productos pueden tener plomo y cromo que pueden provocar una intoxicación aguda si la exposición es por varios meses o años.
Un indicador de que el niño ha estado en contacto con estos productos es la presencia de una mancha negra en los dientes, las uñas o los huesos.
Estos productos pueden derivar en irritabilidad, molestias digestivas, dolores articulares y óseos.
Cuando la ingesta ha sido excesiva, una acción inmediata es ayudar con bastante agua. “Tomar líquido ayudará a que los riñones eliminen esta sustancia, hasta que se pueda ir a una consulta médica”.
BORRADORES Y PINTURAS Las gomas de borrar que tienen llamativos colores o fraganciosos aromas son “productos de los que hay dudar porque pueden contener plomo y mercurio para fijar el color”.
Lo mismo ocurre con los crayones, las témperas y los marcadores. Además, estos productos pueden tener metanol, usados para el secado rápido.
De llevarse los productos tóxicos a la boca, causarán alternaciones en el sistema nervioso, se recomienda asistir rápidamente a un médico.
PURPURINA Los pequeños brillos de purpurina o brillantina para las manualidades, y que ahora vienen también en láminas de goma eva, pueden provocar afecciones como la diarrea.
Malos hábitos agravan riesgo de intoxicación
Frente a la venta de útiles escolares falsificados y de dudosa procedencia, no poner freno a los malos hábitos de los niños puede aumentar el riesgo de intoxicación por la ingesta de estos productos, dice el toxicólogo Ramiro Cadima.
Entre estos malos hábitos, a continuación se enumera los seis más recurrentes: 1) llevarse el lápiz a la boca, 2) mojar con la saliva el borrador para intentar limpiar los errores con lapicero, 3) mojar la punta de las pinturas de colores para lograr mayor intensidad, 4) rascar con las uñas el esmalte o cubierta de pintura de los lápices de color, 5) no lavarse las manos y uñas, o no retirar por completo los residuos de pintura o purpurina después de haber trabajado con estos materiales peligrosos; 6) usar las uñas o dientes para sacar filo a los lápices o pinturas cuando el niño no encuentra o no tiene a disposición un tajador, es un grave riesgo.
Cinco consejos para una buena compra
Para evitar que el niño esté expuesto a un producto que es nocivo a su salud, a continuación se citan seis consejos del toxicólogo Ramiro Cadima, para la compra. 1) verificar el registro sanitario de importación le asegura al comprador que la autoridad nacional competente verificó que sus componentes no sean dañinos. 2) si no es así, revisar el etiquetado o envasado de los productos y ver que indique que el producto es apto para niños. 3) desconfiar cuando el precio es demasiado bajo, 4) verificar en el etiquetado que la composición de los productos esté claramente detallado, y que entre ellos no contenga plomo, cromo o mercurio, 5) comprar los materiales de distribuidoras o tiendas legalmente establecidas. Ésta medida reduce el riesgo de adquirir productos adulterados o de contrabando que no fueron verificados por la autoridad competente, ya sea el Senasag o el Ministerio de Salud.