Rosillas es una comunidad de la provincia Arce conocida por su importante y destacada trayectoria educativa en el ámbito rural y por sus deliciosos quesos, producto de una receta tradicional muy propia y que se pone de manifiesto cada año durante la Feria del Queso.
Se encuentra a 70 kilómetros de Tarija y se llega a ella por un camino asfaltado. En el centro de la comunidad y frente a la iglesia que hoy se encuentra en reconstrucción, no hay una plaza como suele suceder en las poblaciones católicas, sino que desde siempre y hasta el día de hoy se encuentra en ese lugar una cancha de básquet y a un costado del templo una cancha de fútbol en las que, por las tardes, se puede observar a los niños y jóvenes practicando deportes.
Los principales edificios de la comunidad están vinculados al ámbito educativo. Esto se debe sin duda a que Rosillas es una comunidad que siempre se caracterizó porque en una época de la historia en que la educación tenía poca o ninguna importancia para los campesinos, su gente siempre mostró deseos de superación. Una de las causas fue probablemente el hecho de que, antes de la Reforma Agraria, la mayoría de sus habitantes eran pequeños propietarios con muy pocos patrones y arrenderos.
En la década de los años 30 del siglo pasado, cuando para las comunidades rurales era muy difícil acceder a la educación, llegó un profesor interino José Terrazas, quien se destacó porque implementó un modelo educativo muy rígido, muy estricto e implantó una enseñanza muy buena, con tan buenos resultados en lo educativo que llegó a trabajar con unos 150 alumnos en poco tiempo. Éste contó con el total apoyo de la comunidad. Logró así despertar el entusiasmo de la gente a tal grado que Domingo Morales, un poblador, regaló los terrenos donde se construyó la antigua escuela.
Pero esa educación de calidad brindada por un solo y dedicado maestro no contaba con la infraestructura y los medios necesarios para desarrollarse adecuadamente.
Sin embargo, la oportunidad vino a comienzos de 1941 cuando por disposición del Ministerio de Educación se decidió trasladar el Núcleo Educativo de Canasmoro de la provincia Méndez a la provincia Arce. Entonces comenzó la búsqueda de una comunidad que reúna las condiciones para albergarlo.
La comisión del Ministerio se dirigía hacia Cañas y no pasaría por Rosillas, de modo que cuando los rosillanos supieron que dicha comisión pasaría a otras comunidades y no ingresaría a Rosillas decidieron ponerse en el camino que ésta seguía. Los padres de familia, los alumnos que ya eran más de 200, y el maestro, toda la comunidad se reunió y se pusieron en el camino. Allí esperaron y cuando llegaron los llevaron a la precaria escuela.
“Al ver a los alumnos de todas las edades, jóvenes, adolescentes y niños, en perfecta formación, y al percibir el entusiasmo que existía por aprender, el director que venía de La Paz no dudó en formar allí el primer núcleo escolar de Tarija”, cuenta el profesor y comunario, Orlando Gonzales.
De este modo, el de Rosillas se constituyó en el núcleo decano de Tarija, siendo el más antiguo, fundado el 17 de abril de 1942 como Núcleo Escolar Campesino “Aniceto Arce”.
Para la época, convertirse en Núcleo Escolar implicaba muchos avances y ventajas educativas. Significaba tener un director y un maestro para cada curso, tener equipamiento y mobiliario, además de herramientas de trabajo para materias como Agropecuaria y Hogar.
El núcleo que existía en Canasmoro era un Núcleo Indigenal, cuando fue trasladado a Rosillas se convirtió recién en Núcleo Escolar Campesino. En el resto de las comunidades sólo había escuelas comunitarias, en las que enseñaba un solo profesor.
Con todos estos avances Rosillas se puso a la cabeza de las comunidades en el aspecto educativo, tanto que llegaba gente de todas las regiones del cantón Rosillas (Calderillas, El Cabildo, La Torre, El Saire), anoticiada del buen nivel educativo e inclusive de otros cantones más alejados como San Francisco y Río Grande.
La fama de “Rosillas como tierra de educadores” proviene de que se volvió tradición, que los alumnos que salían de la escuela, en su mayoría ingresaban a la Normal de Canasmoro y volvían a la comunidad como maestros rurales.
Traían consigo además de sus conocimientos en pedagogía y la especialidad, todo un bagaje de otros conocimientos necesarios para trabajar con los niños del campo y promover actividades como el teatro, la danza y el deporte. No sólo se formaban como maestros sino que se destacaban del resto de educadores por su dedicación al Magisterio e influían en el desarrollo de las comunidades vecinas, donde llegaron a fundar nuevos núcleos y promovieron el deseo de superación del campesinado tarijeño.
El deporte al servicio
de la integración
Rosillas, a fines de la década de los 50 impulsó la práctica del deporte en diferentes disciplinas y una de ellas fue el fútbol. Esto se lo hacía desde la escuela, ya que se consideraba al deporte como un elemento integrador de las distintas comunidades campesinas de la región.
Fue en Rosillas donde surgió la idea de formar clubes deportivos en cada comunidad a mediados de los años 50.
Así se utilizaba el deporte para inculcar en los estudiantes valores como la lealtad y el compañerismo entre miembros de un mismo club, con el resultado de que, en unos pocos años la mayoría de las comunidades campesinas tenían sus propios clubes deportivos y se reunían cada año en campeonatos promovidos por Rosillas. Esto permitió a los campesinos de distintas comunidades relacionarse con los de otras regiones estableciendo lazos de amistad.
Esta práctica se ha conservado hasta el día de hoy y los campeonatos deportivos siguen siendo eventos de mucha importancia para los comunarios que se olvidan por un día de sus actividades cotidianas y participan de los encuentros con toda la familia.
A fines de los 90, en las olimpiadas departamentales en las que participaron 14 núcleos educativos, Rosillas salió campeón olímpico en todas las disciplinas durante tres años consecutivos mostrando su liderazgo en el deporte también.
La lucha por mantener el liderazgo educativo
Hoy en Rosillas aún funciona la unidad educativa de primaria, Aniceto Arce (Rosillas I). Recientemente se amplió la infraestructura pero en el lugar se pueden aún observar las antiguas aulas.
Unas pequeñas parcelas en un lugar del patio muestran el trabajo de los niños en el área práctica de la agricultura. La búsqueda de una educación transformadora continúa en Rosillas pese a que la natalidad se ha reducido en la comunidad motivando que las aulas, principalmente del nivel primario funcionen cada año con menos alumnos, lo cual constituye una de las preocupaciones de los maestros.
En 1985 se creó el colegio de nivel secundario “José Quiroga” (Rosillas II) que cuenta con una mayor cantidad de estudiantes, debido a que en él estudian jóvenes no sólo de Rosillas sino también de otras comunidades que cuentan con la posibilidad de vivir en la comunidad gracias a otro importante centro de formación, el centro “Tierra Viva”. Éste se avoca a la educación de jóvenes y adultos, cuenta con un internado donde estudian y viven los que vienen de comunidades alejadas.
Un objetivo de “Tierra Viva” fue promover la enseñanza en un nivel superior, dándole al estudiante los conocimientos prácticos necesarios que le permitan trabajar. “Enseñan por ejemplo la crianza de vacunos y el tratamiento de la leche y sus derivados, entre otros”, comenta el profesor Gonzales.
Los estudiantes de colegio visitan frecuentemente la fábrica de lácteos que funciona en la comunidad como parte de su aprendizaje técnico.
Fábrica de lácteos
La fábrica de lácteos es también parte de la tradición, tanto educativa como productiva de Rosillas, y se creó como una opción para los pequeños productores de leche, ya que los grandes entregan su producción a la fábrica de leche PIL. “Se pensó en esos campesinos que producían cuatro o seis litritos de leche y que ahora los llevan directo a la fábrica”, afirma.
En ese sentido, la educación en Rosillas va más allá del trabajo del aula, enfocándose también en el desarrollo de la comunidad. Muchos rosillanos se han dedicado a la elaboración de queso, yogurt, dulce de leche y licor de leche, como actividad económica producto de la capacitación recibida en el centro “Tierra Viva”.
Más detalles sobre el sistema educativo
Visita a fábrica de lácteos
Los jóvenes de colegio visitan la fábrica de lácteos de Rosillas para conocer el proceso de producción de los diversos productos (queso, yogur, dulce de leche, juguito, etc.) que en ella se elaboran, acompañados por el profesor de Técnica y Tecnología.
Núcleo educativo Aniceto Arce
El núcleo educativo “Aniceto Arce” fue el núcleo rural decano de Tarija y en éste enseñaron renombrados profesores y se formaron otros tantos, que culminaron sus estudios en la normal de Canasmoro.
Deportes
Desde la década del 50 en Rosillas se comenzó a utilizar el deporte como una forma de integración de las comunidades del departamento. Además para inculcar en los jóvenes valores como la lealtad, el compañerismo y la sana competencia.
Muy buena unidad educativa, así deberían ser otras, enseñar a producir a los estudiantes desde pequeños. Sigan adelante!!
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